lunes, 7 de noviembre de 2022

miércoles, 2 de noviembre de 2022

De difuntos

 


La novia cadáver


No, creo que no hubo

amniocentesis.


Algunos hombres y mujeres

cocean, vocean aullidos

de sus trancas y pezuñas

castañas.


Caminar, tanto caminé

sobre las ortigas

como terminan los pies

en dedos de costumbre

sobre la yerba 

y sus flecos punzantes.

Consumisteis un porvenir

de solaz indiscreto, 

oculto lo más bello, 

ahora como siempre,

trabajan los dioses.

Y yo lloro,

lloro.


Ese habitante cuadrado 

habla verdes por tu nuca.


Si más deseo 

avarientos jamelgos

y otros cuadrúpedos

Himalayas

como techos andróginos

donde todo es posible

en el vaso boca abajo 

y la salud requerida

por tu lengua escalando

el cuello de los olvidos, timbres

del arco trilobulado que abre

son, sentido y mecha

hasta la escafandra:


he pretendido adioses

cuando sólo he casado        

                                                 CON MIS MUERTOS

estas manos y tu boca,

qué soy sino

tan sólo

una

sola.


lunes, 31 de octubre de 2022

Recuerdo de la Feria (del Libro de Sevilla)

 Para que no se me olvide.

Abajo, poema del libro.





Pero no recordaste


Cualquier ciudad transita

por mis manos

con las caricias de su lomo.


Ya apuntan modos

las dodecafónicas ingles, 

se inscriben en el gozo 

como las orugas que reptan

por los perfiles de las hojas, 

doblándose

sobre sí mismas 

amortiguan

el aroma de haber abrazado

donde más oprimen

los gestos:

el señuelo,

la bifurcación.


No hay otra palabra.

La verdadera huele.

Los techos indisponen

contra el cielo estrellado

y tú te cubres 

con tejados a dos aguas.


Pero quién va decir

si el árbol o la mentira

crecen ajenos.

Mis manos y tus piernas

hacen tiempo lamiendo

la escarcha salvaje y antigua

que cubría la ciudad de las luces.

 

Desde aquí, desde este polvoriento camino,

voy preparando la partida  

con espejos que no enluto

para no guardar

ominosos encierros 

de otros lesos seres,

son sólo fantasmas sin

diafragma ni pulmones.


Algunos pútridos afanes 

quedaron colgando del árbol

como bolas de navidad fuera

de temporada.

Tanta dejadez ausenta

el valle rico de la vertical memoria,

siempre verde y limpia

como el tiempo, nuestro compañero.


Este viejo camino 

sin duda tránsito

como todos

los caminos

que llegan o hacemos,

este cansancio inaudito

solo se llama el poema

y se escribe

en dos palabras, o cinco:

mi hueco y tu lleno.


lunes, 17 de octubre de 2022

Discriminaciones




Discriminación positiva


Jamás, hombre, aprehendiste

que para cantar debiste

antes aprender

a entonar

el suelo con el verbo,

y a entolar el rasgado velo

que deja pasar la luz y el aire.


Dulce boca errante,

quijada herida por aquellos

claros de amor y sexo,

ganas me poseen

de dividir meandros.

Se engullen a sí solitarios abajo

del quejumbroso y quijotesco-esquelético

sueño, ni con páramos recuerdas

que esta vida, que esta vida, que esta vida

sólo se hace 

entre ambas manos,

ambas manos,

ambas manos a uno y otro

extremo retoñan montañas

en la sola umbría, la umbría sola

adopta la exacta daga que rebana de tajo

el meandro y dulce meandro

que me curva, pues,

aguas arriba de mi falda:


Parí. 


Al final dolor

de entuerto alerta 

la única discrepancia positiva.

Por más que hablen

o dicten leyes.

Por más que hables,

por más que hables,

por más que hables.


(De "La dosis y la desmedida")


 
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