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martes, 14 de enero de 2014

Un payaso me da una sorpresa

Todos son payasos menos él. Me enamoro del protagonista, como casi siempre me ha sucedido. Consigue lo q ninguna novela, ninguna narrativa ha logrado tras estos cuatro últimos años. La lectura de la obra magna de Proust me dejó traumatizada, felizmente herida. Después de conocer su prosa, cualquier otra me aburría. Infames aparecían ante mis neuronas. Incapaces.
Quién me iba a decir a mí que un payaso, figura por la siento cierta aversión, alergia, hasta el punto de no haber querido nunca leer este libro (Opiniones de un payaso, de Heinrich Böll) por exclusivamente su título, me iba reconciliar con la lectura de lo narrativo. Sorpresas me da la vida. Alguna muy feliz.

domingo, 12 de enero de 2014

Niebla amable

Mañana de niebla, tarde
De deseo ancho y blando
Como la curva de la playa
Donde me recalas, ama
De mi carne y de mi alma,
Noche ya dormida,
Noche que ya arde.
Solo humo queda de ti.
Solo niebla humectante.

sábado, 16 de noviembre de 2013

La clave está en los árboles

El árbol que me suministró sombra durante muchos veranos, hoy me calienta. Mañana de noviembre tan fría como los huesos de los muertos, como el propio árbol seco.

viernes, 15 de noviembre de 2013

La mirada dividida

No solo cuido el jardín. El bosque necesita mis manos, si es que quiero poder seguir siendo. Me agradece la intervención de hace seis años, y hasta me recompensa con un acebuche nacido sin mi cuidado. Los peligros son nimios. El cordón umbilical une mi mirada.

jueves, 14 de noviembre de 2013

El hombre extasiado

El que no se cansa de contemplar. El lector enganchado. El mejor libro es la naturaleza.

Oh pura encendida

Hice ayer múltiples disparos sobre la pequeña rosa. Esperaba a que se abriera para comprobar su color.La compré hace dos años movida por el q ahora luce. Sin embargo, en Sevilla nacía siempre de color amarillo, ni un matiz de color rosa. Ahora, ya en el campo, ha vuelto a ser ella. Qué tendrá la naturaleza que nos reconcilia con nuestra esencia? Ayer hice múltiples disparos. Encendí el ordenador por la noche con la idea de hacer alguna fotografía. Sin embargo me conformé con verlos. Sigo frenándome en cualquier intento de creación. Me freno o es que mi verdadero ser es la simple contemplación? No termino de maquetar el nuevo libro. Prefiero coser, podar, cavar... Cuál es mi trabajo, te pregunto, oh pura encendida rosa, émula de la llama...

domingo, 29 de septiembre de 2013

Poema "los parasoles de Afrodita" en vídeo

Se lo debo a algunos queridos amigos. Tómenlo como prueba. Los vídeos nunca han sido lo mío. Recitar tampoco, pero sí sé que tal como escribí "Los parasoles de Afrodita", sus poemas, son poemas también para recitar. Hay poesía para recitar y poesía para ser leída. Todos la que es para ser leída, no sirve para recitar. Además me persigue una insufrible vanidad, no soporto oír un poema escrito por mí sin el tono en el que lo escribí, ése que oigo cuando lo escribo. Por eso siempre pensé que a este libro le habría venido bien un dvd con grabaciones de audio (además de un dvd con sus fotografías, decenas). Le habría venido bien para cumplir con esa máxima que me persigue, la coherencia, la congruencia en el acto poético. Pero el mercado editorial es el mercado editorial, sus circunstancias, sus carencias y sus sobras. Nada que ver con la poesía, con lo que nace cuando se coge papel y lápiz, ordenador, fotografía, espíritu y grafos. Cosas de la costra dura de la nomenclatura (que, quién dice que no es también poesía).
(Disculpas por la mala calidad.)

Dejo abajo la letra del poema en sí.


Los parasoles de Afrodita

Ya llegaste, te has sentado ya.
Tengo tus ojos delante:
De su dorado vientre, el de Afrodita,
nacieron celestes parasoles,
sombrillas chinas que la diosa abrió
para cultivar mi piel con la nácar
y el humus de marino hechizo
arrojado sobre la ola que,
de vuelta y viene, conforma la marea
del sanguíneo mar de poniente:
¡Mar mío, mar lleno, mar
tan grande como yo misma!,
exclama la diosa rediviva
ignorante de su testicular
progenie, urania utopía
transformada por mor del viento
en conflagración de carne
sobre agua-sal y carne.

Gemiste en mis ojos: ¡Dame aire!
Gemiste en mi boca: agua blande
y piel para el cuántico cuerpo,
envoltura de este juguete polivalente
en el que me sumerges hasta contentar objeto
de los ritmos internos que manifiestan la eufonía,
venéreas transacciones, de las celestes esferas.
Amor, cueva clara a la sombra
de los chinos parasoles visitas.
No tu música, no tus brazos,
no tu centro; ni siquiera tus alas,
en el reitero de esta penumbra
de piel interna, hallarán ajado,
que ella misma regenera
a medida de las Eras.
Que sí, vuelan ya.

Urano,
hoy ya caes,
hoy ya retornas
por tus genitales.
Qué castrado te dejamos, ¡ay!
Ay, castrado, sí. Mas —te hablo al oído—,
recuerda,
sólo a sangre
tu carne engendró
lo más sagrado.
Ahora ya cayendo,
piensa,
podrás hacer
de la descendiente de tus gónadas
real
cayado.


martes, 30 de abril de 2013

La única diferencia

La única diferencia

El hombre es Naturaleza. La torre de la luz es Naturaleza. La gotera es Naturaleza. La piedra de la isla de Manhattan. La verdina en el borde de la ventana es naturaleza. La gota deslizándose por el cristal, el barniz de la mesa resquebrajado, la lavadora vuelta del revés y desguazada y los orines de las ratas, la tumefacción, el animal que me saltó a los pies, el árbol seco y las hojas de la higuera resplandecientes a contraluz.
Transparentan la visita del pájaro nuevo, que también es Naturaleza. Hasta mis fotos son Naturaleza. Y más que nada, nuestra palabra. La Naturaleza no sabe nombrarnos. Nosotros a ella sí. Ésa es la única diferencia.
Ése es el abismo, y por eso construimos la costra dura de la nomenclatura; ésa es la soledad del hombre, y por eso pergeñamos el domos.



























lunes, 24 de octubre de 2011

Y siguen sin enterarse (Verboluz)






(Pasantía) La sombra


y si ni el sol ni la tierra
llueven a medida de los gustos
de cada uno en sol
o en la tierra
no hace lluvia o agua
acorde con lo sentido
por ambos
manifiestos
mutuales
y si no se enteran
de nada recíprocamente vecinos
o separados
cuando nube
o cuando tierra
cuando sol
y cuando agua, sin embargo,
nace el verde.
Y siguen sin enterarse,
o integrarse.


Sus lugares me declinan.


Sofía Serra

sábado, 9 de julio de 2011

Por fin veo el campo desde arriba (Google Earth)

Estoy loca de contenta, más, la verdad es que me he emocionado hasta la sangre cuando he visto que ¡por fin! el google earth, o sea, el satélite que sea, ha retratado el campo. El joío ha esperado a que me venga de allí para hacerlo, ¡justo catorce días después de volver para sevilla!, un 14 de agosto de 2009 según la fecha que  dan. La última vez, primera, que lo hizo fue en verano del 2004, pero como la conexión en el campo era lentísima, yo tenía que conformarme con las instantáneas que me enviaba mi hermano sobre "el sitio"... y en el 2004 le faltaban a los árboles por crecer, esto por nombrar un detalle nimio, porque lo peor era que  se cortaba a la mitad, las cámaras del satélite no recogían más.
Yo no hablo, yo lo he visto todo, hasta la vereda que mis pasos hicieron desde el la casetilla del pozo de abajo hasta la cerca, que era donde estaba y está la llave de paso que dejaba o no pasar agua de la red "urbana"...Hasta la encina seca fuera de las lindes veo...
... es que aún tengo las lágrimas saltadas...
En la primera dejo señalado lo que es la hectárea en sí donde vivía. En la última lo que es la zona de huerto ( en rojo), y la zona de grama entre las casa (en verde), que en un 14 de agosto y tras 15 días sin regarla, pues simplemente aparece más amarilla, (no se pierde, sale en cuanto llueve).
Ya sé que sólo yo puedo entenderlo, pero si por ejemplo fuera señalando ese pequeño espacio con banderines por cada una de las fotografías que fui haciendo durante los siete años que viví en él, simplemente el terreno no se vería...


Aquí señalado en rojo el terreno en sí


Ésta para que se pueda ver la encina seca



Ésta por una vista general más cercana (cómo se distingue el verde distinto del follaje del único alcornoque centenario en toda la finca)

Y aquí el huerto en rojo y en verde la zona entre casa y cocina
 con su emparrado (hasta su toldo azulón se distingue)


Si alguien quiere que le señale algo, sin problemas y con mucho gusto, es que no puedo ni escribir ahora, las cervicales se me han clavado, somatización de las emociones.
Ahora voy a buscar la azotea de esta casa, para tomarme un ibuprofeno, ;)

( Y sí, el parasol fotografiado aquí y en otras más, y en otras que ya no existen, lo usé alguna vez cuando desde allí iba caminando hasta la aldea  a hacer alguna compra, regalo de una de mis hermanas, una sombrilla china.)

Lo que no dejo señalado ni dicho son las cuatro torretas con camuflaje holográfico que tengo instaladas y que incorporan los últimos adelantos en sensores más allá del rojo, luz nocturna y mandos a distancias con alcance de 50 kms., misiles tierra-tierra incorporados...es decir, que VEO todo lo que por allí PASE con aviesas intenciones....
Más los vecinos, el teléfono permanentemente conectado con la torre más próxima del Infoca, el "enchufe" con la casa cuartel de la guardia civil del municipio más cercano y el mastín de cinco metros, claro.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Panorámica retrospectiva

Se trata de la única panorámica que he hecho en mi vida, "a mano", cuatro fotografías montadas una sobre otra si no recuerdo mal. Nunca me han ido, ni me van, los cachivaches (algunos buenos amigos los llaman mariconadas) con los que los programas de fotografías engrosan sus gigas, ni los automatismos, ni las historias de ese tipo. A veces pienso que edito (revelo) fotografías como cuando a veces cosía, prescindiendo de la rapidez de la máquina por el mero disfrute de hacer un ojal o un dobladillo a mano...
Lo representado: la zona del campo más doméstica, disparos desde el caminito de guijarros que llevaba al gallinero, sin trípode, evidentemente. Ahí escribí desde "Asesinos de almas" hasta "La presencia por la ausencia", "Son-ethos" y comencé "El paraíso imperdible" y el que le seguía, cuando ya sabía que nos volveríamos por fin a Sevilla, el escenario que igualmente dio nombre vía mi hijo (así se tenía puesto en el perfil de la xbox) al primer blog con el que inicié mi andadura por ellos, "unrealand", cuyas entradas están fundidas hoy en mi blog central.
Y donde disparé unas setenta mil posibles fotografías, la mayoría con mi vieja dimage 7.
Hoy está todo cinco años más grande y cinco años más viejo. Tengo muchas ganas de volver, pero aún hace mucho frío...no se me olvida el frío. Hasta menos 10 ºC cuando ya en los últimos años podía arrancar un coche que marcaba la temperatura ambiental en las luces de su salpicadero. Menos 10º C a 50 kilómetros de Sevilla son muchos "menos grados", demasiados.

 
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