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sábado, 23 de abril de 2022

Dos poemas sobre el libro (y una imagen para contradecirme)

 


Mi libro

 

un libro que desdiga.

un libro que deje escrito

lo no dicho.

 

Del recio y duro tronco

hacia el cielo lanza

lo que le queda de vida

manando su presente

detercia, resume,

subsiste

bajo dentro

arranca

de cuajo un golpe

de centro

nervioso y solo

o sólo soledad

que llaman de terceros

que se acercan

porque dos

somos dos

unidos por el suelo,

cómo separarme de ti,

raíces mías,

cómo gobernarme al aire

y ser aunque sea

piedra que pueda

el arroyo arrollarme.

Mas esta tumefacción

viva que me detiene

junto a mí misma

quisiera poder

arrancarme,

reventarme

o más sencillamente

que llegara el leñador

para hacerme tocón

de nada, porque manos

no poseo más que raíces

y ramas y hojas a veces verdes:

un puro árbol, sólo

un puro árbol

entre tanta simiente

de tiempo, de espacio,

de límite.

(De "En-clave de árboles")


Libro en blanco

 

Se abre de futura

imagen de un libro

por escribir lento

pero decidido.

Unos veintiuno

desde más de cincuenta

se divisan cerca

si somos los mismos,

si siendo la misma

no vemos lejano

el tiempo elegido

como compañero.

Ni el tono, ni el modo,

cada paso dado

dibuja la estampa

sobre el libro blanco

recién comenzado.

 

que me acompañe la suerte

que hasta ahora he tenido,

prender los hilos, tejerlos

recorriendo el paisaje

de seda tan fría, calentarla

desde dentro mía

con una mirada de futuro

por hacer y mañana

abierta y recogida

en la frente y en la boca.

 

Sobran letras y faltan

espacios donde

poder

descansar

pensar

abrir

paso entre la mal-eza.

Hallar

la bondad.


(De "Extinción de ruina")





lunes, 20 de julio de 2020

No tan ausente



"La presencia por la ausencia" es un libro ya descatalogado. Fue el primer poemario que me publicaron, 2010, (a cambio de mi trabajo durante todo un verano en la misma editorial) y el cuarto que escribí (2005-2007). Hoy lo he reabierto, porque tras tantos años, siendo yo misma consciente de sus fallos casi desde el mismo instante en que lo tuve en mis manos (exceso de puntuación, exceso de adjetivos, un como siempre excesivo en mí), me daba un poco de vergüenza "propia". Pero ahí está mi voz, la voz poética. Y una voz muy potente, sí, muy potente, no me duelen prendas al reconocerlo, aunque escueza a muchísimos. Todos sus errores, muy fácilmente subsanables, no deberían haber provocado el infierno de voces contrarias que levantó en su momento y que tuve que vivir tras mi irrupción en el panorama poético "internaútico". Ahora me he propuesto revisarlo y corregirlo, adaptarlo al conocimiento que la experiencia poética me ha regalado. Así comienza:



Canción

Alguien me tocó el alma el otro día, alguien,
con la tierna almohada de su voz ensoñadora.
Alguien suscribió mis versos,
reinventó la luz sobre la tierra, que ya caminaba ominosa,
anduvo abriendo puertas mientras, oculta yo,
mis manos temblaban.

Antes, cuando abría mis párpados a la luz cegadora,
los amaneceres cabalgaban por la orilla de este verbo que no
es verbo
sino margen acotado carnalmente.

Se cerró el mar.
No me acompañó entonces el Poeta.
Ni el mirlo sostuvo con su canto mis roncas lágrimas.
Ni siquiera la primavera, que anhelé tiempo después,
llegó a bañar los atardeceres con el perfume de la niebla.


Antes, mucho antes, dormía en la tierra recordando
el verde trampantojo de la encina,
y yo, yo, bailaba al son de los tambores de las fiestas
humanas.
Cuando me quedé muda,
no me cobijó el Poeta.
Ni la lumbre, ni la hojarasca fértil.
Bajé al infierno de todas las vidas.
Hablé para llorar.
Rodé para existir temblando
acunada por el frío en la cruz de todos los huertos.



Antes, tiempo eterno antes,

saltaba sobre las piedras con mis zapatos de rosas
generando vida, esperanza y muerte... ¡feliz!
Una y sola entre las de mi especie
albergaba en mi cóncava realidad todas las esperanzas,
todo el alimento de la tierra.
Ahora, más allá de las sombras,
permanece siempre abierto el horizonte
que nos avanza el sol en su homenaje tardío
a la belleza de Lo Sin Nombre.

Camina, rueda mía, camina,
llévame por tus senderos de perdón y olvido,
que el polvo que levantes sea mi clámide en la espera.
Muéstrame en tu devenir el movimiento sobre el mar, las
almas, la luz.
Adelántate y alienta.
Camina por mí para que, cuando renazca,
las encinas continúen dibujando caracolas
en el aire con sus candilejas de abril.



("La presencia por la ausencia". Bohodón ediciones, 2010.)

martes, 24 de septiembre de 2013

Yo maqueté el encuentro en camarinal, ;) (Javier Sánchez Menéndez, el libro de los indolentes.1)

Aquí está ya "El libro de los indolentes. (1. El encuentro en Camarinal)", de Javier Sánchez Menéndez. Lo ha maquetado y diseñado una servidora y me siento como una vaca de gorda de orgullosa por haber tenido la oportunidad. Y como una reina de privilegiada por haberlo podido leer ya, ser de las primeras personas en hacerlo. Es un libro impresionante. Y es un libro lleno de esperanza.

¡¡ENHORABUENA, JAVIER!!

Y enhorabuena a todos nosotros por poder tener ya al alcance una obra tan preciosa, tan magnífica, tan distinta, tan necesaria. En el enlace de la editorial dice "prosa poética". Ya sé que hay que nombrar de una forma inteligible, pero no estoy de acuerdo con esa categoría. La llamada prosa de Javier Sánchez Menéndez no es prosa, es pura poesía. Claro, que esto sólo puede ser entendido por los que aciertan a atisbar lo que significa la palabra poesía. La  poesía no es verso, ni decir cosas bonitas o de una forma especial, eso ya lo sabemos. Escribir poesía significa ser capaz de trascender al lenguaje de tal forma que él, aunque sea el vehículo de transmisión, deja de tener apariencia de lenguaje. Se convierte en un metalenguaje, algo mucho más allá de él. No hay que decodificar, el cerebro se deja sustraer por él. la lectura parece que pasa inadvertida al acto neuronal. Eso es escribir poesía. Y eso es lo que hace Javier en este libro (que es la primera parte de lo que se prevé como una serie). Se puede decir que el autor lleva ensayando este estilo desde 1984, allá cuando comenzó su conocida serie de Fábula. No sé cuándo exactamente ha escrito este Libro de los indolentes, pero sí he percibido que por su estilo y por lo desarrollado en él, la trama, el concepto que lo sustenta, ha logrado encontrar la forma para el contenido. La simbología presente a lo largo de todo el texto, la ingente cantidad de guiños al lector actúan de verdaderos ganchos que se apropian de la mente para además de lograr influir en su espíritu, ética y estéticamente, despertarle la inquietud por no dejar de leer hasta descubrir. Y se descubre ¡Y tanto que se descubre! Y lo que se descubre (casi en cada capítulo), para hablar en plata, deja al lector con las patas colgando. Una no puede imaginar que tras toda esa sucesión de símbolos, alegorías, que incluso algunas veces pasan por la mente como fuertes claroscuros, casi como contempláramos un paisaje tenebroso y hasta desolado, lo que existe es una enorme ventana al paisaje más agradable y acogedor imaginable. La luz, la mañana, un huerto, un paisaje de montaña con el día despejado. La esperanza.
Mientras lo maquetaba me acordaba de un pintor, Miró. Recuerdo al estudiarlo allá por mis años mozos cómo aprendí cómo, efectivamente, tras esa sucesión de, al parecer, símbolos extraños en su pintura, en la mayoría lo que el pintor hace es cantar a la vida. Recordaba las primeras, esas más "inteligibles", esos huertos con almendros en flor. Cada artista se apoya en lo que logra construir como simbología de su personal estilo, cada artista verdadero. Miró llega a construir su propio "alfabeto", quizás ya ten hermético que desaparece o queda muy alejado de esa especie de salvífica noción de la existencia. Algo así me parecía a mí que Javier Sánchez Menéndez le sucedía en Fábula, de lo que creo él también era consciente, de ahí la necesidad también de transmitir hechos claros con palabras claras y rotundas sobre el posicionamiento personal del autor acerca de cada cuestión social, REAL, susceptible de tratar, pequeñas "contaminaciones" que anclaban la obra al suelo para que el lector no se perdiera. Sin embargo, para mi percepción, en este libro de los indolentes ha logrado dar el paso fundamental. Ése por el que importa realmente un pimiento nada y todo. Lo repito, no hay que decodificar, la mente no necesita molestarse en ello. El lenguaje creado lo hace por una sin que nos demos cuenta. Son los primeros huertos de Miró quintaesenciados. Una se siente, de pronto, quizás tras cada capítulo, quizás tras cada párrafo o tras la lectura de cualquier renglón habitando el lugar perfecto, ese que soñamos para nuestra alma. Cada uno lo pintará como quiera: Como hay esperanza, la vida es salvación. 


AQUÍ para poder adquirirlo


domingo, 19 de diciembre de 2010

Portadas para libros de Bohodón Ediciones

Hace ahora seis meses que empecé a colaborar con Bohodón ediciones. Pensé hace días que éste era buen momento para mostrar en conjunto las portadas que he ido diseñando para algunos de sus libros. 

























sábado, 16 de octubre de 2010

Más portadas

Algunos de los últimos proyectos de portadas en los que he estado trabajando.













 Trasera de la anterior

miércoles, 25 de agosto de 2010

Tres eran tres las potencias de sagesse

Son tres fotografías "antiguas" sobre las que probablemente trabajaré para portada de novela que publicará Bohodón próximamente, unas fotografías que quedaron especialmente grabadas en mi retina interior. No quiero perderlas, las subo tal cual las preparé en su momento, año 2006. Parece que en este cajón abierto de la red pudieran quedar más a salvo que en ningún lado.
Los versillos los he escrito por acompañarlas. La cuarta fotografía es retrato de la "muda".
;)









Sagesse nunca habla
sagesse nunca canta
sagesse vino al mundo sin tesitura.
Ayer me sopló unos versos,
sagesse,
hoy me visten como plumas
que al viento,
sagesse,
el viento se las llevaría
si no fuera por mi canto.
Pierde sagesse el suyo.
Yo vuelo bajo el suelo.
ajena.

Hoy canta la muda ahora que nadie la escucha:

No vivo por hablar,
ni hablo por cantar.
Si canto es porque sé,
si sé es porque viví,
si vivo es por amar.

Sagesse es la muda.


viernes, 13 de agosto de 2010

Un mismo disparo para dos revelados (portada y fotografía)

Pensando en el diseño de portada para un poemario que Bohodón publicará, recordé un antiguo disparo, del año 2008. Edité la fotografía y preparé la portada. Ésta es (como siempre sin título ni autoría). Espero que sea del gusto del autor.



Posteriormente he vuelto a reeditarla "para mí". Me quedé con las ganas, ;)


miércoles, 11 de agosto de 2010

Otra cubierta

Esta vez se trata de la portada y la trasera (el lomo es un recorte de la trasera) de un libro de investigación universitaria dedicado a estudio antropológico sobre una zona del continente africano, también editado y próximamente publicado por Bohodón. Me ha resultado muy atractivo el tema en el que profundiza, una cultura tan distinta a la occidental psicológica, filosófica y artísticamente hablando como la africana, y a pesar de toda la influencia colonizadora europea tiene sus propios mecanismos para lograr desarrollar un corpus cultural tan válido, antropológicamente hablando, como el europeo, sino que completamente distinto en los fundamentos de los que parte, lógicamente completamente liberado de las ataduras del racionalismo. Los autores del ensayo, compuesto por cuatro artículos, pretenden contribuir con él al mejor entendimiento entre ambas culturas. No todo es Platón o Descartes en la mente humana. Gracias a dios... o al hombre, ;)
De esos libros por los que siempre he sentido una especial atracción, mucho más que por los de poesía o narrativa de ficción o no.





lunes, 9 de agosto de 2010

Cubierta para novela

Sigo con la elaboración de portadas para Bohodón. Esta imagen corresponde a posible boceto definitivo para una cubierta con solapas para una novela de trama histórica, pero introducida desde una perspectiva contemporánea. Muy agradable de leer, entretenida, amena aunque extensa, y por si fuera poco, instructiva en aspectos fundamentales del ser humano contemporáneo. El escritor ha hecho un gran trabajo de documentación, además de lógicamente el desarrollo de su labor como narrador.
También he realizado la primera corrección antes de maquetación del texto.
Por supuesto, no aparece en esta imagen con su título ni autoría y sí aún con medidas aproximadas.


domingo, 25 de julio de 2010

La pinta, la niña y la santa sofía de constante-inopia

Estaba releyendo los últimos poemillas escritos por ver cuál subía cuándo he visto que éste encaja muy bien con la fotografía que elegí para la portada de "La presencia por la ausencia", una fotografía que tiene ya cuatro o cinco años. Como a la vez esta tarde he estado dejándola definitiva, parece que todo estaba predispuesto.

;)

Como se puede observar poco qué ver con la que preparé para el blog. Las proporciones son las mismas que la del futuro libro, más cuadrado que alargado y, sin querer, he pensado en cómo presento siempre las fotografías; entonces ya no ha habido más que pensar. Es la que quiero, y a Bohodón, le ha parecido muy bien...
:)
Para octubre estará más o menos. Ya está maquetado.


Y el poema,

La niña


A veces pensé en ti/
como en la niña que se entrega al rompeolas,/
rasgada y serena alba que vuelve sobre sí/
y gira el mundo a través de sus órbitas caudalosas,/
ojos de rima y sangre blanca/
que vuelven a la arena./

Y bebo y bato y renazco./
¿Qué tendrá Venus/
que es capaz de transformar en valles todos los océanos?/

Sofía Serra, 20 de julio de 2010
 
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