viernes, 2 de agosto de 2019

Reafirmaciones carnales







Maná de carnívora

Siempre te relacionaré
con mi estómago,
tú ya lo sabes.

El nudo se me ha hecho un silencio.
Desde él hablo al ente
sumergido bajo el barro negro
de la injusticia sobre ti.
¿Qué ibas a hacer sino imperar?,
¿cómo si no cazar cervatillos
mamuts o bisontes?
La hembra en el nido
curtía tu armiño.
De noche en descanso
el sol ahuecaba el día
para hacer lugar
a tus ancas de jilguero
recolector de las semillas
que introdujeron algunos manes
en tus testículos.
Cómo no averiguar
su color y su forma
si las zinnias ya florecían
allá por el pleistocénico
deseo de abrir la trampa
y la broma de los metales
que escanciaron sobre tu frente,
y yo, la orfebre y bruñidora,
cómo no tallar
con mi lengua
el blando relieve
de tu isla y su palmera,
cómo no pulir
con mi boca,
muñequilla de lienzo
nacarada por los pinceles
de la historia blanca
abrillanto en círculos
la longitud de esos canales,
mis ríos de legítima abundancia
de ti y tus simientes,
cómo no soñar sobre su color
y tu sonrisa de perfil
al cielo
mana
la densa y líquida niebla
que abruma mi hambre
y me alimenta con tu salida
en busca de la carne
que nos hizo más inteligentes.
Simplemente,
mejor alimentados.

Como yo.

Qué dibuja las circunvoluciones
de mi cerebro
sino el silo
grande de tu glande
y mi enorme deseo

de justicia
sobre
ti.

(De "Solenostemon")

domingo, 14 de julio de 2019

La distancia

Fotografía de Carmen Maravilla Ares Vidal

La distancia

Se es feliz con el despertar de la noche,
tan aletargado como un brote
de semillas tiernas, tan delicado,
soy feliz sin pensar en el sorbo de agua
que la sed nos necesita, tan dulce ella,
la sed, nos calma la sed
de venganza por haber nacidos
tan desviados del hemisferio celeste,
nos duele la aventura,
ah, tan torcidos somos, sólo
la imaginamos sin ser vista,
allá en el horizonte del mar
que reverbera como una bolsa de plástico blanco
que hubiera huido de algún buque
transportador de cereal:
tan gigantescos contenedores
de hambre para un hambre
tan humana y tan pequeña.

No cabe en la boca
la horizontal del cielo,
pero podemos hundir el barco
con nuestro dedo:

Somos tan solos
y tan grandes somos
los mismos todos.

(De "Los cabezos amarillos")

martes, 18 de junio de 2019

Hay vida más allá





Mañana de niebla

Señal de agua leve
suena el cielo cantando
la niebla que se despierta.
Desde el valle alienta
el alivio de su brillo
y hasta el trino tiembla
de los grillos que ya duermen.
Sueltan las gargantas
el mugido del nuevo día,
reman las tórtolas a la par
de sus alas grises
como la nube grande,
como el vaho de esa boca
que refresca el verano
prometido.

Cantan las aves,
cantan las vacas,
cantan el gallo y los perros,
canta la niebla arropando
a la tierra la nana que llovizna
acunando el mar de yerba.
Las hojas flotan la marea
del campo que amanece
más allá del valle, más alto
y más lejos del río grande.
Y yo lo vivo.

(De poemario sin título.)

jueves, 30 de mayo de 2019

El viento constructor



Temporal de mayo (negación del arte)

Lo que hace el viento con las rosas,
cómo las desnuda con violencia,
como si se enfadara al detectar
que son bellas pero nulas.

El suelo, antes triste,
hoy se viste de festivo
por acción de tanto enojo,
porque el viento airado
ha luchado por devolver a la tierra
lo que de la tierra provenía.

El viento construye cimientos
con rosas a golpes
de ira contra la injusticia
de nuestra mirada.
La belleza, para quien la trabaja.

lunes, 29 de abril de 2019

Rosa-Realidad



La rosa eterna

se me rompe
un poco todo,
solo un poco,
eso es bueno.

mas la quiebra siempre mide calores
y yo no soy
de medidas desmesurada
siempre atiendo
alcauciles en invierno,
rosas en verano,
dónde el verano, dónde
la longitud del estero, la sombra
del árbol la juventud
de la herida la vejez
de la flor el crecimiento
del fruto me alimento
con adioses como otros osos
se alimentan de hormigas,
pero mi lengua sólo sabe lamer
y escarbar hasta el paladar.
con ella vadeo
algunos cursos del surco
que y qué solo
me vale denso
donde intento remontar
el barrizal de este barbecho
arando algo con mi boca
a su lengua y sus dientes.
la tarea es compleja y, sobre todo,
indigesta, pero no hay bien
que sin malestar
llegue.

me colmo en tu vaivén,
por eso sé
que la risa como la rosa
volverá a brotar
desde esta boca abierta,
como la hierbabuena allá
en las azoteas de blanco, allá
donde mi abuelo Salvador
construyó todos los mayos
levantándome rosas en la mirada.

(De "Los cabezos amarillos")
 
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