jueves, 30 de octubre de 2014

Distinción

Distinción (Del don de oro)

Sin embargo alguno
digo que no es oro todo
lo que reluce se llama
tomillo, cantueso, jarilla, cardo,
pinchos
laceran las tibias tiernas
trituradas entre las ruedas de dientes
del gobierno de los hombres
que no saben nombrar,
que no asimilaron
el sagrado don,
el que nos distingue de los conejos
que persigue Lupita
por todo el monte dorado,
que no es oro, como ya dije antes,
sino son
yerbas secas pero aún olorosas,
aún saben amar,
aún saben hallar
el mineral precioso de mi conciencia,
y así puedo seguir
amando al ser humano,
distinguir
la dorada paja en mi ojo —y en el de Lupita—,
sanarla y sanarme
distinguiendo
los seres humanos de las humanas
bestias carentes
del don.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Son de este día

Son de este día

Días como aquellos
me persiguen aminorando el lecho,
la sentencia de la densa muerte
de lo malhadado,
porque toda huella
se hunde sobre sí misma
proclamando la blandura
del barro, la tierra grande,
a donde todos también volvemos
como huellas tiernas
sobre el tiempo.

Son de un día
como ese son
tus avenidas circulares.
Así, como sin pausa
ni marca, llega la alegría.

lunes, 27 de octubre de 2014

El balance-0

El balance-0

Lo paso muy mal.
Quiero irme a la Gran Puñeta.
Estar siendo
hilo y forma
del encaje
de la bocamanga
de la vestimenta
de los gigantes.
Dejar de estar
para figurar-
-me seda
su altura
y la falta de oxígeno.
Dejar de estar, dejar
de estar dejar de
estar de ser
dormir
de ser
Sofía.

viernes, 24 de octubre de 2014

Todo se escapa

Todo se escapa

No sucede cuando quieres
si-no es no
voluntad del destino.

Todo se escapa
y elude quedarse
enramado en la copa
del árbol ya sin hojas.
Como en la yerba todo
se queda nivelando
el ras del verde con el filo
blando de la gota
de rocío y el brillo
de la luz del sol
destellando estrellas
para las bacterias:
un mundo invisible
pero existente,
un mundo que no se deja ver.

Ni gastar.

Así, me voy al campo
a pernoctar con la gramínea,
con la piedra y con la rama
rota así me voy al campo
a rezar con los salmos
de la tierra así hundo
mis miserias en el barro,
en el limo de aquel río
que hoy no veo aunque vislumbro
con mis ojos ocultos
que ya me llevan
hacia el campo
de el paraíso imperdible.

Señor, si aún no me has entendido,
no importa, la rata no aspira
a ser
comprendida. Solo vivimos
para lograr ser más pequeñas,
más grises, más perdidas
entre las piedras de la valla,
menos vistas, más invisibles
y silenciosas.

Y escapar.

jueves, 23 de octubre de 2014

Así

Así

¡Ay, velas!, ¿cuándo batiréis palmas?*

La tarde llorando
me recuerda mi pesar
pesando sobre este frágil
bienestar, tan breve,
tan ligero tanto suyo
o mío tan liviano
como la afilada brisa
de la incertidumbre
o la certeza de saber
y su calma chicha

¿Dónde estaremos cuando
tú y yo nos amemos?
Dónde sobrevivirá el descanso,
el consuelo cuando mis lágrimas
tumben tu pecho,
cuando la virtud de la vida
aparezca en nuestro tiempo,
cuándo...

Cómo...

Así dejo sellados mis labios,
como un hueco de presente
u obsequio de silencio
para el futuro y la muerte
del dolor.
Sin pasado alguno.
Sin porqués.

(*) verso de un antiguo poema
 
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