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jueves, 6 de junio de 2013

Mis dedos en tus párpados

Mis dedos en tus párpados

Hoy se me han abierto los ojos, hoy precisamente, hoy, que ha sido cuando precisamente he pronunciado una y otra vez un “¡Pero, mamá, abre los ojos, abre los ojos!”, haciéndoseme evidente al final que quien tenía que abrirlos era yo. Luz blanca y salvaje. Luz sin piedad, como la luz verdadera, luz con amor. Luz de despertar.
Mi madre muere, así, en continuo. Se extingue, se va ocultando, como el sol de poniente (espectáculo tan hermoso, tan verdadero), como una velita que se apaga, según otros lenguajes. Y yo vivo el duelo. Después, probablemente, no lloraré. Yo ya sé que llega la noche, y la noche pre-vivo en esta tarde de Junio hacia su solsticio. Aquí, cuando el sol más feroz lanza sus rayos directamente, donde el caminante solar cercena sus fauces estrellándolas contra la tierra, justo rompe el cauce una vida que se desborda. Porque si comenzamos allá en un pasado multiplicando, se termina en un presente haciéndolo igualmente. Llega la resurrección del día. La marisma. El estuario.
Ahora que su cuerpo se extingue, se van extinguiendo otros. Necesidades y contraduelos.
Somos lo que hemos sido multiplicado por cada recuerdo que nos re-tiene. Doblarte me regala Ella, La Verdad. Tú, tus ojos verdes esforzándose en esta mañana de junio. Yo, dejarte descansar en esta tarde.
“Ea, mamá, es verdad que no puedes, ea, pues ya está… Duerme tranquila.”
Mis dedos en tus párpados.
 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.