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viernes, 15 de diciembre de 2017
Sacar de quicio
Desquiciada
Qué es la puerta, ¿cierre o abertura?
la voz de la imprimación
me proporciona puertas
vueltas del revés. Sujetan
los candados las bisagras,
se cierran y abren
al pairo del viento
de ningún sentido
norte o sur. Por el este
sale el sol
en un mundo redondo
y volumétrico.
Pero, ¿y en el plano
de la puerta meditabunda,
de la puerta siendo?
se alabea ante tanto
vaivén en el vacío.
Sin cabeza urde
a golpes
sobre ningún quicio.
(De "Extinción de ruina")
lunes, 12 de diciembre de 2011
La puerta II
Tengo distintas "puertas" en distintos poemarios, a ver si soy capaz de ir dando con todas ellas:
(Correcciones "Nueva Biología")
La puerta II
¡Ostras!
Bi-valvas.
Bib-al-buceantes,
al ajeno enmadran.
Y la perla se hace.
Sofía Serra ( de "Nueva Biología")
(Correcciones "Nueva Biología")
La puerta II
¡Ostras!
Bi-valvas.
Bib-al-buceantes,
al ajeno enmadran.
Y la perla se hace.
Sofía Serra ( de "Nueva Biología")
sábado, 10 de diciembre de 2011
La puerta III
(Correcciones "El muriente")
La puerta III
Quiero de ti
agua.
Desde esta tierra luna y nueva
levantan sus ramas negras
los árboles bajo el cielo frío
(yo te oigo),
el cielo les cuelga transparente
por sus flancos,
flancos negros
que dibujan y mueren
el justo día,
día sol,
de húmedas raíces y francos vuelos
encendidos en la noche.
un gladiolo enhiesto
y curvo me deshace la boca
amainando el huracán
que me desplaza.
Un derribo junto a la cerca
me acompaña
cuando estoy sola y viva,
cuando los ojos de las lechuzas
se asombran
ineludiblemente
cantan para mis oídos
no si el miedo bulle,
sólo sí,
sólo sí de canto y llanto libre:
tanta presencia
en la fresca brisa
de embestida.
Sofía Serra, "El muriente".
La puerta III
Quiero de ti
agua.
Desde esta tierra luna y nueva
levantan sus ramas negras
los árboles bajo el cielo frío
(yo te oigo),
el cielo les cuelga transparente
por sus flancos,
flancos negros
que dibujan y mueren
el justo día,
día sol,
de húmedas raíces y francos vuelos
encendidos en la noche.
un gladiolo enhiesto
y curvo me deshace la boca
amainando el huracán
que me desplaza.
Un derribo junto a la cerca
me acompaña
cuando estoy sola y viva,
cuando los ojos de las lechuzas
se asombran
ineludiblemente
cantan para mis oídos
no si el miedo bulle,
sólo sí,
sólo sí de canto y llanto libre:
tanta presencia
en la fresca brisa
de embestida.
Sofía Serra, "El muriente".
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