jueves, 29 de octubre de 2009

Retrato a la luz del sur


Título de la fotografía: Abiertas desde el amanecer

A María Rosa García Castillo jugando en la yerba, poeta en la sombra y amiga

Ya no te espantan las arrogancias, ¿verdad?
Ya mojó alguna que otra vez tu cabello
la lluvia atormentada por el suelo de agosto.
Ya quebró el suspiro al sol que bebió de tu manto de agua salubre descomponiéndote en dos , o tal vez tres, renegando/
de su misma suerte por enredarse a tu cintura para no lograr volver a desprenderse./
Tu empresa es más solitaria,
tu descenso más acuciado,
las leyes de la gravedad pernoctan para poder hilvanarte antes de que llegue el albor./
Entretejen su profundo sueño bajo las cárcavas de tus huesos y tus raíces en penumbra/
para no despertar a esta alterada vida que aquilata, fríe y espanta
a las luciérnagas de la noche.

...Y la llaman muerte.
¿De quién sino de los otros?

Sofía Serra, Octubre 2009

"Rastros sobre el agua", selección en Almiar

Pedro Martínez me propuso mostrar en su revista Almiar una seleccción de algunos poemas y fotografías. La he titulado, "Rastros sobre el agua".
Picando AQUÍ puede accederse a ella.
He escogido esta fotografía del año 2006 como portada.



miércoles, 28 de octubre de 2009

Ars domestia


Picando AQUÍ se pueden ver las fotografías una por una

Hace cientos de años, cuando aún no se había inventado la luz eléctrica, ni casi la fotografía...bien, sin exageraciones, recomienzo. Hace unos ocho años, cuando iniciaba mi andadura fotográfica por este medio y casi me iniciaba en el mundo de la fotografía digital, comencé por exponer un conjunto de fotografías que constituyeron todo un éxito. Entonces no atiné a encontrar explicación posible dado que ni mi trayectoria era conocida ni, mucho menos, casi existente, aunque pronto intuí la explicación. La titulé, muy ingenuamente, "Visiones de un ama de casa". Pronto comprendí la expectación ciertamente interesada que ambos expresiones conjugadas despertaban en una gran mayoría de espectadores, posibles disfrutantes o amantes de la fotgrafía en general. Para no andarnos con rodeos, se trataba de puro morbo, expectación enfermiza ante no se sabe qué, o sí.
Hoy, a la luz de las esperanzas intentadas, parafraseando uno de mis versos, y gracias, sino a dios, si a algunos seres humanos, el hecho de que un ama de casa exponga sus ¿qué son si no las fotografías?, visiones, no despierta más que un posible, o nulo, interés natural por aquello que es simplemente fotografía, tal vez poética, pero sólo fotografía.
Dicen que fotografiamos lo que más cerca tenemos, y que para ser fotógrafo no hay que andar recorriendo paises y continentes. No soy yo la que me voy a definir como fotógrafa, pero al menos puedo reconocer que cualquier cosa de nuestro entorno es susceptible de ser fotografiada más o menos bellamente, esto es, con sentido, de fotografía.
Esta recopilación, reúne un número muy pequeño de cuantas he podido hacer a lo largo de estos siete años (posteriores a esa mi "primera exposición pública" ) referentes al mismo escenario, es decir, el hogar, la casa de una, tal vez su lugar de trabajo, y seguro, mucho más.
Variadas en tratamiento, revelados,encuadres y hasta perspectiva interior, no hay más pretensión al exponerlas que la de no dejarlas en el cajón, como siempre, y que sirvan de muestra a un extenso trabajo realizado.

sábado, 24 de octubre de 2009

Las verticales del alma (La Poesía como arma de futuro)

Título de la fotografía: La vertical del alma

Frígida quisiera encontrarme,
mis cervicales enhiestas, prestas a ser lanzadas a la feroz lejanía vertical
inmediata al desvío de mi alma.
Presta y rígida como incólume veleta sin vientos.

Más allá, al amén de las nubes anaranjadas en mis pupilas tributarias,
pervive la lozanía, la facilidad, la alegría del suspiro,
las risas encandiladas en el brioso querer de la noche siempre nueva.

Tras sotavento, olvidando la liviana perfidia de una definición,
encuentro, espero, y en esperanza mi alivio hilvano,
la sorpresa risueña de oxígeno líquido que despierta MI tarro de todas las esencias.

No, si al final sevillana soy, maldita entre las yerbas,
y entre las caracolas,
sólo dispuesta a la afrenta de la desidia de la amarga clámide que lame la piel fría de las estatuas.
Porque sevillana sin nombre acepta la luz como existencia,
como billete de ida y vuelta en la averna oscuridad de las migajas extendidas.
Luz, tremenda,
hasta de mis cuentas de luciérnagas, luciérnagas de tus ojos, alma de los míos,
que aun cegados en el rubí de tu primer presente,
lograron entonar el baile de almenas que alimenta nuestra alma.

Ruego a la nada que percibo en trashumancia paradójica,
que alivie, ame, sotavente y fresquee,
disuelva y amilane,
quiebre y abata,
poderosa y dulcemente,
esta rubicundez de ira contenida de volcán en humedales de ámbar, cielo y caldo de cultivo
de futuras humanidades.


Sofía Serra (Asesinos de almas, 2002)

jueves, 22 de octubre de 2009

Huertos de voy-ven (El huerto del Rey Moro)

Título de la fotografía: Distrito 9

Una, habituada ya a encontrarse con estas peculiaridades en su vida, no da importancia a la cuestión, pero díganme si es casualidad, o no, el hecho de que la misma,
la una,
harta, y hasta
agostada,
de sembrar coles y nabos, meridionalmente entendidas señeras especies hortofrutícolas como tomates, berenjenas, pimientos y demás solanáceas,
sale huyendo del edén donde vivía para asentar sus reales posaderas, y las de su familia,
en pleno centro histórico de una gran ciudad, Sevilla, la suya de toda la vida.
Y cuando, decidida a volver a caminar por sus calles adoquinadas, traspasa los umbrales de la puerta de su casa, lo primero que halla es un HUERTO, con nombre y todo, un huerto que ocupa una casi envidiable extensión de zona edificable, un huerto entre cemento, entre paredes blancas y muros grafiteados, un huerto con señales de tráfico y todo.
Un huerto como dios manda.
No sé si es que me persiguen o yo los persigo a ellos, con los ojos cerrados o como sonámbula, todo sea dicho.

Dejando a un lado la personal visión del asunto, y por mor del mejor deseo para esta especie de pica en Flandes (un huerto en pleno casco histórico, amigos, unos cuantos cientos de metros que se salvan de la piqueta, los ladrillos y las especulaciones de los que ni siquiera saben sembrar billetes, sólo recogerlos) daré algunos datos sobre ella, sobre esta rareza, sobre este diamante entre tanto estercolero, sobre esta flor sobre tantas lajas de mármol.
Se trata del solar que siempre fue ocupado por una antigua huerta que según datos leídos en los periódicos locales data del Siglo XIII sevillano, y que llevaba el nombre que hoy en día le acompaña, "del rey moro". No he podido averiguar cuánto de cierto hay en ello, pero sí sospecho de su veracidad, pues puesta al habla, por pura curiosidad, con algunas de las personas que se han encargado de luchar por su mantenimiento, se me informó de que sólo podían sembrar " en alto", esto es, en bancales izados a base de colocación de bloques que los delimitaban. Una vez relleno su espacio con tierra de sembradío, se plantan en él las distintas especies elegidas (la siembra en bancal resulta de las más productivas posible, pues así se asegura el hortelano de que la tierra depositada está bien suelta y removida, con lo cual las raíces de la planta podrá extenderse con toda comodidad). Pregunté que por qué no sembraban árboles nuevos, con la idea de traerles alguna encinita desde el campo, y de la respuesta resultó la evidencia a cuanto puede haber de cierto en ello: "No nos dejan escarbar, remover tierra, el ayuntamiento, porque se supone que esta zona está llena de restos arqueológicos. Estamos a la espera de que hagan unas catas que dicen que van a hacer"
Hace pocos días publicaba la noticia "el correo de Andalucía" (pensé escanearla para este artículo, pero hoy, por mis mismas manos y sin querer, ha ido camino del contenedor para reciclar papeles el número del diario en cuestión): El ayuntamiento da luz verde al huerto del rey moro. Promete que será dedicado a espacio verde público -imagino que con la continuidad de la actividad que en él se desarrollaba.
Así que las personas que apostaron por ello, han ganado.
Mis felicitaciones, y desde luego, mis mejores deseos.
Eso sí, eso no quita que, por ejemplo, cada vez que subo a la azotea y me asomo sobre el pretil, los pretiles del aire sevillanos, para disfrutar de las vistas desde el alto que siempre me han fascinado, se me estremezcan hasta las uñas, sólo de recordar lo que significa tener que andar, de nuevo, lidiando, aunque hoy sea sólo visualmente, con tomateras, tierra, paja, mangueras de riego y de goteo y demás parafernalia que necesita el mantenimiento de un huerto.
¡Que vengan los huertos a mí o yo a ellos!
El caso es que siempre los "conservo".

Sofía Serra, Octubre 2009

Nota: El título de la fotografía se lo debo a mi hijo.
 
Creative Commons License
El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.