jueves, 31 de octubre de 2019

El amo de casa



El amo de casa

El esfuerzo con que la luz
se hace todos los días,
maldito sea el génesis
y todos sus estudiosos,
ninguno contempló ni relató
cómo el sol levanta
el manto negro, la mortaja
sobre la tierra bajo la tumba
resucitándose a sí mismo,
como si la empresa dependiera
de unos brazos más extensos
que el Universo.
Calculamos a nuestra medida,
contamos las estrellas con las puntas
de nuestros dedos, el milagro
nos ilumina todas las mañanas
revelándonos el poderío
de tanto astro esforzado
en su tarea cotidiana:
Recoger la noche,
barrer las estrellas,
abrir las flores,
secar la yerba,
calentar los techos de los hombres
y cocinar el humus
que germinará desde semillas.
Pobre amo de casa el sol,
nadie contempla la fosa abisal
que atravesó
para revivirse cada día
en nuestra mirada tan parca,
tan parcos somos, nos
y nuestros lamentos de lagartos
con lágrimas de cocodrilos
y voluntades de renacuajos.

(De "Momentos estelares")

sábado, 26 de octubre de 2019

Torre de todos





Torre de memoria

Casi no llueve, pero la encina flota
baja el amago del viento,
caminante de sus pasos frugales
sobre las flores de cualquier primavera.
La ventisca anula el desconcierto
de la oropéndola que a mi regazo salta,
un dorado presente de un pasado verano
fuera de tiempo en este cálido otoño:
Una torre sumergida, una torre de oro
flotando bajo la orilla tan lejana
de mí como yo del mar y su peso
de agua
sobre la bendición de ser lamida
por las lenguas de la playa. Canta la torre
exhalando aire caliente. Canta
la higuera su nana de invierno,
se desnuda para dormir, el futuro frío
la envolverá en sábanas de coral.

Solo los seres humanos nos abrigamos
cuerpo sobre cuerpo, hoja tras hoja
de nuestra Historia, revelando
esa torre de todos, esa torre dorada
bajo las aguas de la memoria y la paz.

(De nuevo poemario aún sin título, quizás "Momentos estelares", quizás "En este sí vivir")

miércoles, 23 de octubre de 2019

Los cabezos amarillos también se imprimen


(Ya va para imprenta.)


RESEÑA de "Los cabezos amarillos" 
Los cabezos amarillos es un poemario de conquista, quizás de rescate, en cualquier caso, de asimilación de un tiempo que por más cercano que nos resulte, se nos escapa en muchas ocasiones. Los cabezos amarillos es un poemario de presente.
Con él, la autora pone fin a la tetralogía que ella nombra como Ciclo Suroeste. Si el primer poemario de este ciclo, Suroeste (Ediciones en Huida, 2015), conformaba la llegada exacta, pero lógicamente poética, a un lugar geográfico, este actual determina la adquisición de un presente íntimo y muy real. Mediante la evocación de un paraíso temporal (la infancia) y otro también geográfico, la autora rescata las claves de un presente que a veces, o casi siempre, se nos escabulle de las manos. Sirve el poemario para homenajear un concreto paraje de las costas de este suroeste y las experiencias vividas en él durante los años de su infancia. Sin embargo, Los cabezos amarillos no constituye un ejercicio nostálgico. Continúa la forma de entender la poética por parte de la autora como una lucha permanente por la asunción congruente de lo que somos y vivimos. El ejercicio es dificultoso, quizás como cuando nos adentramos en el mar y la fuerza de las olas nos impide el avance, quizás a la merced del vaivén pasado-presente. Si Sofía logra superar el rompiente de la playa, solo el lector puede juzgarlo.





lunes, 21 de octubre de 2019

Vaciar el mar


Versos de y fotografía referente a Los cabezos amarillos, poemario de mi autoría que en breve publicará Ediciones en Huida. 


[...] y ahora ya no escribiré más,
porque ha llegado la hora del duelo,
del arrepentimiento
por tanto trabajo muerto,
tanto tiempo perdido,
como si hubiera querido
vaciar el mar en mi cubo azul.
la mezquindad del hombre no tiene remedio
y a mí ya me quedan
pocos años por vivir,
menos de los que llevo puestos
sobre las ojeras
sobre todo
sobre mi alma.
[...]

lunes, 14 de octubre de 2019

Nanas en Los cabezos amarillos

Versos sueltos y fotografía referente a Los cabezos amarillos, poemario de mi autoría que en breve publicará Ediciones en Huida. Los cabezos amarillos están salpicados de "nanas"... 




[...]se funden la noche y el día
en la torre amando la roca
se besan como durmientes
vivos de la rosa estratigrafiada,
[...]
Confirmar la letra o el sueño,
si mi madre hubiera dibujado
esos renglones derechos,
yo hoy no tendría el recuerdo de la arena.
(Ella dibuja líneas curvas
al son de nuestro paso,
el del viento).
[...]
Nunca el mar zaíno
de noche, pero lo recuerdo bien
como la eterna compañía
y la nana en soledad.

(De "Los cabezos amarillos").


 
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