jueves, 26 de febrero de 2009

Sevilla desde el cielo (Antonio Machado). Petición al Ayuntamiento de Sevilla.

Ahora que ando paseando, algo perdida, debo decirlo, por el bosque-laberinto que forman los naranjos que pueblan la ciudad, asemejada más que nunca a las numerosas vegas que la circundan, he recordado esta fotgrafía disparada hace algunos meses, pensando que con ella podría homenajear el recuerdo de un poeta del que hace escasos días se cumplió aniversario de su muerte, allá en Colliure, muy lejos del lugar que lo vio nacer, o al menos, y según sus propias palabras, desarrollar su infancia, que no es más que el lugar que sirve de escenario a la fotografía.
Donde él nombra al limonero, yo sigo viendo sólo y permanentemente y casi desde que nací, naranjos, pero sé que desde el punto de vista de la luz conforman los mismos bosques de alegres aromas y sombreados brillos.
Tal vez, desde el cielo, Antonio Machado mire al lugar de su infancia de una forma parecida a la que se refleja en la fotografía.
Los poetas no son de ningún lugar, que es lo mismo que decir que lo son de todos. Tampoco creo en el culto a los muertos bajo las formas de tumbas o cementerios. Yo, que me vanaglorio de andar pisoteando las cenizas de mi padre, y hasta de mi suegro, en mi quehacer cotidiano y diario, con todo mi cariño y respeto, eso sí (zapatos de rosas poseo, como digo en uno de mis versos) no voy a izar bandera por el traslado de los restos del poeta a su lugar de nacimiento, o al menos a su país de origen (yo, que no creo en ninguna frontera) pero sí expresaré mi petición al Ayuntamiento de Sevilla de que, a las puertas del Palacio (de las Dueñas, propiedadde la Casa de Alba) que lo vio nacer, construya una pequeña barreduela con un par de bancos de hierro y un par de naranjos ( o mejor aún, limoneros) para de esa forma poder honrar más en condiciones a la figura de un poeta cuya memoria, hoy por hoy, sólo tiene una pequeña placa de azulejos que lo recuerda en ese lugar. Una placa rodeada de coches cuyos dueños siempre nos estamos "peleando" por encontrar lugar de aparcamiento, luchando vecinos a brazo partido contra la presencia de los automóviles de los periodistas que a casi diario, se aposentan en las puertas del Palacio en busca de la instantánea de la respetada señora, ya anciana, que es dueña del mismo, y de camino de algún allegado, y contra la habitual locura que supone encontrar aparcamiento en pleno centro de Sevilla.
Señor alcalde, perderíamos todos unas...creo que unas nueve plazas de aparcamiento, pero ¿no embelleceríamos de esta forma un lugar que resplandece formalmente por sí mismo, pero esencialmente por ser depositario de una de las luces más serenas, sensatas y ejemplificadoras de lo que es la labor de un poeta, y además más injustamente tratado en su tiempo, y a su vez y por lo mismo, nos embelleceríamos a todos los sevillanos?
Ya que fue obligado a morir lejos de su tierra por la existencia de una guerra provocada por traidores a su propia patria ( que también era la del poeta), podríamos construir la paz que no le dieron tornando un lugar casi salvaje en un recatado, bello y simbólico huerto urbano.
No creo que sea cuestión de dinero, e intuyo que hasta los mismos habitantes , y hasta dueños, del citado palacio, habrán apostado por ello.
No suelo pedir nada los polìticos, ni los aborrezco ni abomino de ellos, pues creo en el excelso arte al que se suponen comprometidos, pero la figura del poeta Antonio Machado bien merece hacer una excepción en esa especie de cuestación personal por la creencia en el ser humano y su capacidad para ser justos con sus semejantes.
Si se construyera esa pequeña barreduela tal vez el poeta podría ya asomarse desde el cielo a mirar a su patio y su limonero (mis naranjales) sin tener que querer obviar las filas de coches aparcados que oscurecen una pared blanca de cal, suministro de luz.

martes, 24 de febrero de 2009

El cuarto claro

Canto primaveral


Resulta tan sumamente fácil construir las bonanzas, las bellezas, las fecundidades o las alegrías, que una sigue sin encontrarle explicación (casi medio siglo ya) a los resortes que anclan a las indolencias, a las perezas o a las persistencias de las inercias frías y perniciosas.

martes, 17 de febrero de 2009

Manifiesto contra el racismo, la xenofobia y la ignorancia autoconsentida



(Autor fotografía : Manuel Távora Serra)



Fotografía realizada durante un viaje de estudios apenas un par de días después que Berlusconi arengara a los médicos de familia italianos a denunciar la presencia en sus consultas de inmigrantes "sin papeles". Lugar: Pisa, Italia.



Autor texto escrito a continuación, Manuel Távora Serra. Comentario crítico de ejercicio de estudios.





RESUMEN



En el texto se informa de la situación en la que se encuentra el proceso judicial de Omar

Bashir, que ha sido el desencadenante por el que La Corte Penal se está planteando muy

seriamente el eliminar la inmunidad política a aquellos dirigentes de países principalmente los de países subdesarrollados) que hasta hoy (y probablemente hasta dentro de unas semanas) gozaban de total impunidad ante la ley, sin tener que responder por sus crímenes contra la humanidad. La Corte Penal se plantea retirar tales privilegios, en esencia para evitar ciertas atrocidades, pero utiliza como excusa que, por definición, ser gobernante es la máxima responsabilidad, de lo que se obtiene la máxima recompensa, y por tanto lo que permite un máximo castigo, en este caso, penal. En definitiva, se expresa el deseo de que se realice tal decisión.



ESTRUCTURACIÓN DE IDEA



Los gobernantes no gozarán de inmunidad.

Lo primero a lo que se alude en el texto es a un caso particular actual (el de Omar Bashir), pero se utiliza para dar a conocer un hecho de mucha más importancia y que engloba muchos casos particulares como el anterior (el hecho de que los gobernantes ya no posean inmunidad política, sobre todo los de los países subdesarrollados). Durante todo el texto se insiste en que la decisión no está tomada absolutamente, pero si se admite que, de hacerlo, sería un gran paso para mejorar toda la situación social de aquellos países jóvenes, vástagos de las antiguas colonias occidentales.



COMENTARIO CRÍTICO



Es un texto periodístico, de carácter informativo y predomina en él la función referencial del lenguaje, se aprecian pequeños focos de opinión, pero se trata de pensamientos creo que tan globalizados que podríamos incluirlos dentro de la misma información.

Algo que siempre ha conseguido mantener dentro de mí una sensación de pesar es la muestra de la poca responsabilidad del ser humano, o de su capacidad para olvidar responsabilidades que no conviene mantener o reconocer, esto, algo cotidiano, se traslada desde el olvido voluntario de hacer la cama, al olvido voluntario de ayudar a todos aquellos pueblos que dejamos atrás, muchos destruidos tras décadas de asentamiento extranjero, la mayoría fundidos con los que llegaron a partir del siglo XIX a aquellas tierras del sur y del este “medio-lejano”(ya que el otro continente ya estaba ocupado e independiente), o simplemente, al olvido de nuestras antiguas colonias que con tanto agrado y valentía mantuvimos cuando sus recursos eran necesarios (al igual que ahora, sólo que ahora es más fácil conseguir materias primas mediante empresas privadas y no con representaciones de la metrópoli).

Me indigna la capacidad de cerrar los ojos ante la visión de las sábanas arrugadas, y cómo cada vez se ensucian más y huelen peor tras noches de uso sin cuidado, simplemente entrando en ellas y saliendo de ellas, sin fijarnos en su situación al entrar, al estar, o al salir. Llegará un momento en el que la podredumbre sea tal que la infección romperá nuestras barreras, y nos veremos obligados a limpiar las sábanas durante todo un día, sin descanso, sólo para evitar que la suciedad siga extendiéndose. Para volver a ver blanca la funda de la almohada el esfuerzo sería tal (o consideraríamos que el esfuerzo sería tal) como para que mereciera la pena comprar otra en el chino de la esquina y tirar las sucias. Eso me aterroriza, ¿llegará el día en el que haya que tirar toda África? Hechos como el que expone el texto me dan razones para creer que no, que aún es posible mantenerlas limpias, o que al menos, nos estamos planteando el hecho de cuidar de lo que usamos con tanta frecuencia.

Me encantaría pensar que todo acabaría bien, que las sábanas se limpiasen completamente, o que nosotros nos fundiéramos con la suciedad y no notásemos nada, que todo fuese totalmente natural. Pero todos sabemos que hay manchas que no se van por mucho que queramos, y todo el mundo también sabe que todos los organismos generan poderosas barreras de rechazo frente a agentes externos. Esperemos que mutemos, o que nuestra madre venga a reñirnos, porque la habitación cada vez está peor, y no estamos tan bien educados como para auto imponernos su limpieza. Lo mejor de todo es que todo lo anterior es natural.





Tal vez algunos pasajes del texto destilen socarrona ironía, pero ¿hay otra forma de espetarle a la actual y vieja Europa su agónica, histriónica y ridícula capacidad para asimilar sus propias realidades, y culpabilidades, pasadas y actuales, su incapacidad para la adquisición de sabiduría natural por parte tanto de dirigentes políticos trasnochados como de gran parte de sus ciudadanos que se suponen herederos de una escuela pertrechada en los mayores avances sobre el conocimiento como fue la filosofía desarrollada en el mundo antiguo?

¿Qué dirían Platón y Aristóteles si levantaran la cabeza?...¿o el mismo Rafael autor del fresco "La escuela de Atenas? Por mucho relativismo histórico que consideremos estoy seguro de que habrían llevado al "exilio" a todos los que siendo europeos aún no se han dado cuenta de que el mundo está mejor sin fronteras, salvo aquellas que separan, o deberían separar, por exilio, a los ignorantes autoconsentidos sobre la única realidad humana: que todos los seres humanos somos iguales, y que los que logran lo mejor, tienen el deber moral de ofrecerlo a los que aún no lo han podido obtener. Probablemente Rafael, los habría insertado, a esos ignorantes, en su fresco como esclavos aprendices de un mundo más humano, justo y no cruel con los más débiles que son siempre los que no detentan el poder.

Señores xenófobos, habrían quedado ustedes preciosos allá retratados, como eso, como símbolos de la ignorancia más suprema y del más desidioso ejercicio de acomodamiento, sentados en sus poltronas o acostados en sus camas vestidas de sábanas plenas de inmundicia.



 
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