miércoles, 6 de abril de 2011

Lenta y duelo

Lenta y duelo

Me pesan los hombros
como se clavan tus frágiles azules
sobre las columnas de la noche:
Se acabó el sol por hoy y por tantos mañanas.


En esta noche de lunas quietas
ni los asombrados eclipses
viven atentos en el cielo.
Los hombres de este lado
dilatan los largos dedos
de sus venerables simientes.
No saben, aún no saben
que los claveles han florecido
desde tu boca.


El llanto de este vientre denso
enmudece la madrugada.
Blanda y sinuosa, media
muda, de mi abandono huida
y de mi beso huido,
ella tampoco sabe
que los claveles han florecido
desde tu boca.


Densa y cálida duerme
la espera. Se llama duelo,
pero duelo tiene nombre
de corto trayecto entre
tu palabra y mi mente.
Extiendo la lenta manta
sobre la blanda cama
de tierra donde brotan
los verdes lunares
y el sol aplazado.
Ya amanecen tus claveles:
el día mana dormideras
entre la ida y mi garganta.

Sofía Serra,  abril 2011

martes, 5 de abril de 2011

Que vuelvan los lilas

(Una fotografía que anoche me salió hilada a un verso de este poema puede verse aquí)


Que vuelvan los lilas


Como las lilas de ultramar.
Así me posé sobre la yerba cercana a tu estanque,
convertí cañas en siringas y canté hasta inundarte
de ti. Canté y tañí. (*)
En honor de las letras me hago sangre,
despedazo cada palabra para ver
si al nombrarlas consigo encontrar
el descanso para este cuerpo.
Anhelo el otoño sin que haya nacido el verano.

¿Y si me dejas descansar?
No morirás aunque duerma,
la luz se hace luz sin el tiempo:
hay algo más.
En el vacío interestelar coexiste la anti-materia,
¿por qué yo no puedo auto-extinguirme?
Ser capaz de perpetrar homicidio
contra estas cansadas manos,
estos pesados brazos, más tuyos
que míos: deja que duerman.
Al parecer, sólo el aire me mantiene viva,
ventana y lumbre,
al parecer el sonido no ondea sobre el agua,
puerta y límites.
Al parecer los lilos sólo florecen una vez al año.

¿Qué tal si me permites apoyar la cabeza
aunque sea en la nube de espinas?
Ahuyentarme. Dejarme en paz de mí.

Auto-ventilarme en un sol,
en una punta,
en un nítido y exento atisbo
del negro sobre el blanco.
¡Puff!, y dejar...
Dejar de ser.
Auto-inhibirme en el altar de las lilas abiertas a lo que sea.

Al blanco.

Sofía Serra. 2010

(*) tal vez a partir de ahora lo haga, dar algún dato. En esta ocasión: del arbusto donde florecen las lilas, es decir, los lilos, se extraen las cañas  que debidamente trabajadas se convierten en las siringas o flautas. Su nombre científico es Syringa vulgaris. La colonia de lilas es mi preferida, una que casi nunca encuentro.

lunes, 4 de abril de 2011

Idus de Abril



Hoy he recibido la feliz noticia de que mi libro "La presencia por la ausencia" forma ya parte de la Biblioteca de la fundación Saramago, allí en las Islas Canarias, las afortunadas, en Lanzarote. Quien lo haya leído o visto algunos de sus enlaces por aquí habrá podido comprobar que se inicia con un poema dedicatoria a José Saramago, así que para mí resulta algo mucho más que una anécdota. Necesitaba hacerle llegar ese libro, a él, con su poema escrito el día de su muerte, y lo conseguí justo antes de que se pasaron los nueve meses desde su fallecimiento (él decía que nueve meses para nacer, nueve meses para morir- yo de estas cosas tampoco me entero, yo no me entero de nada nunca), y por estas cosas que me pasan que no sé como suceden, un día recordé que tenía una amiga de hace 25 años que se llamaba de apellido como su viuda. Me pregunté si no sería hermana suya, yo, tan despistada como siempre; la llamé y me dijo que sí, que claro, se reía de mi despiste. Total, que a través de ella, mano segura, he visto cumplida una necesidad interior vital, una apostilla más a ese sin querer afán que me persigue y que yo misma no planeo.

Entoces me ha enviado este enlace para que me hiciera la idea de cómo es. Lo que ella no sabía es que esta mañana llevo un buen rato buscando versiones del himno que cantan en el video (el propio José Saramago lo hace)...¿por qué?, porque mi amigo Manolo Moya  ganó el Quiñones de novela este otoño con novela ambientada en  la revolución de los claveles, que fue la que convirtió a esa canción de Jose Alfonso en himno, y ahora Alianza editorial la está promocionando. Así que ahora mismo me encuentro con un todo lleno de señales  que me embarcan en la feliz marejada de la emoción interna plenamente consensuada mire por donde mire, hile por donde hile... y yo simplemente no sé cómo lograré expresar todo esto, o si lo conseguiré. Pero por algo tenía que empezar.

¡Ah!, nada de esto sabía mi amigo, al que no veía desde hace 30 años casi, (aquí en este poema de Canto para esta era se puede comprobar) cuando nombró al personaje protagonista con el nombre de Sophia ...:)

Cuando cantaba, mediante la fotografía, a  las encinas en el campo, escuchaba bastante  este himno, que por entonces formaba parte de mi audioteca. Un amigo me lo envió por cd simplemente porque yo intentaba transformar amapolas campestres en claveles de la feria de abril de Sevilla, donde quería estar por motivos ajenos a la fiesta en sí, muy ajenos, y no podía, no podía... Ese amigo nació para mi sentimiento de amistad y para la vida hace ya algunas decenas de años un 25 de abril.

Dejo la letra del himno, de la canción de José Alfonso. En cualquier otra entrada pondré mp3 de ella.

Grândola, vila morena
Terra da fraternidade
O povo é quem mais ordena
Dentro de ti, ó cidade

Dentro de ti, ó cidade
O povo é quem mais ordena
Terra da fraternidade
Grândola, vila morena

Em cada esquina um amigo
Em cada rosto igualdade
Grândola, vila morena
Terra da fraternidade

Terra da fraternidade
Grândola, vila morena
Em cada rosto igualdade
O povo é quem mais ordena
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade
Jurei ter por companheira
Grândola a tua vontade

Grândola a tua vontade
Jurei ter por companheira
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade


CASTELLANO

Grandola, Villa Morena
tierra de fraternidad,
el pueblo es quien más ordena
dentro de ti, oh ciudad.
Dentro de ti, oh ciudad,
el pueblo es quien más ordena,
tierra de fraternidad,
Grandola, Villa Morena.

En cada esquina un amigo,
en cada rostro igualdad,
Grandola, Villa Morena
tierra de fraternidad.
Grandola Villa Morena
en cada rostro igualdad
el pueblo es quien más ordena
Dentro de ti, oh ciudad.

A la sombra de una encina
de la que no sabía su edad
juré tener por compañera
Grandola, tu voluntad.
Grandola, tu voluntad
juré tener por compañera,
a la sombra de una encina
de la que no sabía su edad.

(Nada más cerrar esta entrada y lanzarla me lo has dicho, José, que te has ido. Sé, intuyo que esta canción te gustaría, estoy segura, completamente. Te la canto, amigo mío, mi vecino de blog, mi querido José Luis Zúñiga, nuestro Zuñi...)

Idus de marzo



Hoy he recibido la feliz noticia de que mi libro "La presencia por la ausencia" forma ya parte de la Biblioteca de la fundación Saramago, allí en las Islas Canarias, las afortunadas, en Lanzarote. Quien lo haya leído o visto algunos de sus enlaces por aquí habrá podido comprobar que se inicia con un poema dedicatoria a José Saramago, así que para mí resulta algo mucho más que una anécdota. Necesitaba hacerle llegar ese libro, a él, con su poema escrito el día de su muerte, y lo conseguí justo antes de que se pasaron los nueve meses desde su fallecimiento (él decía que nueve meses para nacer, nueve meses para morir- yo de estas cosas tampoco me entero, yo no me entero de nada nunca), y por estas cosas que me pasan que no sé como suceden, un día recordé que tenía una amiga de hace 25 años que se llamaba de apellido como su viuda. Me pregunté si no sería hermana suya, yo, tan despistada como siempre; la llamé y me dijo que sí, que claro, se reía de mi despiste. Total, que a través de ella, mano segura, he visto cumplida una necesidad interior vital, una apostilla más a ese sin querer afán que me persigue y que yo misma no planeo.

Entoces me ha enviado este enlace para que me hiciera la idea de cómo es. Lo que ella no sabía es que esta mañana llevo un buen rato buscando versiones del himno que cantan en el video (el propio José Saramago lo hace)...¿por qué?, porque mi amigo Manolo Moya  ganó el Quiñones de novela este otoño con novela ambientada en  la revolución de los claveles, que fue la que convirtió a esa canción de Jose Alfonso en himno, y ahora Alianza editorial la está promocionando. Así que ahora mismo me encuentro con un todo lleno de señales  que me embarcan en la feliz marejada de la emoción interna plenamente consensuada mire por donde mire, hile por donde hile... y yo simplemente no sé cómo lograré expresar todo esto, o si lo conseguiré. Pero por algo tenía que empezar.

¡Ah!, nada de esto sabía mi amigo, al que no veía desde hace 30 años casi, (aquí en este poema de Canto para esta era se puede comprobar) cuando nombró al personaje protagonista con el nombre de Sophia ...:)

Cuando cantaba, mediante la fotografía, a  las encinas en el campo, escuchaba bastante  este himno, que por entonces formaba parte de mi audioteca. Un amigo me lo envió por cd simplemente porque yo intentaba transformar amapolas campestres en claveles de la feria de abril de Sevilla, donde quería estar por motivos ajenos a la fiesta en sí, muy ajenos, y no podía, no podía... Ese amigo nació para mi sentimiento de amistad y para la vida hace ya algunas decenas de años un 25 de abril.

Dejo la letra del himno, de la canción de José Alfonso. En cualquier otra entrada pondré mp3 de ella.

Grândola, vila morena
Terra da fraternidade
O povo é quem mais ordena
Dentro de ti, ó cidade

Dentro de ti, ó cidade
O povo é quem mais ordena
Terra da fraternidade
Grândola, vila morena

Em cada esquina um amigo
Em cada rosto igualdade
Grândola, vila morena
Terra da fraternidade

Terra da fraternidade
Grândola, vila morena
Em cada rosto igualdade
O povo é quem mais ordena
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade
Jurei ter por companheira
Grândola a tua vontade

Grândola a tua vontade
Jurei ter por companheira
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade


CASTELLANO

Grandola, Villa Morena
tierra de fraternidad,
el pueblo es quien más ordena
dentro de ti, oh ciudad.
Dentro de ti, oh ciudad,
el pueblo es quien más ordena,
tierra de fraternidad,
Grandola, Villa Morena.

En cada esquina un amigo,
en cada rostro igualdad,
Grandola, Villa Morena
tierra de fraternidad.
Grandola Villa Morena
en cada rostro igualdad
el pueblo es quien más ordena
Dentro de ti, oh ciudad.

A la sombra de una encina
de la que no sabía su edad
juré tener por compañera
Grandola, tu voluntad.
Grandola, tu voluntad
juré tener por compañera,
a la sombra de una encina
de la que no sabía su edad.

(Nada más cerrar esta enrada y lanzarla me lo has dicho José, que te has ido. Sé, intuyo que esta canción te gustaría, estoy segura, completamente. Te la canto, amigo mío, mi vecino de blog, mi querido José Luis Zúñiga, Zuñi...)

domingo, 3 de abril de 2011

Iconoclaussum (with The beatles y con Frida)

Iconoclaussum

(basado en dos mitos, uno que elegí, otro en el que me inscriben ahora)

Con Los beatles aprendí hambre.
Inglés también.
Cuando mataron a John Lennon
en 1980,
lloré por la injusticia:
Alguien who gave peace
a chance
moría víctima de la violencia.
Después me fui desenamorando de Paul Mac Cartney.
Lentamente,
sin decepción.
Hoy sólo queda él.


With the beatles, muertos
antes de mis trece años,
yo tan tarde siempre tarde tan yo (TAN YO),
supe de los corazones solitarios.
Nunca fue mi preferido,
aunque                          mi siempre torpe-mente
cuando                          buen arte encuentra
donde                           le corresponde ubica
dentro                           suya
allá, en(la)cima de la colina
de la loca en lo más alto.
Debe de ser que he escalado demasiado,
yo, que padezco del mal de altura,
yo, que no le encuentro sentido a ese deporte
con cadáveres congelados como fotos-the end,
hoy encuentro mi fotografía
en esa obra maestra del arte pop.
Sargenta pimienta nací
sin saberlo
encriptada
en las polichinelas de los circos ambulantes.
La morsa me acompaña.
He costumizado mi uniforme,
el de la banda de los corazones solitarios.

No importa que digas que me amas.

¿Qué tipo de estómago
bombea un corazón solitario
que no hay hambre que lo sacie?
Corazón sin anatomía que lo sustente,
como los que pintó Frida
suelta de su cuerpo,
enlazados ellos en el aire,
sin huesos -ya juntos, ya siempre juntos-*
o con huesos rotos, rota ella
sin aparato digestivo,
sin siquiera colon irritable,
sólo oídos para despeñarse
ante la visión de su propia boca
corazón, corazón solo
sólo hueco para el hambre,
sólo palimpsesto de un autorretrato
antes de morir muerto de mudeces,
antes de salir salido de ingles,
¿qué boca puede alimentar
un corazón solitario
sino la que inventa
una autista de su música
para evitar el desequilibrio del mal de altura?

Quemé naves y me incineré con ellas
para nunca/siempre –es LO mismo- volver a la orilla.
Corazón suicida,
corazón suicida,
corazón suicida.

* Verso de Canto para esta era


Sofía Serra. Abril, 2011
 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.