martes, 18 de junio de 2019

Hay vida más allá





Mañana de niebla

Señal de agua leve
suena el cielo cantando
la niebla que se despierta.
Desde el valle alienta
el alivio de su brillo
y hasta el trino tiembla
de los grillos que ya duermen.
Sueltan las gargantas
el mugido del nuevo día,
reman las tórtolas a la par
de sus alas grises
como la nube grande,
como el vaho de esa boca
que refresca el verano
prometido.

Cantan las aves,
cantan las vacas,
cantan el gallo y los perros,
canta la niebla arropando
a la tierra la nana que llovizna
acunando el mar de yerba.
Las hojas flotan la marea
del campo que amanece
más allá del valle, más alto
y más lejos del río grande.
Y yo lo vivo.

(De poemario sin título.)

jueves, 30 de mayo de 2019

El viento constructor



Temporal de mayo (negación del arte)

Lo que hace el viento con las rosas,
cómo las desnuda con violencia,
como si se enfadara al detectar
que son bellas pero nulas.

El suelo, antes triste,
hoy se viste de festivo
por acción de tanto enojo,
porque el viento airado
ha luchado por devolver a la tierra
lo que de la tierra provenía.

El viento construye cimientos
con rosas a golpes
de ira contra la injusticia
de nuestra mirada.
La belleza, para quien la trabaja.

lunes, 29 de abril de 2019

Rosa-Realidad



La rosa eterna

se me rompe
un poco todo,
solo un poco,
eso es bueno.

mas la quiebra siempre mide calores
y yo no soy
de medidas desmesurada
siempre atiendo
alcauciles en invierno,
rosas en verano,
dónde el verano, dónde
la longitud del estero, la sombra
del árbol la juventud
de la herida la vejez
de la flor el crecimiento
del fruto me alimento
con adioses como otros osos
se alimentan de hormigas,
pero mi lengua sólo sabe lamer
y escarbar hasta el paladar.
con ella vadeo
algunos cursos del surco
que y qué solo
me vale denso
donde intento remontar
el barrizal de este barbecho
arando algo con mi boca
a su lengua y sus dientes.
la tarea es compleja y, sobre todo,
indigesta, pero no hay bien
que sin malestar
llegue.

me colmo en tu vaivén,
por eso sé
que la risa como la rosa
volverá a brotar
desde esta boca abierta,
como la hierbabuena allá
en las azoteas de blanco, allá
donde mi abuelo Salvador
construyó todos los mayos
levantándome rosas en la mirada.

(De "Los cabezos amarillos")

domingo, 6 de enero de 2019

Filatelias










Filatelia

Descomprimido y permanentemente
hueco levantas preámbulos
de dos manos de alzada.
Se te colaron los dioses
por la rabadilla, te introdujeron
la sinapsis a golpe de tendido
eléctrico sobre la camilla
de aquel pequeño huerto,
el cachorro durmiente abre
canicas como planetas
a la luz de un universo
negro que conocemos
sólo por postales con borde
sinuoso. La yema de mi índice
lo recorre sin padecer él
ni mi dedo. Un perfil podría dibujarse
entre la tierra y la luna
y no parecería el de un dios.
Enormes somos reduciendo
a sello lo que no abarcamos
con nuestros brazos.
La medida, para el coleccionista.

(De "La exploradora")

jueves, 7 de junio de 2018

Sin fe



La fe

una caña y un asterisco
en la muralla,
y el manantial se abre.

y se abrió
como un reguero
sedimentando
el arco iris en el suelo,
pies para qué os quiero,
se preguntaba la pintora,
yo, alfarera en mi recuerdo
y en la estancia de la caverna,
no necesito colores ni barnices,
son mis manos las que crean
un arco iris a la medida
del hombre en la tierra
amarilla como los cabezos,
mis cabezos, las peinetas
o los arcos de mis iris,
de mis luces.

como un reguero de gozo,
como un reguero de tierra
el amarillo suspende
mis desvelos y me hace dormir
llena de paz en la curva
de la playa tan gigante
se extiende el sol
por las arenas secas
y calientes, verdadera
huella del mar que me habla.
de la vuelta y el regusto
de las olas, que saben
del retorno de todo
lo que al océano llega,
un río, un cuerpo de hombre,
un árbol, unas cenizas y hasta las cañas,
las medusas y los sargazos
ya tapizan de verde y rojo
la orilla soñada,
las aguas se hacen vivas
modelando estanques
a la medida, mi medida,
de pequeña. No abarco
un mar tan grande
que de mis ojos brota
en lágrimas como medusas
muertas. Construyo un jardín
a los pies de los cabezos,
un jardín soldado de amor
a tu pecho de hombre
bautizado como dios
por la torre que me guarda
que me guía como faro
del acervo de la verdad
y del sueño.

No necesito tener fe.
Se me comprueba
por sí misma
todos los días.

(De "Los cabezos amarillos")
 
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