domingo, 3 de febrero de 2013

Sobre el tapete

Sobre el tapete

Juego en realidad
en el campo de su mando
maniatada y entumecida
por el frío. El estadio
de fútbol de noche,
el césped artificial
que aun sintético
recoge todo el relente
verde negro las gradas
vacías las abiertas
esquinas que no sé
hacia donde vomitan
la música parada
no se oye
la vida
en este vacío insomne
que no me permite amanecer.

Se me acabaron los ases en la manga,
la partida la gana siempre ella
no importa hacia donde mire
sólo hay noche y mucho frío
en el juvenil estadio
de mis ilusiones
siempre muertas,
faltas ya de sus días
por delante.

Futuro memorable
en derrotas
me atravesaste
con tu espada
triste y necia.
Y yo te he creído
y me he desangrado
hasta morir.


[¿Qué nos han hecho, qué nos están haciendo? Están volando con-tro-la-da-men-te la ilusión por la vida de cada uno de los españoles. Están abocándonos a la tristeza, al desencanto. Están reconvirtiendo un país que aun con todas su torpezas a lo largo de la historia, siempre ha estado habitado por un pueblo o varios, cada uno a su forma, que al menos individualmente ha sabido dar su lugar a la vida. A la celebración en su exacto sentido del gozo por la vida. Nos están matando espiritualmente. Nos encaminan hacia una especie de suicidio común de almas fruto de la depresión en la que nos han metido.
El porqué es lo de menos ya. No podemos permitirlo. Estamos solos, los españoles estamos solos. O nos unimos o dejamos de existir como lo que en algún momento algo más feliz hemos sido.]

(Domingo, 3 de febrero de 2013)

(Despertar un domingo por la mañana y escribir el poema y la reflexión de más arriba sin que haya motivo en mi vida personal para tanta tristeza resulta realmente desalentador, inexplicable a través de mis neuronas. Desde luego si ESTO es lo único que me sale a partir de hoy, decido firmemente en este mismo momento dejar de escribir. Que este blog me sirva de "notaría", de levantamiento de acta pública. No deseo dar carta de naturaleza a una depresión sin motivo plausible, a una tristeza yerma, y aún menos transmitirla. Se escribe para transmitir, no sólo para dejar huella para el futuro, yo al menos, y hoy sé, tras 11 o 12  años de escritura sin pausa, que uno de los motivos fundamentales por el que lo hago es el de intentar embellecer y alegrar este mundo, o al menos tratar de moverlo para que los demás abrieran los ojos a lo que hacíamos mal para, así, poder hacerlo mejor, no el de tornarlo aún más sórdido y cruel de lo que es o recrearme en su pesadilla.
Ésta es mi rebelión. 
Y ésa era mi rebelión.)

sábado, 2 de febrero de 2013

El sauce llorón

El sauce llorón

Porque escribir puede que sirva para los futuros,
pero de nuestro presente, ¿quién va a hacerse cargo sino nosotros?

si escribo nombro futuro.
me pregunto quién
puede escribir nuestro
presente sino
para él escribir
en su pasado.

En presente inacabado
registro para mañana
leer un futuro que aún
no ha comenzado.

Densa y lúcida simiente
de algas sobre la sombra,
así el sauce peina el aire
cayendo sobre la yerba.

Que el árbol me señale
dónde y cuándo.
El qué y cómo,
el agua los rehace.

su cauce.

Gemir hasta reventar.
Gemir
hasta hacer
estallar el cauce.
Como el sauce
llorando manando
verdes sobre el suelo.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

Tres eran y son tres tus hermanas





Querido hermano Carlos, como tú aún no habías nacido, ya sabes que llegaste cuando Margarita tenía 10 años y mamá no esperaba tener ningún embarazo más ¡y mucho menos de varón!, porque el médico le dijo que no le "cuajaban", me ha saltado hoy, cumpleaños de tu Elena,  la necesidad poética de dedicarte ese poemario tan especial para mí, Los cabezos amarillos. Así te hago allí en un tiempo sin tiempo y con lugar. Y le enseño a Elena a sus tres hermanas cuando eran casi como sus niñas (bueno, un poquito más crecidas). Feliz cumpleaños, querida Elena.

La soberbia costra

La soberbia costra

Extrañamente seda
venero y exclamo
el tragaluz de tu ceguera,
diosa de la envidia
jubilosa. Porque si el tronco
te atraviesa, ¿a santo
de qué construir
pozos artesianos?

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

viernes, 1 de febrero de 2013

dicta-dura nuestra boca blanda

dicta-dura nuestra boca blanda

los hombres tienen sed
y no doy abasto (el río)

Los todos mordemos
con firmes dentaduras:
                                        aprehender
duras aguas al beber el llanto
de todo cristal gozoso
verde o negro
estallado por el viento inasible
de la iniquidad, la vesania
y la hambrienta injusticia.
Sus cristales se nos clavan
en la lengua antes de            pronunciar
una reseca ignorancia más.

Aprendemos a masticar
con las llagas,
nadie nos emboca bajo
el puente de la libertad:
Sed de maestros, sed
de vosotros mismos.
                                        Perteneceos.

Sofía Serra (De Suroeste)
 
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