jueves, 27 de noviembre de 2008

Naranjas de la China


Por cierto y en relación con la entrada "Mare Nostrum".
La "China" es sólo la piedra, material de construcción el cual apenas ha sido usado en Sevilla a lo largo de la historia, ya que no cuenta con canteras por la morfología especial de su suelo (sedimentario, valle del Guadalquivir, arcilla). Sólo existe una de granito en la localidad de Gerena, de la cual siempre se han extraído los adoquines con los que se pavimentaba antigua (y actualmente) las calles. De esa forma, la gran parte de la riqueza monumental de carácter arquitectónico fue elaborada con ladrillo de barro cocido, ya el normalmente utilizado en la época musulmana.
Al fondo, el bokeh de la fotografía está formado por la imagen de la Iglesia mudéjar de San Marcos (SXIV). Son numerosas las iglesias de este tipo en la capital. Recién conquistada por los cristianos se construyeron muchos templos para la observancia de la nueva fé, en un estilo arquitectónico que aunaba los gustos imperantes en aquella época en Europa (gótico) con la idiosincrasia de la cultura sevillana. Los alarifes, maestros artesanos de la piedra o el ladrillo, la madera o la escayola, el yeso, podrían haberse convertido al cristianismo, pero el gusto o la tendencia natural va más allá de las religiones que imperan en cada época.
En primer plano un reclamo de una tienda de verduras y frutas que se encuentra en esa acera aprovechando el mástil de una señal de tráfico. Diciembre, claro. No sé si aún subsistirá, la tienda.

martes, 25 de noviembre de 2008

N'oubliez jamais

Torre de los perdigones, La Resolana.

De "oídos" familiares tengo el conocimiento de que se llama así porque formaba parte de una antigua fábrica, o siderurgia, o vaya usted a saber qué, donde se elaboraban los plomillos, las conocidas bolitas de plomo que arman a las escopetillas o a los cartuchos de los rifles. Se dejaba caer el plomo desde arriba en estado líquido. En su caída a la vez que se enfriaba, las gotitas del mineral terminaban adoptando la forma esférica necesaria. Ni idea. No tengo en mi saber el proceso industrial de tal "artefacto", pero a mí me encaja, porque quiero, claro.
Hasta la expo del 92 la recuerdo semioculta y semiderruída tras el muro que separaba, y mutilaba, a Sevilla por la zona de La Barqueta, calle Torneo, impidiendo la contemplación del río por esos parajes, y aún más toda la extensión que la vista alcanzaba hasta la zona del Aljarafe. Era un muro de seguridad, pues tras él pasaban las vías del tren que terminaba su andadura en la antigua estación de Córdoba.
Con la remodelación de la zona con motivo de la citada exposición, la torre quedó al descubierto, y con ella su lastimoso estado. No fue sino gracias a la iniciativa privada (creo que El Corte Inglés) que fue restaurada y convertida en una especie de cámara oscura de altura vertiginosa. A sus pies, actualmente, algún bar (imposible que no fuese así) y una nueva zona de jardines con artilugios para divertimento de los chavales y una fuente. Al lado, la facultad nueva de odontología (muy sintomático, ¿no?, teniendo en cuenta que hoy en día es casi imposible contemplar a un adolescente con una dentadura en mal o no perfectísimo estado).

El hombre y las circunstancias

Tras la lectura de la entrevista a José Saramago realizada por Manuel Rivas y publicada en El País Semanal (23 de Noviembre de 2008. Nº 1678). Fotografía de Sofía Moro, aprovecho para felicitarla por los dos magníficos retratos del escritor que aparecen al compás del texto.
Felicito también Manuel Rivas, pero ya estamos "acostumbrados" a su buen hacer.
A D. José Saramago, mi admiración, una y otra vez recrecida.
Dice Manuel Rivas (refiriéndose de José Saramago).
[...] "o con su cita preferida, la de La Sagrada Familia (la de Karl Marx): "Si el hombre es formado por las circunstancias, entonces es necesario formar las circunstancias humanamente". [...]
Y se me ocurrió que, "el hombre es él y sus circunstancias, como dijo Ortega y Gasset, pero no sólo sus circunstancias, ¿para cuándo "él"?
Supongo que no he sido nunca demasiado orteguiana.
Adivino que primero hay que tener la clarividencia suficiente para dirimir cuáles son nuestras circunstancias y cúales aquéllas que no y, sin embargo, en obcecada ceguera (ya para siempre relacionaré esta palabra con el libro del entrevistado, "Ensayo sobre la ceguera", aunque tiempo antes de su lectura hiciera una serie de fotografías en las que incluía ese vocablo, para mí, "nadie", feliz coincidencia) hacemos nuestras.
Pero aún más, me pregunto para cuándo el hombre que viviendo sus circuntancias también es capaz de con ellas hacer emerger al hombre mejor, a su auténtico yo.
Creo, es posible que por ello admire o de ello provenga mi fanático empeño por la exaltación del Arte, una expresión humana que consigue a través del uso de cualquier lenguaje que el hombre sublime, como en perfecta receta de cocina, que el hombre, repito, consiga extraer sus mejores esencias desde la participación de cualquier condimento o especia o CIRCUNSTANCIA adversa sobrevenida en la elaboración del guiso. Todas , éstas, hasta las indeseables, pueden ser contrarrestadas con los sutiles mecanismos que necesita cualquier preparación culinaria, sólo dependiendo de la sabiduría instintiva y adquirida del cocinero.
Los lenguajes, los que no permiten ser y extraernos para poder comunicarnos unos con otros, para lograr así el entendimiento entre la miríada, milloniríada por mil de seres que somos. Los lenguajes, a los que conformamos y nos conforman.
Hay alguien que ha sacado una calificación extraordinaria en un examen de la asignatura de Latín (lenguaje además de lengua "antigua"). Creo, estoy segura de que sabrá a qué me refiero.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Mare Nostrum


Fachada lateral (calle Salesianos, frente al gimnasio Atlas, donde fotografío el tenis) del antiguo laboratorio municipal situado enfrente del parque del Valle.
Sevilla es atlántica y mediterránea. Por su situación geográfica prefiero su "vertiente" atlántica, llueve cuando hace viento de poniente, éste, en este lugar, es dulce y húmedo, trae las bondades de las borrascas que se suelen alojar en el golfo de Cádiz. Abierta al Atlántico por el ángulo perfecto que forma su río Guadalquivir en sus pasos finales hasta su desembocadura, sin ausencia de montes que impidan la trashumancia de las nubes cargadas de agua.
Mediterránea por su cultura (atlántica por lo mismo también, mestizaje, sincretismo, siempre crisol). Las naranjas, que para siempre identificaré con las manzanas doradas del jardín de las Hespérides (aunque, ¿no llegaron de la China siglos después de la configuración del mito?), son el fruto por antonomasia de la ciudad de Sevilla, en su interior urbano (la variedad de agria, con la que se fabrica la mermelada tan requerida en la cultura británica, dicen que de estos árboles sevillanos salía la que se producía en las manufacturas reales de la monarquía inglesa) y en sus alrededores llenos de huertas, la vega de los ríos que discurren cercanos a ella y por ella, mandarinas, whashintonas, zumeras, la Algaba, San José de la Rinconada, Brenes, Santiponce, pueblos, vidas, industrias y urbanizaciones entre bosques de naranjos ...).
Sevilla no tiene mar, pero sí un río que lo alimenta.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

La evolución

(Autor: Manuel Távora Serra)

Hace poco me pidieron mi opinión sobre la evolución del idioma escrito, en concreto el mío, el castellano, y que si me parecía bien que este idioma se escribiese tal y como se hablase. Bien, mi respuesta fue que sí, por qué no, se escribiría más rápido y significaría lo mismo. Pero hoy, mientras redactaba " el origen del universo y sus características" (para un asignatura que tengo) me he dado cuenta de que la evolución del idioma no va a depender de la velocidad con la que manejemos el lápiz, sino de la velocidad con la que pulsemos las teclas de nuestro ordenador.

Realmente es probable que el que decidió la ordenación de los caracteres de cualquier idioma en el teclado no supiese con qué demonios estaba jugando. Maldita sea, cada vez que repaso algo o escribo en el word me lo subraya todo de rojo!!! Es cierto que depende de la frecuencia con que usemos el ordenador, pero al menos a mí, los dedos se me disparan, y la verdad es que me como muchas letras que no alteran el significado de las palabras, y mucho menos del texto en general.

Ya incluso opto por redactar la lección en el bloc de notas, que visualmente es mucho más cómodo.

Bueno, la verdad es que no tengo conocimientos suficientes, pero se me viene a la cabeza eso de escribir con un palo en la arena, con una piedra en la piedra, con la pluma en el papel o con la brocha. La caligrafía cambia y con ello la ortografía.

(Escrito por Manuel Távora Serra)
 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.