lunes, 13 de febrero de 2023

"La exploradora" en las manos de Lluïsa Lladó

Fotografía de Lluïsa Lladó



La poeta mallorquina Lluïsa Lladó  ha tenido a bien expresar sus impresiones tras una atenta lectura de "La exploradora".  En su blog, "El cohete volador", también pueden leerse sus brillantes palabras sobre mi libro (AQUÍ).

La obra "La exploradora" (Ediciones En Huída), que cierra la trilogía denominada "Suroeste" de la poeta Sofía Serra Giráldez , representa una verdadera autopsia del progreso humano desde diferentes ángulos personales, creativos, sociales, históricos, geográficos...

Sofía se mediatiza por diferentes espacios y tiempos desde un vergel (su casa-matriz), rico en matices cromáticos y aromas, y explora la realidad cotidiana así como la que posee un significado universal.

La rosa, el ruiseñor y la encina son tres símbolos que la guían en este viaje introspectivo de reflexiones y de ajusticiamientos con lo que respecta a la condición humana, el arte de la escritura con su posición frente al mundo y a la perpetuidad de las especies, vistas desde un microscopio particular o un catalejo escritorio que escudriñan el cosmos atemporal.

Sofía, con el uso de un lenguaje culto nos ofrece su trashumancia con pasajes sensuales guarnecidos de sustantivos directos en contacto con la naturaleza.

Un libro que es prácticamente un tratado filosófico de la posición del creador divino o terrenal con lo que concierne a la existencia y un homenaje a su entorno donde se relativizan la magnitud de las cosas. 

Un átomo desgranado. Un pétalo en una fotografía y una mujer capaz de rendir cuentas  sin esperar nada a cambio.

Gracias, Sofía, al filo has dado.

lunes, 30 de enero de 2023

Contradicciones





La promesa


Bulle el carnal donaire aun, y aún, silente

mientras se desliza el sedoso limo

patinando sobre las antaño

pulcras piedras. Desacuerdo

entre la marmórea frigidez

y el entibiado hálito del vellón

que las envuelve y acuna.

Borbotea el líquido sometido

por tan leves y aéreas armas

y el futuro vaticina su nombre 

de presente sin un pasado 

que lo augurara.

Cuando mañana croen los sueños

de los prometidos renacuajos,

el alma licuada del arroyo,

ya sin áridos recuerdos,

irá muriendo pletórica

de vida.


¿Y voy a ser yo menos?

martes, 17 de enero de 2023

Desconocimiento




Desconocida


voy huyéndole a la noche, nebulosa,

manto, velo transparente, certera

advertencia de mí

en este tiempo perdido,

¿o extraviada yo de él?

No sé si tengo que saludar 

o ir despidiéndome.

Dar la bienvenida o asomarme

al adiós

que es abismo, que es región

no sé si de mis centros y alegrías

o el verdadero paisaje del lugar

que hoy me resulta invisible.

Un “no sé” tatúa mi frente

y en la zozobra de mi nuca

los opiliones se arremolinan

buscando el calor de la certeza.

No puedo darles nada

más que mi fría inquietud

sin nombre:

¿en qué país te has convertido?,

sin cabeza continúas caminando,

tus manos atarean cada tu día de mercado,

cada tu día de hoy que se te regala

sin precio,

sin saber de dónde proviene, 

sin hallar tablilla de cera

donde estamparme,

pertenecer ni a recuerdos cuneiformes,

aéreos elefantes que he dejado volar

junto a la fluvial gaviota 

que también vuela camino 

de la costa, del mar, la orilla,

el destino sin destino posible

salvo el de su viaje.

Ahora comprendo al légamo,

a la verdina, ahora el perro

no muerde el agua, ahora,

los límites licuados del aire,

mis ojos como rasa tabla,

se abandonan a un río sin nombre:

el agua estancada crea la vida,

aunque yo no sepa cómo se llama.

viernes, 6 de enero de 2023

La reina maga




Hacienda 

La reina maga se hace compañía

a sí misma, atrás quedaron

los recuerdos de la tríada 

que proveían infantiles juegos.

Yo, soldada del nuevo tiempo

adventicio, bendigo mis frutos

con mis manos unidas, atadas

para no desbaratar el verdadero nudo,

el lazo del infinito lanzando

el misterio del futuro haciendo.

lunes, 2 de enero de 2023

Perras y platónicas

 



Platónico recuerdo


Voy a crear un recuerdo de verdina 

y algas de agua dulce, de luminarias

y destellos cristalinos fundiendo

el cielo y la piedra en mi surcada frente,

la soledad del aire ensimisma

el arroyo, en sí con su calma

él se halla, la paz de su desbordamiento

salta al pretil de mi amparo.

Del trasvase de las nubes al suelo

no se olvida el blanco pulular 

de las ondinas campestres, se mecen 

al compás de cada fulgurante burbuja, 

son los brotes de vida rana y nueva

bajo la turbidez del espejo:

es la señal del instante,

la lúcida llegada del tiempo,

que trota sin alambres ni veredas

hasta cubrir el pasado

con su manto de futuro

e inocencia, no importa

si platónica.


 
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