el otro río
En esta intravenosa suspicacia
de tus caricias y mi risa, en esta
aquilatada salinidad que bifurca
mis ingles hasta romper aguas sobre
la dulzura de tu estuario abierto
en la medida que nadas
tan grande
como los dedos de las olas
como blondas transparentes
de un vergel aproximado,
pampa
océano
campo
de mañana cálida
como una prímula
sentada al borde
de tu boca abierta y salada,
mi mar mío y sede tuya y yo
blanda, desleída,
i-letrada,
sólo agua bañándote
en cada tú.
Sofía Serra (Suroeste)
Y yo, que a veces, me siento blando como babosa blanda, desleído (y no es por falta de lecturas) y algo desenfocado en este mundo extraño, que diría aquel bolero o David Lynch tal vez... yo me siento reconfortado leyendo el otro río.
ResponderEliminarUn abrazo, Sofía
Pues entonces ya somos dos, los reconfortados, yo con tus palabras al decirme ellas que te reconforta el otro río.
EliminarUn abrazo, querido Eloy
Sofía, este poema me ha gustado muchísimo, me ha envuelto su ritmo, su soltura, su lenguaje, desde el primer verso hasta el último, me ha dejado encantado.
ResponderEliminarY con la mala leche que tengo encima estos días te lo agradezco sinceramente.
Un abrazo.
Y yo a ti te agradezco que me lo dejes dicho, Ramón.
EliminarA mí se me va la mala leche enseguida y me entra un sentimiento de desolación que me deja noqueada, pero ya va pasando con compañía como la tuya. Lo importante es seguir para adelante cada uno dando lo mejor que tenga, trabajando.
Un abrazo fuerte
Sofía