Me he vuelto loca y apenas lo he soñado.
Me he vuelto muerte y tierra.
¿O es que no lo era?
Ya no,
ya no más orden ni concierto,
ya sola y negra, negra como la hulla negra ,
negra sin sol, sin lluvia, ya no agua, ya sólo aire,
humo de cenizas blancas, quiero viento que me lleve.
Iré intentando liberar este blog del mismo tópico que hace por lo menos un año cogió, que ya es hora, me tiene agobiada, amarrada y anquilosada en muchas ocasiones. Anárquica soy, caótica, pero tremendamente organizada en mi propio orden que se abre al sol y al viento como polvo de cenizas rosas, o grises, o blancas... qué más da.
De vueltas de la tierra
Llegar y negar.
Llegar para levantar y soslayar.
Huir para devenir sobre el magisterio de lo que no es obtuso ni hueco.
Llegar...
¿A dónde si no a ti?
Llegar para musitar,
ahondar para gemir,
cansar y suspirar de dolor escondido bajo la espalda.
Musitar al fin.
Esto es lo que se construye con los versos.
Fuego para purificar.
Fuego para limpiar.
Fuego para recomenzar.
Fuego quiero que me abrase toda
No hay comentarios:
Publicar un comentario