viernes, 3 de agosto de 2012

La que avisa es traedora


Casi siempre escribo el mugiente en vez de el muriente. Él es así, como un toro recién sacado a la plaza, deslumbrado, cansado  y dolorido  por el peso de los sacos de arena que le han echado encima en los toriles, mareado del viaje en el remolque,  con los cuernos listos para embestir sin saber donde los tiene, como un toro bravo el pobre mío, arranca y coge el trapo en la dosis y la desmedida y por fin se cuadra, él se cuadra, no un estoque, en el hombre cuadrado.  A matar, y muere,  renaciendo, qué mayor alegría para un poemario, para un toro, es como si lo indultasen, alegría para nosotros, el toro no es consciente de esos asuntos, el sólo quiere pelear y que le dejen comer yerba verde y beber agua bajo el cielo, él sólo desea ser él. Qué hipocresía, cuánta ignorancia entre los "defensores" de los animales  y entre los aficionados taurinos ¿Quiénes sois?, grito yo, el toro, no, el toro sólo me mira y se deja acariciar por mi mirada mano su frente de plata negra.
Qué le voy a hacer yo, ellos tres quisieron escribirse así, casi a la vez, y corregirse, también del todo  al unísono. Qué difícil me está resultando. Bueno, como casi todos, no sé por qué todo me sale tan complicado, ahora tengo tres en uno, más o menos como siempre, pero debo buscar la nueva víctima (editorial), el muriente... qué lástima, pobre mío, ya estás, te he colocado las tres "oes" y tus fechas de inicio y de salida.
Cuando una res muge, ¿por qué lo hace? creo que normalmente siempre por miedo. Parece que avisa.
Así las recuerdo tras la valla de piedras.
Sois lo más hermoso.
No le cambiaré el título, su "g" aparece de otra forma.
¿Cómo explicar que forma parte de una trilogía?
Estoy cansada de explicar. Llevo siglos cansada de explicar, contar no sirve para nada.
Es que no sirve para nada.
PARA NADA.
Por eso he terminado odiando la prosa. Salvo la de Proust , que no es prosa.
Ahora estoy de nuevo con Blasco Ibáñez, nada qué ver pero sí mucho que escarbar, lástima que se quedara... se quedó... ay, a ver cómo reenfoca "La bodega".
Quien quiere entender no necesita explicaciones.
Intentaré tener para septiembre los tres apañados para poder enviar a editorial, para hacerme con nueva víctima.
Es que sigo sin querer publicar, sin meterme en esos líos, ¿cómo puede gustar una presentación de libro, qué sentido tiene? Aunque tras dos años ya pude escuchar música "seguida" ayer. Lppa parece que ya ha pasado. Qué feos se ponen los poemarios cuando se encastran en la costra dura de la nomenclatura.
Cuánto amargor.
Sólo me falta aprender a encuadernar, pero bien, mejor que publidisa (imprimo mejor que ella), claro, artesanalmente.
Debo encorazarlos mejor.
Para que sus destinatarios puedan empaparse de ellos.
Qué sabré yo que sólo me identifico con los de hace 200 años como mucho.
Ya lo dijo la india valiente pariendo en la pradera: tú lo sabías.
Qué estúpidos.
Nunca he soportado a la mayoría de los poetas en español del año 36 hasta acá, muy pocas excepciones.
Casi ninguna.
Pero lo que realmente no soporto, no tolero, me solivianta, me llena de indignación, es el uso que de sus palabras hacen la mayoría de los poetas de "ahora". Parece que quieren decir: he leído a fulanito de tal. Con 30, 40, 50, 60 años, ¿qué has hecho en tu vida de poeta si no has leído su poesía?

Nueva víctima, eso busco.

Dos blancos



La encrucijada


El pánico es producto de la duda.
Me varo a mí misma y esta inercia
Quietante me traspasa hasta hacerme engrudo,
Lisa mojonera, capitán o chanquetes de la orilla.
Yo, mitocondria multiplicada en tantos pececillos
Como caimanes que se comen
Mis tobillos generosos.
Para la tierra, su ensalmo.
Para la ciencia, su asiento.
Para mí sólo el calvero sea
en esta fotografía tomada desde el aire.
Huyo sin moverme de la cruz
De tierra blanca.


He llegado
Pero no
Sé a dónde.


Recuerdo en blanco 


La flor blanca de la montaña
En un paisaje nevado extraño
Tu rostro.
No recuerdo nada.
El monte carmelo,
El mirlo blanco,
El lirio blanco
El colibrí blanco,
Los blancos remedios.
La seda de una ruta
En do menor.
Abre la puerta, niña.
Y Triana.
Y mi vida en la otra orilla.

Sofía Serra (De La exploradora)

jueves, 2 de agosto de 2012

Dos perlas de John Donne



Donne (1572-1631) es un diamante en bruto. ¿En bruto?, un bruto el mundo tras él.
La mejor inversión que hice este año que ya avanza, cuatro euros en dos volúmenes de su poesía completa, allá por febrero.


(Epigramas)


RALPHIUS


Compassion in the world again is bred;
Ralphius is sick, the broker keeps his bed.


RALPHIUS


De nuevo se alza la compasión en el mundo;
Ralphius está enfermo, el broker(*) guarda cama.


(*)En traducción original "agente de negocios"




THE LIAR


Thou in the fields walk'st out the supping hours
And yet thou swear'st has supped like a king;
Like Nebuchadnezzar perchance with grass and flowers,
A salad worse than spanish dieting.


EL MENTIROSO


Paseas por el campo a la hora de la comida
Y todavía juras que has comido como un rey;
Como Nabucodonosor quizás con yerba y con flores,
Una ensalada peor que la dieta española.


(traducciones mías)


Encina y cobre



Encina y cobre. Bulería. El Cabrero


miércoles, 1 de agosto de 2012

Al sur del Alentejo, a Portugal



Al sur del Alentejo, a Portugal


Más allá del Tajo
no llegó el oro de Europa
con sus fondos feder-
er su… al sul
de más allá del Tajo
las encinas son ufanas
naderías oficiadas no sé
si por las cabras
o una motosierra gigante
que alenteja por abajo
y por arriba sus copas
negras sobre el amarillo
suelo y la tierra del escarbo
gris, tal vez la ausencia
que diera lugar al milagro
de servicio a la puerta,
resto que me extraiga
de esta vil onomatopeya
entre la legumbre y la ley seca
de un norte que sólo existió
unos miles (da igual cientos) de años
después de que inventáramos
los turdetanos el garum.


a otro tal felipe
y a un poeta encam(o)ado
debemos esta grieta
que separa, que ataja
un grupo o pueblo
que llamaron hispano.
Portugal reúne
mar y aroma de marca
con la que me friso
—también Saramago lo hizo
para surtirme de una metáfora
en la presencia—.
Que dios mismo bajara,
de norte a sur,
y dijera si es natural
o designio divino, él sabría
sobre sus mismas tropelías, quizás
una fruto de sus tantos poemas,
que por cuatro reyes (tal vez menos) y un poeta,
tanto nombre diferente,
tanto artificio de grieta para una novela,
tanta frontera y distancia
entre los feder encauzados
entre huertos y castañales
y esos que nunca llegaron
a mis pobres encinas
con forma de lenteja.

Sofía Serra (De La exploradora)

 
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