sábado, 5 de abril de 2014

Practico la hablación

Practico la hablación

(ante la visión de una imagen de televisión
en la que aparecía una niña abierta de piernas
siendo sometida a la ablación)

y vuestras mudas y nudas voces arrancadas
de vuestras bocas, vuestro esófago,
vuestra tripa, mis ovarios,
vuestras roncas
y granadas
rosas
rojas
lágrimas en el pétalo siguiente,
el conspicuo
y detenido, ablatado altar de dioses,
y tu tierna guerra y tus galgas piernas
y tus manos leves blancas
ya
para nada.
para blande espada, que suturen,
que revienten sus oculares
sobre sima, sobre duda,
con mi finta, con mi sesgo,
con tu grito,
con mis manos
mataré al hijo insano
que te abla, que te blinda a ti
de ti,
a nosotras
que te hablamos,
que te hablo por mi boca,
que los ablo por sus cuellos:
Sangre para la tierra que en ella es fértil.
Sus cerebros,
para los perros.

viernes, 4 de abril de 2014

La obsesión

La obsesión

Descerrajarte de un solo tajo
como si solo miembro fueras
de un cuerpo que se tensa
y se cierra como un candado
de ferretería, como un maniqueo
porvenir donde no hay más que dos
posturas, una lucha sin cuartel
ni refugio de primavera,
un amago de amor, una guerra
intestina sin escudo
ni armas que me traspasen,
un doble nudo de nada
con cadenas de anclas,
el alambre de espino clavado
desde las púas silentes, dos fuerzas
desgajando mi tierna carne
en direcciones opuestas
hasta lograr la perfecta herida,
la infecta, la desangrante,
la sin cicatriz posible.

jueves, 3 de abril de 2014

Síndrome de Stendhal

Síndrome de Stendhal

Todo de vuelta, todo
arrumbado en el hueco
claro del cielo curvo,
todo tiempo lleno de sí
mismo y yo, fuera,
toda rosa ciega
cercana a la esfera
todo devolviendo
el consuelo encontrado,
la curva de mi vida,
las lágrimas ante la belleza
y su música cierra
la temporada-de-opera:
todo dolor al percibir
todo más claro,
todo más lejos,
todo más sordo,
todo fuera de mí
salvo yo misma
y el obsceno silencio
de lo feo.









(Se reproduce el reloj de mi niñez, herencia de mis abuelos y después de mis padres, el reloj ante el que me recuerdo por primera vez rompiendo a llorar al oír, también por primera vez, al menos conscientemente, "una música clásica". Aún percibo hasta los hipíos y los saltos del corazón al oírla, hasta el punto de que mi padre tuvo que quitar el vinilo del antiguo tocadiscos de mi abuelo, todo asombrado ante mi enorme desconsuelo. No tenía dos años y aún me recuerdo. Probablemente el reloj marcaba esa misma hora. También se reproduce la portada y algunas páginas de un programa de la temporada de ópera que se desarrollaba en el Teatro Lope de Vega (Sevilla, claro), Abril del año 1956, el que mi madre conservaba porque había conseguido los autógrafos del tenor Alfredo Kraus y el barítono Manuel Ausensi. Fotos de ayer en instagram.)

miércoles, 2 de abril de 2014

El muro florido

El muro florido

Y es que el muro se socava
tan lentamente pero se socava
como un jardín descubierto
por el índice que con su yema
blanda acaricia cada guijarro
de la argamasa tierna
que une a las piedras
que levantan la muralla.

Y a dónde irán tantas piedras
cuando nada las una salvo
el viento azul y salobre
de esta primavera despoblada.

Soy un tú que se arrecia
combatiendo cada semilla
que siembro, no me quedan
dedos para escribir
en tu barbecho, retiro
cada piedra con la boca,
de tanto esfuerzo, mis dientes
se han destrozado, solo
me quedan labios, ya endurecidos
por el sabor del frío
de una primavera tan fría
como el silencio de norte
derrumbado, algo así
como el muro que se puebla
de verdina, hojas y flores,
como construido con palabras
a falta de manos y de tierra
y de luz, o de suelo
o de cielo sin
consuelo posible.

martes, 1 de abril de 2014

qué sino Abril

qué sino Abril

qué paz se venga sino
la de soldados muertos,
qué derrota navega
bajo mis sienes delante
de tu ancestral boca
de tiempo ingenuo, qué
soledad magnífica revienta
en tu sueño de solsticio sino
la primavera.

Lo vamos a dejar,
tú, estómago, y yo.
cualquier palabra cadaverina
es mentira de su silencio
por muy vacía que vuele
su sin palabra cualquiera
es más poesía.

sabes cuándo dejo de creer,
¿verdad?,
cuando me hace oportunidad
me sobra cualquier
libro cualquier poema
cualquiera lectura me embarga
el arreglo del nido me aligera
costumbres me calientan
el sueño resulta
tan reconfortante
fregar un suelo aquí
no hay género sino
de novela, poesía, teatro
sino puro
número de candilejas
en las encinas. Sus flores
vertebraré hasta que pueda.
Me parece
tan-razonable,
tan-verdadero,
tan-profun-damente
serio como la máxima
y refleja actividad humana
de respirar.

hoy no soy poeta yo
gracias a la Poesía.
 
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