Son los rostros los que escriben productividades de larga espina como la de la serpiente. Huyo entre mis piernas —aquella sierpe, aquella lozana sierpe— que corretean llevadas en volandas por colleras de palomas torcaces.
presta a nacer de una vez por todas cuánto duele.
me balanceo por consolarme. U oxigenarme, vueltos los ojos en blanco hacia mí del revés.
Querida Amelia, bienvenida, me da mucha alegría verte. Disculpa por lo del gadget de seguidores, lo eliminé hace varios meses. (te he pedido amistad por FB) Un beso enorme también para ti.
Sarco, imagino que te refieres a alguna de las fotografías del manzano del campo. Me alegro de que la encontraras "por ahí". Gracias por dejármelo aquí. Un beso
"...me balanceo para consolarme. U oxigenarme..."
ResponderEliminar"Sin palabras" Sofía. Que tengas un lindo día.
Rafael
[são os "rostos que nos escrevem", como os ossos da palavra nos sustêm e conservam
ResponderEliminarno mundo, corpo adentro]
um abraço,
Leonardo B.
No encuentro lo de los "seguidores", Sofía, pero quiero que sepas que me quedo por aquí.
ResponderEliminarEscribes genial!
Un beso,
Amelia
En un manzano leí tu nombre y apellido.
ResponderEliminarGracias, Rafael.
ResponderEliminarLeonardo, un abrazo.
Querida Amelia, bienvenida, me da mucha alegría verte.
Disculpa por lo del gadget de seguidores, lo eliminé hace varios meses.
(te he pedido amistad por FB)
Un beso enorme también para ti.
Sarco, imagino que te refieres a alguna de las fotografías del manzano del campo. Me alegro de que la encontraras "por ahí". Gracias por dejármelo aquí.
Un beso