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lunes, 16 de marzo de 2015

Al sur del Alentejo, a Portugal

Al sur del Alentejo, a Portugal

Un rosal en la frontera me avisa:
para valorar la diferencia
sólo hay que darle la vuelta.

(leer en clave de soul)

Al sur más allá del Tajo
no llegó el oro de Europa
con sus fondos feder-
er suh… al soul
de más allá del Tajo,
las encinas son ufanas
naderías oficiadas
ya no sé si por las cabras
o una motosierra gigante
que alenteja por abajo
y por arriba sus copas
negras sobre el amarillo
suelo y la tierra del escarbo
gris, tal vez la ausencia
que diera lugar al milagro
de servicio a la puerta,
resto que me extraiga
de esta vil onomatopeya
entre la legumbre y la ley seca
de un norte que sólo existió
unos miles (da igual cientos) de años
después de que inventáramos
los turdetanos el garum.

A otro tal felipe
y a un poeta encam(o)ado
debemos esta grieta
que separa, que ataja
un grupo o un pueblo
que llamaron hispano.
Portugal reúne mar
y aroma de marca
con la que me friso,
—también Saramago lo hizo
para surtirme de una metáfora
en la presencia—.
Que dios mismo bajara,
de norte a sur,
y dijera si es natural o designio
divino, él sabría sobre
sus mismas tropelías, quizás
una fruto de sus tantos poemas,
que por cuatro reyes (tal vez menos) y un poeta,
tanto nombre diferente,
tanto artificio de grieta,
tanta frontera y distancia
entre los feder encauzados
entre huertos y castañales
y esos que nunca llegaron
a mis pobres encinas
con forma de lenteja.




jueves, 26 de febrero de 2015

Working

Working

Si no quiero ya descubrir
donde te escondes.

Estaba allí,
En el entresuelo entre
La cerca y el cielo de goma
Hablando con su rabo
Nocturno y balbuceante
Entre los cajones y los paños
Y las pipas de girasol
Y mis ojazos,
Mi hermana, la sibila
De los adioses, la vespertina
Visitante, la suministradora,
La compañera,
La leal habitante:
La rata
Y su cola y su madriguera
De vetustas y pavesas cáscaras,
La habladora,
La angio
Esperma
Retirada
Del mundanal oficio
Del ser, la ontológica
Corporación. Junio y rosas.
Las adelfas no duermen
Nunca en los laureles.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Letanía afrodisíaca

Apareció este poema publicado en la contratapa de Los parasoles de Afrodita (Baile del sol, 2013). Lo consideré un buen remate  externo al mismo poemario pero  a la vez relacionado con lo que lo concibe, de alguna forma lo sintetizaba, aunque el acto en sí significara que rompiera con lo habitual en las publicaciones de esta editorial, que normalmente sitúan en ese lugar un poema del mismo libro del tal volumen, a modo de muestra.
Sin embargo forma parte sustancial de este en el que continúo trabajando que llegó creo que casi dos poemarios después La exploradora, como todos sabéis perteneciente al Ciclo Suroeste, un ciclo posterior. Se ve que la misma necesitó encomendarse a una de sus deidades para que la protegiese, o le diese fuerzas o quién sabe qué en sus recorridos exploratorios por esos caminos algo procelosos en ocasiones.
Dedico esta entrada a mi querida amiga Pilar Fuertes Aguilar.


Letanía afrodisíaca


Afrodita–mente I

Afrodita, la de huesos perennes
y salud de hierro y elástica sangre.
Afrodita, la hacedora de sienes.

Afrodita–mente II

Afrodita, de cuerpo como estrella.
Afrodita, la de los ojos grandes.
Afrodita, la desmembrada y ojerosa.

Afrodita-mente III

Afrodita, la del negado a-dios
o manto memoroso.
Afrodita y el agua de perfil.
Afrodita, la seductora
de raíces. La de profundas huellas,
y potentes piernas. Afrodita
arbórea y terrena

se mudó más allá del sol
y el humo, como los barcos
que se sucedían
—como en cascada caían,
como en cascada—
imitando el canto de las piedras,
extendiendo los arrozales,
cavilando duermes
como ventisquera muda
hacia el soplo se huye,
hacia el sur y el oeste.

Afrodita, la de manglares brazos.
Afrodita, la de terrizas manos
y acuosas sienes. Afrodita,
la que permanece y la que llega.
Afrodita continental
y continente. Afrodita,
la sureña con norte
de orbe. Afrodita,
la deicida.

martes, 24 de febrero de 2015

A un pájaro muerto

A un pájaro muerto

Muerte…funesta (Empédocles)

se me murió el pájaro
y yo me quedo quieta
y sorda quiero muda
sea su salto y suelta
vengo quizás
me lloro
sólo a cantarme dijo
su juventud extrema.

Tanta benevolencia extremo
en el pasillo de tus pisadas
de sol de noche y estío blanco
y el amarillo de los cantores
que no mueren.

 Ver AQUÍ sin marco y en grande

miércoles, 18 de febrero de 2015

El ruido y un silencio

El ruido y un silencio
(Lucy-on-the-earth-without-diamonds)

Alimentamos sabañones
que nos dejarán la piel
reventada en tiras de aluminio
que se enrollan añarándonos
la entrepierna y hasta las corvas.
Juntos cederemos al buen paso
de la bestia, tanta raedera
salvaje, mullida de dientes
en escala perfecta con boca
de titanes y jorobas
de escleróticos esqueletos.
¿Cómo se entrelazan
los tirabuzones de su afecto?

Hasta las calaveras se aman
con su boca a boca tecleante,
diente a diente,
hueso a hueso.

si no se dice nada
es audible nadie
sabe nada
de esta terrena
entraña.

martes, 17 de febrero de 2015

Posada de noche (I, II, III, IV)

Posada de noche (I, II, III, IV)

En Meridiana Claridad


Variación I

Terminar una noche
con dolor de espalda
anclado al dominio
de una sentencia con agria
disconformidad. Escepticismo.
los pájaros duermen. Ellos saben
de horas. Menos el ruiseñor.
Aún resuena en el pensamiento
su dolor dulce de canto
en mi compañía. las encinas
y la noche azul. mi sentido
del olfato se enreda
en las madrugadas en rima
En Meridiana Claridad
con el cielo y la tierra.
Una sola mujer sola
y toda la noche serrana
tan sólo extendida para ella.

Me pregunto si me recordará.
Y si sabrá volver a crearla.

Variación II

La habitación húmeda
sabía a polvo de huerto,
la casa cerrada se había hundido
en la tierra removida, sonaban
leves clarines con voces
astutas y alegres del zorro.
La yerba y la luna.
En Meridiana Claridad
La falta de miedo en el suelo.
Mis pies frescos.

Variación III

Inabarcable como el volumen
espaciado de la noche.
Tan libre azul
súbitamente se abarandó
el cielo nocturno,
brillante siempre de negro
vestido para mí
y no matarme
al verme caminar
hacia el ruiseñor
célebre dulce íntimo
mío canto de amor
En Meridiana Claridad
y consuelo. La plácida
belleza del bálsamo.
La recompensa.
Plenitud.


Variación IV

Despierto con el alegre canto del zorro. Las cinco de la mañana y dulce oscura la noche. Me levanto y voy hacia al puerta. Al abrirla, mi piel se refresca con la caricia del aroma nocturno. El azul saborea mi mirada a la luna. Poso mis sienes sobre el canto del ruiseñor.
Las cinco y el campo me saluda. Buenos y nocturnos días de plenitud tras la guerra.

miércoles, 11 de febrero de 2015

mayales 1

mayales 1

0. Al fin y al cabo
que sujetaste
con la primera mano
es el tiempo de distancia,
la medida, la una
que nos separa.

1. wish you were
here es la paz
ahora mismo
no se hallan
dos en mí.

2. seremos dos
hasta que la luna
cierre sus tres ojos,
que no los posee.

3. llegará el día
para dios cantarnos
una nana al cobijo
de nuestro cuarto.

4. Sopesar y transgredir,
así nivela el canto su mirlo son
síntomas causantes
del peligro y la lágrima
rodante curva abajo
de un mundo que fue plano
antes de que él lo quintuplicara
con su voz.

5. Al pabellón de mi oído cóncava
sien trasladada a tu seís-mo
como si el latido del hombre
naciente embrionara
patente de nuevo.

martes, 10 de febrero de 2015

le dicen fucking (el celo)

le dicen fucking (el celo)

no sé cómo llamar a esta extensión
de las sienes de mis pechos
¿axilas? blancos y voletantes,
y andró-medas se tornan
ahuecándose al paso
de tu saliva por mi corriente
venero
tu dentro
de este
vientre

y para cuando argüiste
la entrega me hizo agua
el gusano del desierto de Dune
y toda su fábrica
de especia
—esencia-especia-esencia
—, espacio
lleno.

yo no veo que nadie
enturbie el gozo,
tus dedos adormilados
y justos donde más
duele.
Ahí.

sábado, 7 de febrero de 2015

Liberta

Liberta

sin pies

normalmente las batallas del hombre
suceden en el límite entre la noche
de sus ojos y el día de sus manos.
si no sé dónde pisan mis pensamientos,
mucho menos puedo pensar mis pies.

sin cabeza

se ha soltado la yunta
y ya no puedo arar.
un animal soy
sin frente
ni amo.

sin cuerpo

Habiendo llegado,
qué hago ahora aquí.
soltar amarras e la nave va
sesgando muy ciertos
agujeros la diluyen
en la salina transparencia.

sin palabras

mi mente catastrófica gobierna
su salida de este mundo inhóspito
y cruel pido un deseo
por todos los hombres un abocarme
para deglutirme
por completo entiendo
sin palabras que me demuestren.

sin dios

en la inefabilidad de la sustancia
hallo la máquina del tiempo.
un soldado muerto me dijo:
no nombrarás
en vano.

domingo, 1 de febrero de 2015

La trangresión



Otra visión de esta fotografía, AQUÍ, en Meridiana claridad

La transgresión

Nieva lejos si al menos
la ojeriza soleara
el entredicho.
Cómo comu
nicar-te-, licán
tropa mía,
que debes renegar
de la luna, que ahora,
sólo ahora, se revuelve
contra sí misma tornándose
poeta de su misma luz
al ver el empeño
de un tú y un mí:
la frontera.

Pero dentro,
en los cielos ambos.

viernes, 30 de enero de 2015

La exploradora occidental

La exploradora occidental

El pueblo se acercaba
flotando                   mientras llego
y no llego el sol se acaba
depositando             sus negras luces
transparentan revientan
en cristalinas sombras
iluminando              el desconcierto
opaco y feroz la noche es
sin ausencia
clamando                 perturbar
el oeste y encamarse
en sus montañas persiste
cierta luminiscencia del océano
que arrastré en mi avenida
con sus lenguas verdes y feraces.

vengo a decir-
te
a golpear
te
-dios.

jueves, 22 de enero de 2015

Ánimo

Ánimo

ahora
me pregunto por el sonido
de tus mejillas cabeceando
junto a la estancia del salón
privado
de semejantes luces
tan pardillas,
dios y diablo
tan pardillos
casi se preguntaban
como yo hago ahora
por tu boca-puente,
ojo y río
, sí.
Río.

martes, 20 de enero de 2015

La compañía

La compañía

De donde veo y pienso llegarte

Se sumaron algunos versos
al continuo de tu boca.
Trabarme entre tantas luces
fue necesario, colmar el silencio
de tus mejillas, entregarme
a un solo punto de tu página
en blanco, presentirme
en el sonido de la miseria haciendo
aguas y calderilla en el bolsillo
de tu mano hueca, mano abierta,
soldado del crisantemo
que se posaba en tu espalda
de soledad y senectud extendidas
sobre el mantel de un jardín
silvestre la melaza
de las flores se evapora,
nosotros la vemos,
algunas huellas de tu futuro se ahogan
en la laguna de las hojas muertas,
agua dulce, parca lucha la tuya,
el gentío inexcusable sin el don
de la palabra te conminó
al extrarradio: afuera.
Aquellas murallas fueron
pan de alforja,
mas hoy


éramos dos y se quebró
el límite del imperio.
éramos dos atravesados
sobre la corriente.
Hoy tus pasos y las azules rejas
o el transparente de tu medida
taladran otras lindes de la mañana,
y sus solares huecos de noche,
y los vacíos que me dejas.

lunes, 19 de enero de 2015

Ab-solución

Ab-solución

Toda mi vida
es una historia
de tu derrota
ante mis ojos
y tu caída
ante mi frente
toda la vida
en verte caer y ceñirte
al umbral
sin lograr
soportar
con tus manos
ni el peso de una mosca
todo para ti se miente
en mi partida
hacia el abismo:
¿depresión absoluta
o absolutoria?

He de
          crear
                   —un dios—
          poder
creer.

A Dieta

(Comienzo re-revisión del segundo poemario del ciclo Suroeste, que se titula "La exploradora". Decían por las "noticias" internáuticas que hoy, 19 de enero, es el día más triste del año, que si análisis socioestadísticos y hasta climáticos confirmaban esta idea (¿idea?). Nos hemos vuelto locos, pienso, los que malgastan su tiempo en crear esta idea, los que las leemos y los que se las creen, todos locos.
Yo no me siento triste.
Yo me siento el corazón
en la boca.)

A Dieta

toda exploración comienza
anidada
con la preparación equipal
que no poseo.


Había tanta luz al despertar que me he asustado.
Conclusión, prefiero la oscuridad.
El desconcierto me lo provoca no saber
dónde estoy, ¿dónde estoy?,
entre tu boca y la mía.
Conclusión, siempre en el abismo.
Luego estoy en un abismo.
Conclusión, estoy donde siempre.
Luego sé dónde estoy.
Luego debería saber cómo caminar,
qué hacer, cómo moverme,
él es mi Estado natural: el abismo.
Pero me sigue embragando el miedo
—yo no me detengo, me lanzo—,
¿hasta dónde llegaré?,
¿A qué tengo miedo?
A no saber dónde estoy.
Pero si ya lo has averiguado,
                                          ¿no lo recuerdas?:
                                                                       en el abismo.
Ah, sí, el abismo… buff, otra vez,
siempre igual, me tiro, me lanzo
por dependencia moral
y catapúm que me desvirgo.
¿Cuántos desvirgamientos soporta mi himen?,
mejor, ¿cuántos rehechos?,
mejor, ¿cuántas vidas
tiene una perra?

Y a todo esto, ¿qué más
da el número?
Vivir dejándome
penetrar,
—¿es que acaso existe otra vida posible?—.

Poética, y genéricamente,
admito cierta-
mente-razón,

pero nunca tanta
como para considerar-
Lo no poema.





jueves, 16 de octubre de 2014

Homenaje a una seta (poema, fotos y notas)

Aman(i)ta caesarea


Muerto el hombre se domestica
la raíz el agua-fuerte levanta
la tierra aflora la adormidera
huevina, tanta yema, tan naranja
como el bokeh de Venus
cuando esta noche ha pasado
por delante del sol.
Como Afrodita, aunque sin quemarse.

Las tanas me recuerdan de dudas
la siembra de mis añadas mozas,
cuando aprendí a deletrear
m-a-d-r-e-s-e-l-v-a
tras haberme perfumado
en los maitines de mi madre
cuando ella llegaba del trabajo
con su vestido de enfermera
para echarlo a la lavadora
según yo dudaba y sembraba
pequeñas setas en el aire
de mi habitación a oscuras hasta hoy.
Si la yema, si la flor
sobre la tierra,
un hongo puede ocupar kilómetros
bajo el suelo y yo no me mido,
encuentro sol y me desnuco.

Así que no soy Venus.

Miro siempre de frente,
¿no veis mi tez morena?

(Del poemario "La exploradora". Este poema se encuentra recogido en libro especie de antología "Signos Cantores". Linden Lane Press, 2012.)






Notas al margen:1. Sobre el poema. Fue escrito antes de que muriera el hombre, el muchacho, por aquel entonces, con el que las descubrí allá por mis 19 años. Ahora releo el primer verso, un motivo más para este miedo y cierto odio que a veces siento por la escritura de poesía. Una especie de "fatum" del que intento desligarme dejándola de escribir.2. Sobre las fotografías. Este delicioso manjar no crece en el campo que habitualmente habito. El ejemplar que protagoniza las fotografías me la regaló un vecino que había ido a la zona apropiada a recogerlas. Si van a recoger setas, NUNCA las arranquen. Corten por el tallo con una navaja. Y nunca las cojan sin abrir. Deberían estar condenadas ciertas prácticas.

jueves, 1 de agosto de 2013

Negadas vacaciones

Negadas vacaciones

todos salen de su patria
todos vuelven a su patria:
vacación se llama,
vacancy,
vacante,
disponible
lo vacío,
la libertad
lo llaman.

vacantes, están todos
bacantes, vagantes
vacíos
de sí. no de
vacación. Vocación
disponible
busca ocupante
libre.

domingo, 28 de julio de 2013

SER-LO

SER-LO

una ciudad completa
se vacía en las manos de la tierra,
en sus costas y en sus valles,
en las laderas de las montañas
jugando a ser niña o tal vez
obús que desvincula a la roca
de su magma y su raíz
permanece siempre activa
horadando. Mensajes que el mar
nos trae a la vez que culmina
su paso. Porque el mar
acaece y se sucede, pasea
contemplando cómo
la marea se le viene encima,
y hubo un día
en que dejó de ser
dios para ser
nuestra cloaca,
¿y no, no significa
eso ser dios,
ser-Lo?

martes, 23 de julio de 2013

Prosificar

Prosificar

Aún no estoy preparada para escribir en prosa. O hace tiempo que la dejé atrás, no sé bien.
La “cosificación” que implica la prosa, la ralentización en el pensamiento para acoplarlo al discurso escrito me impide dar el salto, hay un escalón más allá que la escritura de la poesía me proporciona, un lugar en paz. La prosa no me permite llegar a él. Es como si mis ruedas patinaran, se recrearan en el barro sin llegar a ningún lado.
Allá por los 20 años recuerdo que comencé una novela, cuando iba por el segundo capítulo tuve que pararla, terminaba llorando por percibir lo que sentía el protagonista, un varón, inventado más o menos. Y de ahí no paso. Escribir prosa lo comparo al hecho de escuchar música, me “relata” las emociones, no consigo traspasar el umbral, tan sólo me quedo, con-mocionada en uno espacio anterior. Tal vez mi propia psicología demasiado empática (sin que esto lo nombre como virtud, la virtud está en saber cuidar de uno mismo, en hacer fácil la vida a tus seres queridos) se riñe con ella. Escribir poesía me permite como una racionalización, como un si no escribiera yo, una especie de “alejamiento”, la conceptualización, la liberalidad en el hecho de las expresiones verbales (ausencia de explicación), la abstracción, me abocan hacia ese espacio que necesito para poder vivir en paz sin dejar de percibir o vivir. Esto me otorga conocimiento, mis ruedas avanzan. La prosa se queda aquí.
La prosa es discursiva, la misma palabra la delata, dis-curso, rompe el curso, o lo frena, que conceptualmente es lo mismo; aunque no el que entendemos como lógico o racional, a simple vista, sí detiene el otro, el que yo entiendo como verdadero, el “curso” del río sin sombra ni cauce de Canto para esta era.
Actualmente, no me interesa la prosa a no ser en su vertiente ensayística. Ni escribirla, ni casi leerla (tras Proust, nada).
Aunque sé bien que lo que no cuente yo, no será relatado por otro.

lunes, 22 de julio de 2013

Habitante

Habitante

Se aclimatarán,
nos aclimataremos
al cambio brusco
de la vuelta de su curva
y la sien.
Es una esfera menos redonda,
pero su pabellón matizado
ondea los colores de la utopía.
El cieno y el negro blando,
la metamorfosis que sufre
la huella de su redonda efigie
de planeta invertido,
pues, ¿a quién se le ocurre
diseñar una figura convexa
para posarnos a todos sobre ella?
Mejor cóncava, así habríamos
cabido redundados geométricamente,
por cielo, las coronillas de los habitantes
de las antípodas, el sol iluminaría
la tierra desde los pies, el suelo
sería transparente y el mismo planeta
habría tenido que desarrollar
una fuerza centrípeta.

siempre en el límite
del nife nos posaríamos
sobre la de hoy atmósfera,
poblaríamos de pájaros
y nubes la densidad
del núcleo de ayer.

Si un mundo cambia,
si un planeta cambia,
¿por qué no yo?
 
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