jueves, 14 de abril de 2022

Dos oportunidades

 


La oportunidad

 

Seamos prácticos

de barcos o de árboles

verdes bajo el agua

sobre la estepa multicolor

de los diferentes signos mareantes

y las cartas trazadas

a mano alzada

extiende

tu vino de vida

sobre el mantel

de las ilusiones.

 

Hay que buscar la alegría

como se buscan los dioses

que sí existen, tocando

todos los palos, todas las cuerdas,

la clave de sol en segunda

cesárea del tiempo

bienvenido: el momento

del Bien.

jueves, 7 de abril de 2022

A un mirlo blanco




El canto del mirlo

(A mi hijo)


También por la mañana

aduce voz al silencio melódico

del campo la sonora garganta

del mirlo y su afán por gobernar

mis adentros ya algo ajados.

Perpetúa el recuerdo de la bondad 

y la belleza y hasta el aroma

de las madreselvas aún sin flores.

Canta prodigando senderos

de tiempo felices, de plumas

aves sobre tus ojos libres

de espanto sobre el pasado.

Construye el mismo nido

que tú construyes caminando

por las avenidas de la vida

a tus manos, va llegando

tu suelo habitado de amaneceres

poblados de ti y tu fortuna

donde tu mente preclara

ilumina las estancias de tu presente.

A veces, al mirlo se le entiende

sin palabras, comunica el valle

de la memoria con el altozano

de futuro elevado sobre tu sonrisa

y porvenir soldado a tu corazón

tal como la mañana se une a la tarde

de mis ilusiones y a la noche de mis días.

Y tú continúas caminando,

y yo te libro vía, aunque no te vea,

esta trocha agridulce de la vida,

tal como el canto del mirlo 

rompe la niebla blanca

de mi ceguera iluminando

las estancias de mis lágrimas

y de mi alegría de ti.


(De "En un lugar del mundo".)


viernes, 1 de abril de 2022

De sinos




qué sino Abril


qué paz se venga sino
la de soldados muertos,
qué derrota navega
bajo mis sienes delante
de tu ancestral boca
de tiempo ingenuo, qué
soledad magnífica revienta
en tu sueño de solsticio sino
la primavera.

Lo vamos a dejar,
tú, estómago, y yo.
cualquier palabra cadaverina
es mentira de su silencio
por muy vacía que vuele
su sin palabra cualquiera
es más poesía.

sabes cuándo dejo de creer,
¿verdad?,
cuando me hace oportunidad
me sobra cualquier
libro cualquier poema
cualquiera lectura me embarga
el arreglo del nido me aligera
costumbres me calientan
el sueño resulta
tan reconfortante
fregar un suelo aquí
no hay género sino
de novela, poesía, teatro
sino puro
número de candilejas
en las encinas. Sus flores
vertebraré hasta que pueda.
Me parece
tan-razonable,
tan-verdadero,
tan-profun-damente
serio como la máxima
y refleja actividad humana
de respirar.

hoy no soy poeta yo
gracias a la Poesía.

(Del libro "Suroeste", Ediciones en Huida, 2015)

miércoles, 30 de marzo de 2022

Tres momentos

 


Ah-ora

 

Antes:

un sino com-un sol

donde quemarnos vivos.

 

Después:

Un sendero amplio y umbrío,

un suelo tierno y el aire verde,

una sumisión a nuestra vida lenta,

un pacífico rededor que nos ama y nos abraza,

 

un dios

 

que nos caliente,

que nos cuide,

que vele por nuestra

valiosa existencia.

lunes, 28 de marzo de 2022

De la seriedad de la exploradora

 


Del mosqueo con el levante al susto con la exploradora. Menuda mañana llevo, y eso que me niego a que me afecte el cambio en las horas. De horario de invierno al de verano, y yo aún con jerséis de cuello vuelto. Iba a dedicar el lapso de tiempo entre dos frentes de lluvia que ofrecía el día de hoy a hacer tareas de campo atrasadas, pero la llegada de las pruebas del libro ha conseguido alterarme el ánimo (nada difícil en mí, la verdad sea dicha), ponerme el corazón a cien y hacer que me encierre para sentarme en el ordenador y corregir. Sé bien que por parte del trabajo del editor, nada, o minucias. Sé que, por mi parte, ¡todo!, aunque hable en broma, medio en broma. De pensar que así ya en papel (por mucho que lea o escriba en medios electrónicos no consigo despegarme de las ventajas que le contemplo a la  fisicidad del libro en papel) lo que sea que esté escrito va a perdurar para siempre…¿siempre? Bueno, me digo, siempre pueden salir ardiendo, mi ordenador y mis discos duros incluidos, la leche, Sofía, que no eres la Biblioteca de Alejandría, megalómana eres y, además, ¿cómo se van a quemar los libros? Los que yo tenga, vale, los puedes quemar en el candelón de los ramajos, pero los que adquieran los demás, ¿qué va a pasar?, ¿vas a ir metiendo fuego a cada casa particular para que desaparezcan? Joder contigo y tu “imaginación”. Ya podrías haberte dedicado a escribir novelas de misterio y suspense y catástrofes infinitas, ya que tanto te gustan las pelis esas, solo esas, por mucho que te hagas la mayor cada vez que las ves, en vez de escribir poesía. ¿O será que te provoca más miedo escribir (y, por tanto, publicar) poesía? Y lo que te va es la “marcha”. Seguro que sí, que lo que te pasa es eso, el miedo por la espina, el miedo por la columna vertebral, ¿miedo a qué? Miedo a equivocarte, no sabes si en la escritura o en la decisión de publicar, miedo a alzar la voz, miedo a sobresalir de tus archivos, tan caóticamente ordenados, miedo a dejar de ser voz eléctrica, etérea, pfff, una ventosidad en el infinito mar de aires que respiramos para tu libro llegar a ocupar un espacio de volumen en este Universo, no sé si infinito o no, en cualquier caso inabarcable. ¿Y qué mas da? Eso me digo, y qué mas da realmente… Comporta seriedad. Lo que haces te importa…no sé si gas licuado o aéreo, quizás aceite de girasol, que tanta falta hace, quizás agua y tierra, de lo que la exploradora sabe bastante, quizás físicas neuronas que logren mínimamente, minúsculamente, atómicamente, quarkmente (¡ah!, la exploradora) a comprendernos mejor los unos a los otros.

¡Y no importa que te equivoques, Sofía! De errores se construye el mundo, y el futuro, de sus correcciones.

Me pongo, no lo digo más. Seriamente.

 

Corazón encogido

 Hoy es un día descarnado,

las palabras no rompen mi inquietud,

ni siquiera los regalos del alba,

hasta los sonidos de la calle

se han puesto de acuerdo

en desafinar esta sinfonía

no sé si de adviento o retirada,

partida avecilla de retorno

estrellándose contra las paredes

de alambre. Se cuartea la fina capa

de piel endurecida que me describe

tu presencia en el mundo,

un espasmo quieto

que no ilumina la estancia

donde te ocultas,

el dónde está se sienta en mi silla

y me desplaza a otra geografía,

una geografía demasiado apaisada

para este día que averiguo estrecho

para la medida de mi querencia

por ti.

 

Hoy es un día muy serio.


(De "La exploradora")

 
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