miércoles, 10 de diciembre de 2008

La "moralidad" en unrealand

La fotografía se titula Moro (x)

Maurus- a -um, del latín: de Mauritania, moro.
Mauritania era en época romana un país de África que englobaba al actual Marruecos.
Posteriormente llegaron conquistas, reconquistas y colonizaciones y descolonizaciones, del Sur al Norte y viceversa y viceversa y viceversa.

Dice Antonio Pérez, protagonista en primera persona del libro de Antonio Gala "El pedestal de las estatuas":

"Todo lo que se oponga a la vida, libre en su tránsito, efímera, iluminada o tenebrosa, todo eso será lo opuesto a lo bueno. A lo que Dios, si es que creó la vida, nos ordena. No conozco otra ética ni otra religión; no más teología que ésa..."
(El subrayado es de la autora de la entrada.)

Pienso que tal vez el hombre creó a Dios para así liberarse de sus propias autolimitaciones, como por ejemplo en este caso que intento exponer: las fronteras, políticas, religiosas, económicas, tangibles o visibles en un mapa o no.
Es casi como crear un blog con el nombre de unrealand, algo por el estilo, crear a dios, digo, fruto de la misma necesidad

Si fuera posible sólo por la intención de desconnotar a una palabra de sus matices peyorativos que los hombres cambiaran sus conciencias, o que simplemente fueran más conscientes de ellas...porque, ¿por qué la palabra "moro" tiene en español tantas connotaciones peyorativas?.
Aún mucho antes de las décadas actuales en las que la inmigración por parte de seres humanos provenientes del Norte de África es habitual, ya poseía esos matices negativos. Debió ser tras la Reconquista, conquista diría yo, por parte de los poderes feudales y católicos, sobre todo castellanos, de las zonas que iban quedando como reductos del anterior Al Ándalus.
Algunos hablan de las inhibiciones que la tradición judeo-cristiana ha originado en el hombre occidental. Yo pienso más bien en las "desviaciones" que la presencia de dinastías llegadas deshoronablemente al poder (Enrique II, Trastámara, mandó matar a Pedro I, rey legítimo) impusieron en el hábitat "español" y en las necesidades religiosas de sus gentes; sus descendientes los Reyes Católicos, tan hábilmente usados por la antigua dictadura franquista que tuvimos que soportar, supieron usar ese poder político-religioso mejor que nadie, en consonancia, pero marcando hito, con las estrategias políticas de la época (curioso es, los fascismos, el movimiento de dictaduras e ideologías (no podemos olvidar a la falange española) que existió en Europa previo a la segunda guerra mundial hunde sus fundamentos ideológicos, se caracterizan precisamente por ello, por transponer "soluciones" del Antiguo Régimen (superado históricamente con el estallido de la Revolución francesa) a problemas sociales, político económicos de su época). Es ese catolicismo político el que tanto daño ha hecho en la historia de España, no el cristianismo ni su tradición judáica.
Esta fotografía fue realizada con la intención de reivindicar una palabra hermosa del idioma español, la palabra "moro", con el sueño de poder usarla sin que por ello nadie piense que eres racista, poder utilizarla con toda su belleza formal y etimológica, con toda su hermosura cultural, con la intención a su vez de que aquéllos que la siguen pronunciando (son demasiados, muchos más aún, ayer en las noticias decía que había aumentado el sentimiento racista o xenófobo entre los chavales españoles (eufemismo, inmigrófobo, diría , porque nadie odia a los alemanes o anglosajones que dejan sus dineros en las costas levantinas o sureñas) con pensamientos negativos tuvieran que dejar de hacerlo. Hay como un secuestro del idoma (recuerdo lo que decía Isidoro Moreno en su libro (ver blog Semana Santa de Sevilla)), al fin y al cabo de un lenguaje patrimonio de todos los que nos expresamos en él por parte de conciencias que deberían poder limpiarse de las telarañas, siempre sucias, que males de nuestra historia han ido depositando en ellas.
Y tal vez, si tuvieran que dejar de usarla, porque ya "moro" significaría algo natural y hermoso, un gentilicio, que además es gemelo de otro vocablo igual de hermoso, moro, ("yo moro", "yo habito")no encontrarían ninguna más, y entonces, por medio de esa sustancialidad que los lenguajes originan en nuestras mentes o cerebros, o tal vez almas, o tal vez conciencias, al no encontrar vocablo para sus sentimientos racistas, esos seres humanos dejaran de serlo, racistas, xenófobos, inmigrófobos, miedo, mucho miedo, sólo, el miedo es el mal del hombre.
Una X de un mundo ideal, sin miedo, una "x" para un mundo posible, lejano aún, pero menos que hace 500 años.
Una X para alejar a las "axenaciones" (ver entrada anterior y una futura aún no publicada)
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viernes, 5 de diciembre de 2008

Alienación y e-"timologías contemporáneas"




Alius, alia, alium, del latín, el otro, la otra, lo otro.

El fonema "li" del latín deriva en algunos casos en el sonido "j" en español: ajeno

Alienación, según el D. R. A. E :
1. Acción y efecto de alienar.
2. Proceso mediante el cual el indivíduo o una colectividad transforma su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición.
3. Estado de ánimo, individual o colectivo, en que el indivíduo se siente ajeno a su trabajo o a su vida auténtica.

Son tan obvios estos estados en la sociedad actual, individual o colectivamente hablando, que no me extraña que las consultas a los psicólogos o psiquiatras sean más mayoritarias que nunca. Lo que no se entiende es la falta de conciencia de esa supuesta transformación de la conciencia por parte de otros muchos, cómo esa alienación llega a ser aceptada y hasta asumida como natural en determinados indivíduos o colectivos.
Bueno, sí se entiende, se asimila al concepto de adaptación (hábilmente esgrimido por algunos terapeutas, siempre persiguiendo, por supuesto, el "bien" de sus pacientes, y por otros no tan "terapeutas"), ¿querrá eso decir que el ser humano que acepta su alienación es el ser que "evoluciona"?, entonces deberá concluirse que el ser humano tiende cada vez más a dejar de serlo, con lo cual el progreso hacia una humanidad cada vez más libre e independiente de las circunstancias tiene ningún camino, de tal forma que reniego completamente del tal proceso de "adaptación", equivocado, proceso erróneo que infringe todas las "leyes" de lo que un ser humano conforma.
En psiquiatría, se entiende por alienado al loco o demente, y así, resulta también obvio que pocos quieran reconocerse como tal, atribuyendo al otro con conciencia de la alienación, la calificación de "ido" o loco, persona, o colectividad, con comportamiento extraño (otra versión del "alius" latino) o simplemente no igual al estando alienado sin conciencia de ello.

Habría que partir de qué grado de conciencia de ser humano tenemos todos y cada uno.
A mayor, también es obvio que mayor sentimiento de alienación dependiendo de las circunstancias sociales que cada uno vive.
Todo con conciencia de alienación será tenido siempre por "distinto", cuando lo "distinto", resulta obvio también, y por derivación de la misma significación del proceso serán las circunstancias en las que toque vivir, obligadas o elegidas, completamente generales o particulares, y que producen ese sentimiento de alienación.

Más claramente, si se tiene conciencia de alienación en tiempos como los contemporáneos, es que se es más ser humano. No abandonarla es la única vela que nos queda para seguir navegando.

Paloma que sale volando cuando el comedero ha sido recién llenado de grano, en este caso, obligada, por zapatazo de la fotógrafa para provocarle el vuelo.

jueves, 4 de diciembre de 2008

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Azotea de Sevilla


La ciudad de Sevilla no sólo son sus calles, también sus azoteas forman parte del urbanismo, y el "humanismo" de la población, al menos desde mi vivencia, desde lo que soy. Constituyen una especie de tercer nivel de conocimiento, sobre el asfalto o el adoquín y sobre la intimidad de las viviendas. Desde ellas se sale al cielo, a los árboles y al laberinto de sus planos urbanos, además de que permiten el vislumbre de los humanos que habitan esas cajas de ladrillos enjabelgadas que conforman sus calles cuando ellos también las usan.
Una especie de sincrético tercer nivel.
Y como tal, permiten la vivencia íntima asomada al resto de la ciudad.
Como buena ciudad del sur, del sur de Europa, del sur del hemisferio Norte, en Sevilla la azotea es una zona más habitable del hogar, alivio de algunos extremos. Se puede tomar el fresco de la noche tras las endiabladas temperaturas del día durante el estío, y durante el invierno, permiten las caricias de la luz del sol. Como Sevilla, sobre todo en su casco histórico (creo recordar que uno de los más grandes de no sé qué grupo) es ciudad achaparrada, extendida, puedes avistar desde ellas las elevaciones que los edificios más emblemáticos de la ciudad ostentan.
Al fondo, cimborrio del Palacio de las Dueñas (SXVI), con algunos cipreses que pueblan sus extensos jardines.
Esta fotografía llega del archivo, constituye una de los primeros disparos que realicé con cámara digital. Revelada para la ocasión.
Esta azotea ya no existe tal cual.
 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.