martes, 6 de septiembre de 2011

La obra abandonada

(Correcciones Nueva biología)




La obra abandonada


El frío y el lugar sin techo
bajo la sombra de los castaños,
de verano.
La astuta hormigonera
con su boca al cielo blanco,
envalentona su grito al suelo.
Sólo reta al cemento
tanta lluvia de invierno.


Se limpiará el hiriente cascote,
pero la rodilla turgerá ávidamente
su frente contra ella.
Rasca y arranca la herida pieles,
mana y duele la bacteria
almicida que nunca se despeña.


Bebemos viento
por el más seguro de los riesgos:
ninguno salimos vivos
de esta vida.
Que me dejen amortajarme
ya supurándome la herida
y yo clamar:


por más riesgo que corras,
nunca sabré de tus andamios,
ambivalente hombre,
volvamos a hacer cola tras el furgón
de alimentos para nosotros,
los ya muertos de hambre.


se cuadra el aire convidando
a esta albañila a no ser ojos
vista del lento y anciano casco
y poder gritarte:
no hay salvoconducto
más que estas calicatas
por donde se tercia tu luz.
Y más tu luz.


Sofía Serra, 2010

domingo, 4 de septiembre de 2011

Roturaciones

Roturaciones
Apenas me quedan héroes,
ni salvaeslips.


Venga de esta guisa a sostener
tu calma, porque mi aliento
resoplo y bufo tras el arado.
El cordaje de las neuras se me rompe
equilibrando pesos y contrapesos
anudados a la reja.


Verte y no verte venir.


La techumbres inician el son
del leve paso de sus dedos
o sus garras sobre las tejas
liquenadas de la arcillosa
luz del verano,
el quinto pino del entierro
riza el arcén de su autovía.
Nunca fueron sembrados
árboles tan lastrados.
Hecatombe y lúcida sombra
en este verte y no verte venir.


Permanecen cuadrados los soles
bajo las caricias del cielo.
Sin el sabiendo quehacer,
resurge el verbo vacilando.
En el empréstito soñaron
con sus alas los delfines del aire.
Las piernas colgaban de los pretiles
y el viento aminoraba la marcha de los aún más indecisos,
así que maté al segundo que tras de mí acechaba
buscando el minuto de mi estampida.
Mas claudiqué, cerré la ventana
y juré no entoldar esta frente.
Luminosos los hombres del cielo,
esos que no llamamos ángeles
sino cadáveres exquisitos de plumas,
sortean a manos viento las pupilas.
¿Qué hombre no ha visto el cielo?


Verte y no verte venir.


Somos tantos que
se me ha quedado
pequeño el pulmón
-sólo uno, sólo uno tengo-
solicitando armisticios cantores
con su redonda boca.


Verte y no verte venir.


Nos quedaremos de ojos
cruzados obviando el juramento
y la inercia imperialista de las metálicas sienes
que beben asomadas a la puerta
y veneraremos un tú más yo
hasta que los laureles de invierno
logren entonar el grito
de la noche que mira y desmira
el malva de tu cabello. Vengaremos
sin más futuro que la rosa huella
habituada a resucitar
sobre el vacío desmesurado
de la espina.


Adolezcamos de algunos puntos sutiles,
confeccionemos el ansia de la rama,
exhibamos el letargo que nos oprime
compilando zinnias con palabras
colgadas del pico del jilguero
con tanto cantar para nada,
tanto dar para nada.


La venerable respuesta
apremia por ser escrita.
Pieza a pieza hace el frío
y las hojas no han caído.
Resuena la yerba
sobre los rizomas
de plata enterrados.
Se huele el aliento de la vida.


La muerte no tiene aliento.
La muerte no tiene boca.


Verte y olerte llegar.


Nena, hacías mucha falta,
tú sabías romper el duro hielo.


*


Sofía Serra. Septiembre, 2011.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Lagarto-lagarto

(Nueva Biología)


Lagarto-lagarto


No llego al manantial porque no vuelo.
Esta inercia transportadora de fugas y huidas
abismales, enormes
como la llaga misma
que me abandona
quieta, quieta, quieta
y muda ya sin ojos ni yerba,
ni en piel logra el tacto del agua.
Se sientan cansados los versos de una a otra roca.
Se acerca la cruel, y humana, sabandija de la indiferencia.


Sofía Serra, 2010

viernes, 2 de septiembre de 2011

Poema para otoño

Poema para otoño


Pájaro breve y distante, cantor
lanzando su timbre a la diana
de mis ojos. Apunto, disparo
y te como frito.


Jilguero
quiero
ser,
comer
sólo zinnias.


O rascamoños.


Sofía Serra. Agosto, 2011

jueves, 1 de septiembre de 2011

Rosa de septiembre

Una verboluz muy-muy pequeñita que me ha salido en cinco minutos... bueno, pongamos en una hora, la que ha transcurrido desde que he visto que llovía bien y con ganas hasta que he terminado la fotografía. Será que la lluvia me sienta bien...;)...:D


 (¿Y esta nueva interfaz de blogger? O_O, menuda sorpresa...se parece a la de wordpress... a ver cómo se comporta)


Título de la fotografía: Rosa optimista 


Rosa optimista


me visto de rosa porque la luz
me aplaude y el cielo se ha cubierto
de nubes grises y el aire
se ha vuelto tierno y blando
espuma sobre mi carne
habla la antaño obtusa
puerta de otoño abierta.


Sofía Serra, 1 septiembre 2011


(Pues por lo pronto se comporta mal a la hora de pegar texto en modo redactar html, no me guarda el corte del verso, así que nada, vuelvo a la antigua)
 
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