Adiós, poetas
I
De sol a sed,
de sol a sol,
desolada
la sal
lo sabe.
ellas se habían enredado a mis manos
porque
ellas ya no tenían otro algo
que las acogiera en sus manos
buenamente
ellas se vacían de otras manos.
Las yerbas habían encontrado
donde desentumecer
a la muda.
Me enreda menos mas
no lleva tu nombre.
II
Política y honestamente
tengo
más
que ver
con las yerbas
que con vuestras manos
(ya, sin la tuya o la mía,
la pradera subsiste sola)
,
malevolencia
entretanto,
entre tantos y con nombres.
Sofía Serra. Junio, 2011
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