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domingo, 27 de enero de 2013

Éramos pocos y se reencarnó (entrada desde texto de Javier Sánchez Menéndez, Poeta)

Éramos pocos y parió la abuela. La historia de España, es decir, todo ese pasado que, nos guste más o menos, termina conformando el presente que vivimos a menos que tengamos los arrestos necesarios para subvertir el orden del tiempo y, por lo tanto, darle la vuelta al caudal de la causa/consecuencia, termina por abrírsenos delante cual roja amapola, cuando en realidad (no tuvimos en cuenta la dirección del viento) lo que germina y amenaza con desarrollarse no es otra planta que la comúnmente conocida como “cardo borriquero”, típica planta que, aun bella para la visual y para aquéllos a los que nos gusta recrearnos con la geometría de la naturaleza, si nos situamos a pie de calle, es decir, sobre los adoquines o la vulgar yerba verde y blanda, el natural por vivencia desarrollado, no deja de constituir una engorrosa, árida, punzante e hiriente verdura que, estoy segura, ni haría las delicias de los aficionados a ingerirlas. Que yo sé bien de esto, que las he arrancado con mis propias manos, y hasta fotografiado, e ingerido, no, porque hasta las cabras deciden no comérsela.
Es lo único que germina sobre el suelo más pisoteado, más reseco, menos fecundo. No hay que desmerecerle su valor fitobiológico. El problema es su fertilidad, es decir, la capacidad de la propia planta para extenderse más allá de su sitio de acogida (parece que no tiene pies, pero mejor no veamos cómo vuelan los “demonios”, no otra cosa que sus semillas perfectamente aladas, es decir, dotada de alas, con la sabiduría de la madre naturaleza).
Pero no hablo de plantas, sino de otro cardo borriquero mucho más dañino, (mucho más, sí, al fin y al cabo los cardos borriqueros embellecen los eriales cuando ya no queda pasto) que se aposentó, voy a decirlo, en esta Península Ibérica, no sólo en España, allá por los finales/comienzos de los siglos XVIII /XIX. Fernando VII, un tal rey español llamado Fernando VII, ha terminado por reencarnarse vía poder de algunos votos, vía poder de la pereza/abstención/esto no va conmigo/soy de otra onda/ patrimonio nacional ojalá no ibérico sino tan sólo español, en la figura de nuestro actual presidente de gobierno, un tal, porque prefiero no nombrarlo con cercanía de parentesco ni gentilicio, Mariano Rajoy.
No lo dice la que suscribe, la similitud ha llegado de manos de un poeta, e historiador, que lo expresa mucho mejor, y con voz. Hay que escucharlo. A ver si recordamos lo que significa hablar, decir más allá de escribir, que no tengan que recordarnos, sino que nuestro tiempo se haga con voluntad de presente. Así, seguro, no tendremos que llorar aún más.

Escuchar a Javier Sánchez Menéndez AQUÍ

(abajo texto, pero hay que escuchar. OÍR.)


Exiliados poéticos y políticos

El Romanticismo en España fue tardío y breve. Ocupó la primera mitad del siglo XIX. José de Espronceda huyó a Lisboa con 19 años, vivió en Alemania, Bélgica, Inglaterra, Francia o Portugal, al igual que otros escritores que abandonaron nuestro país por diferencias con el régimen político.
Fernando VII fue el culpable de la huida de tantos intelectuales. Tras su muerte, llegó la amnistía de 1833, y con ella los exiliados pudieron regresar a nuestro país.
Se dice de Espronceda que fue poeta y militante.
La vuelta a España de los escritores trajo consigo un gran cúmulo de riqueza cultural, que se vio reflejado en grandeza de nuestro arte. Nuestro país recibía riqueza, aunque hubiera ocurrido a raíz del exilio.
Ahora estamos en la misma situación y Rajoy es el Fernando VII del siglo XXI, con su trato a la cultura y a lo que no es la cultura está consiguiendo que muchos emigren y dejen la tierra que les vio nacer. Y lo hacen con el llanto en el rostro y la pena en el alma.
¡Pobre cultura! ¡Pobre sociedad! Marchar con la esperanza de regresar algún día trayendo lo mejor de otras tierras para nuestra propia riqueza.
Todo ahora cuesta sangre.
Ojalá no tengamos que esperar la firma de ninguna amnistía que condicione la vuelta de aquellos que se marchan. Intelectuales o no, los que se van son exiliados, exiliados poéticos y políticos.
Escribía en un soneto José de Espronceda:

Españoles, llorad; mas vuestro llanto
lágrimas de dolor y sangre sean,
sangre que ahogue a siervos y opresores,

y los viles tiranos con espanto
siempre delante amenazando vean
alzarse sus espectros vengadores.

Rajoy es nuestro Fernando VII, fíjense, ¡hasta se parece físicamente!

Javier Sánchez Menéndez
Cadena SER (A vivir que son dos días –Andalucía–)
(Domingo, 27 de enero de 2013)

miércoles, 23 de enero de 2013

Poema de San Juan de la Cruz

Coplas del mismo hechas sobre un éxtasis de harta contemplación

Entréme donde no supe,
y quedéme no sabiendo,
toda sciencia trascendiendo.

 Yo no supe dónde entraba,
pero cuando allí me vi,
sin saber dónde me estaba,
grandes cosas entendí;
no diré lo que que sentí,
que me quedé no sabiendo,
toda sciencia trascendiendo.

  De paz y de piedad
era la sciencia perfecta,
en profunda soledad
entendida(vía recta);
era cosa tan secreta,
que me quedé balbuciendo,
toda sciencia transcendiendo.

  Estaba tan embebido,
tan absorto y ajenado,
que se quedó mi sentido
de todo sentir privado,
y el espíritu dotado
de un entender no entendiendo,
toda sciencia trascendiendo.

  El que allí llega de vero,
de sí mismo desfallece;
cuanto sabía primero,
mucho baxo le paresce;
y su sciencia tanto cresce,
que se queda no sabiendo,
toda sciencia trascendiendo.

 Cuanto más alto se sube,
tanto menos se entendía,
que es la tenebrosa nube
que a la noche esclarecía;
por eso quien lo sabía
queda siempre no sabiendo,
toda sciencia trascendiendo.

  Este saber no sabiendo
es de tan alto poder,
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer;
que no llega su saber
a no entender entendiendo,
toda sciencia trascendiendo.

  Y es de tan alta excelencia
aqueste summo saber,
que no hay facultad ni sciencia
que le puedan emprender;
quien se supiere vencer,
con un no saber sabiendo,
irá siempre trascendiendo.

 Y si lo queréis oír,
consiste esta suma sciencia
en un subido sentir
de la divinal Esencia;
es obra de su clemencia
hacer quedar no entendiendo,
toda sciencia trascendiendo.

(San Juan de la Cruz)

domingo, 20 de enero de 2013

Mar sesgo, viento largo, estrella clara. Soneto de Cervantes

(Gracias, Juan Carlos)

Mar sesgo, viento largo, estrella clara,
camino, aunque no usado, alegre y cierto,
al hermoso, al seguro, al capaz puerto
llevan la nave vuestra, única y rara.

En Scilas ni en Caribdis no repara,
ni en peligro que el mar tenga encubierto,
siguiendo su derrota al descubierto,
que limpia honestidad su curso para.

Con todo, si os faltare la esperanza
del llegar a este puerto, no por eso
giréis las velas, que será simpleza.

Que es enemigo amor de la mudanza,
y nunca tuvo próspero suceso
el que no se quilata en la firmeza.

(Miguel de Cervantes. De Los trabajos de Persiles y Sigismunda)

jueves, 10 de enero de 2013

Un manifiesto regalo

Muchísimas gracias, Eloy. Aunque conozco tu poesía, o quizás por eso mismo, me ha emocionado muchísimo tener tu libro en mis manos, tu "Manifiesto asténico"
Gracias, GRACIAS, GRACIAS por tan magnífico comienzo de año que me has dado.

Con el movil, 10/1/2013

domingo, 30 de diciembre de 2012

Chance (Poema de Javier Sánchez Menéndez)


Chance

Llevo toda la vida mirando las estrellas
y ahora que puedo disponer de tiempo
dedico más espacio al corazón ajeno
que a la suerte.

Y nunca amo por fe, puede entenderse:
la pasión es una verdad tan grande
como una estrella.

Toda una vida para conocerme
y ya ves:
estoy aquí,
cansado del destino
y de la muerte.

(Javier Sánchez Menéndez. Una aproximación al desconcierto, 2011)

sábado, 15 de diciembre de 2012

Sevilla (un poema de Fernando Ortiz)


Sevilla (Acuarela) 
A Antonio Sánchez

Un patio. En su soledad
se oye de la luz un roce.
Arriba, la claridad;
abajo, el íntimo goce.
Albahacas, gitanillas,
plantas y flores sencillas
pintan y aroman la cal.
Una alta torre y un río,
un revuelto caserío.
Y la Epístola moral.

Fernando Ortiz (De Postdata, 1999)

domingo, 9 de diciembre de 2012

Dorado cuaderno de matemáticas

Un año como ninguno, un curso, segundo de BUP, 14-15 años. Las matemáticas, la física, la Historia, el Latín: el descubrimiento de la pasión que todos esos conocimientos me provocaban. El año que tuve decidir.
El año además en que me cambió la letra o me maduró en sus rasgos cruciales: cuando se me soltó, cuando mi grafos comenzó a lograr expresar mi carácter tal como explica la grafología. En el cuaderno de matemáticas, curioso que sean los únicos apuntes que conservo de toda mi época de instituto, se aprecia claramente su evolución desde el principio de curso hasta sus finales: las "emes", las "enes", la hilazón entre las letras, ya ahí aparecen los rasgos que nunca más se fueron de mi escritura.
A veces echo mucho de menos las matemáticas en mi vida, su ejercicio, este tanto sobreabundar humanamente sobre  el espíritu, la mente, el cuerpo, la carne... ¿Qué somos sino matemáticas y física aplicada? Me fascinaban. Las integrales y derivadas sobre todo me descubrieron la verdadera belleza del cálculo matemático.
Pero tuve que decidir y me decanté por "humanidades", como si avanzar en un cálculo mental no fuera algo tan humano como avanzar en el conocimiento del hombre, ¿qué hacemos si no cuando poetizamos? La poesía, las matemáticas, hermanas que hemos condenado a vivir aisladas, equivocadamente entendidas tanto una como otra, como si la ética o el amor no pudieran transparentarse en una demostración matemática. Como si la razón sólo pudiera aplicarse al número y no a la palabra, al pensamiento y no al sentimiento.
Equivocados, equivocados para siempre.
¿Cuándo decidimos equivocarnos? Cuándo cometimos la tropelía... En qué momento quisimos alejarnos del conocer. Cuándo dejamos de ser hombres para convertirnos en simples servidores de las mismas limitaciones que contruimos para lograr caminar sobre esta costra dura de la nomenclatura... Cuándo...

... Y qué más da el cuándo...

Principios de curso

Finales de curso

Versos áureos (Pitágoras)

Honra, en primer lugar,
y venera a los dioses inmortales,
a cada uno de acuerdo a su rango.
Respeta luego el juramento,
y reverencia a los héroes ilustres,
y también a los genios subterráneos:
cumplirás así lo que las leyes mandan.
Honra luego a tus padres
y a tus parientes de sangre.
Y de los demás, hazte amigo
del que descuella en virtud.
Cede a las palabras gentiles
y no te opongas a los actos provechosos.
No guardes rencor
al amigo por una falta leve.
Estas cosas hazlas
en la medida de tus fuerzas,
pues lo posible se encuentra
junto a lo necesario.
Compenétrate en cumplir
estos preceptos,
pero atiénete a dominar
ante todo las necesidades
de tu estómago y de tu sueño,
después los arranques
de tus apetitos y de tu ira.
No cometas nunca
una acción vergonzosa,
Ni con nadie, ni a solas:
Por encima de todo,
respétate a ti mismo.
Seguidamente ejércete
en practicar la justicia,
en palabras y en obras,
Aprende a no comportarte
sin razón jamás.
Y sabiendo que morir
es la ley fatal para todos,
que las riquezas,
unas veces te plazca ganarlas
y otras te plazca perderlas.
De los sufrimientos que caben
a los mortales por divino designio,
la parte que a ti corresponde,
sopórtala sin indignación;
pero es legítimo que le busques remedio
en la medida de tus fuerzas;
porque no son tantas las desgracias
que caen sobre los hombres buenos.
Muchas son las voces,
unas indignas, otras nobles,
que vienen a herir el oído:
Que no te turben ni tampoco
te vuelvas para no oírlas.
Cuando oigas una mentira,
sopórtalo con calma.
Pero lo que ahora voy a decirte
es preciso que lo cumplas siempre:
Que nadie, por sus dichos o por sus actos,
te conmueva para que hagas o digas
nada que no sea lo mejor para ti.
Reflexiona antes de obrar
para no cometer tonterías:
Obrar y hablar sin discernimiento
es de pobres gentes.
Tú en cambio siempre harás
lo que no pueda dañarte.
No entres en asuntos que ignoras,
mas aprende lo que es necesario:
tal es la norma de una vida agradable.
Tampoco descuides tu salud,
ten moderación en el comer o el beber,
y en la ejercitación del cuerpo.
Por moderación entiendo
lo que no te haga daño.
Acostúmbrate a una vida sana sin molicie,
y guárdate de lo que pueda atraer la envidia.
No seas disipado en tus gastos
como hacen los que ignoran
lo que es honradez,
pero no por ello
dejes de ser generoso:
nada hay mejor
que la mesura en todas las cosas.
Haz pues lo que no te dañe,
y reflexiona antes de actuar.
Y no dejes que el dulce sueño
se apodere de tus lánguidos ojos
sin antes haber repasado
lo que has hecho en el día:
"¿En qué he fallado? ¿Qué he hecho?
¿Qué deber he dejado de cumplir?"
Comienza del comienzo
y recórrelo todo,
y repróchate los errores
y alégrente los aciertos.
Esto es lo que hay que hacer.
Estas cosas que hay
que empeñarse en practicar,
Estas cosas hay que amar.
Por ellas ingresarás
en la divina senda de la perfección.
¡Por quien trasmitió a nuestro
entendimiento la Tetratkis 
la fuente de la perenne naturaleza.
¡Adelante pues!
ponte al trabajo,
no sin antes rogar
a los dioses que lo conduzcan
a la perfección.
Si observares estas cosas
conocerás el orden
que reina entre los dioses inmortales
y los hombres mortales,
en qué se separan las cosas
y en qué se unen.
Y sabrás, como es justo
que la naturaleza es una
y la misma en todas partes,
para que no esperes
lo que no hay que esperar,
ni nada quede oculto a tus ojos.
Conocerás a los homb res,
víctimas de los males
que ellos mismos se imponen,
ciegos a los bienes
que les rodean,
que no oyen ni ven:
son pocos los que saben
librarse de la desgracia.
Tal es el destino
que estorba el espíritu
de los mortales,
como cuentas infantiles
ruedan de un lado a otro,
oprimidos por males innumerables:
porque sin advertirlo
los castiga la Discordia,
su natural y triste compañera,
a la que no hay que provocar,
sino cederle el paso
y huir de ella.
¡Oh padre Zeus!
¡De cuántos males
no librarías a los hombres
si tan sólo les hicieras
ver a qué demonio obedecen!
Pero para ti, ten confianza,
porque de una divina raza
están hechos los seres humanos,
y hay también la sagrada naturaleza
que les muestra
y les descubre todas las cosas.
De todo lo cual,
si tomas lo que te pertenece,
observarás mis mandamientos,
que serán tu remedio,
y librarán tu alma
de tales males.
Abstiénete en los alimentos como dijimos,
sea para las purificaciones,
sea para la liberación del alma,
juzga y reflexiona
de todas las cosas y de cada una,
alzando alto tu mente,
que es la mejor de tus guías.
Si descuidas tu cuerpo para volar
hasta los libres orbes del éter,
serás un dios inmortal, incorruptible,
ya no sujeto a la muerte.






jueves, 15 de noviembre de 2012

Canción a la Esperanza (Gutierre de Cetina)

Dejé a Cetina listo para sacarlo en blogger, en aquel frustrado proyecto de una editorial sobre este soporte. Hoy lo reabro para mis ojos, pero algo me sigue diciendo que es mejor dejarlo tal como está acurrucado en mis brazos. Me sigue partiendo el alma cuando le canta a la esperanza, ¿cómo es posible en autor de tan católica época lance esas andanadas tan dolorosas, tan resentidas sobre una de las virtudes teologales? La Sevilla en la que el vivió no es la que todos (mal)conocen. Hay una Sevilla mística y existencialista, estoica y lírica a la vez, profundamente reflexiva e interiorizante. Una en la que la emoción y la razón se unen para poder hacer factible creación. Una que logró conectar con el hombre de todos los tiempos. Una que continuó lográndolo. Una que sigue haciéndolo. Esa es la esencia de Sevilla, como el río sin sombra ni cauce.
Esa es la Sevilla que yo conozco y a mí me hace.
Los versos de Cetina me siguen sorprendiendo (y llenando) por su contemporaneidad, por la queja íntima y sincera que transmiten, por la auténtica re-flexión de la que parten.

A la esperanza

¡Ay, mísera esperanza!
¿Qué me aprovecha andar desvanecido
Contra toda razón, sin fundamento,
Haciendo confianza
De cosas do jamás certeza ha habido,
Engañando al cuitado entendimiento?
¡Tristes torres de viento,
Cuán cerca llega vuestra caída,
Pues yo no puedo esperar ni quiero vida!

¡Esperanza engañosa,
Que con promesas falsas, aparentes,
Me has tenido suspenso, embarazado!
¡Ay, alma deseosa
De salir ya de mil inconvenientes!
¿No es tiempo que se acabe este cuidado?
¡Ay, cuán desengañado
Está quien sabe bien que es mal que espere
El que por menos mal la muerte quiere!

¿Esperanza perdida!
¿Qué me puedes poner delante ahora?
Qué te puede quedar ya por mostrarme,
Si yo no quiero vida
Que cuanto dura más, más empeora?
¿Piensas me la alargar para matarme?
¡Ay! Que no hay que mostrarme
Razones mal fundadas; que es locura
Hablar de vida al que morir procura.

¡Ay, esperanza incierta!
¡Cuánto fuera menor mi desventura
Si razón de esperara jamás tuviera!
Viera mi duda cierta;
Y pues no basta amor do no hay ventura,
Con mi fortuna el desear me diera,
¡Ay, cuánto mejor fuera
Que la razón del esperar faltara,
Y en lugar de esperar, desesperara!

¡Ay, esperanza loca!
En fuerza de tu fe solo pensabas
Salvarte de un engaño que así engaña.
Ya la vida se apoca;
Que aquel mismo manjar que antes le dabas
De su pasado error la desengaña.
¡Ay, pena fiera extraña!
¿Qué puedes hacer ya para dañarme
ni para entretenerme ni engañarme?

¡Esperanza traidora!
Debajo de amistad me has engañado;
Súfrese pues perder sobre seguro,
Si mi mal no mejora.
Ni lo sufre un dolor de tal cuidado.
¿Cómo tarda el morir pues lo procuro?
¡Ay, hado triste y duro!
Que es el mismo morir quien me entretiene,
Porque donde hay vivir muerte no viene.

¡Esperanza grosera,
De seso falta, falta de experiencia!
¿Sobre qué estribas ya, qué te sustenta,
Vida rabiosa y fiera?
Acábame a lo menos la paciencia;
Ya que acabaste tú, no se consienta.
¡Ay, peligrosa afrenta!
Si la esperanza ha visto el desengaño,
¿Qué puede ya esperar sino mas daño?

¡Esperanza cuitada!
¡Ay, si supieses bien cuán caro cuesta
El manjar del que vives trabajoso!
¡Cuánto más descansada
Te sería una muerte alegre y presta
Que un vivir tan cansado y enojoso!
¡Ay, último reposo,
No se dilate más nuestra partida.
Que al que se ha morir, muerte le es vida!

Canción, permite el cielo
Que sea esta del cisne; y pues alcanza
Dé cuenta mi dolor a la esperanza,
Alcance ya el recelo
Que se acabe el vivir y el desconsuelo.

(Gutierre de Cetina)

Noctibus, un poemario de Carmen Karin Aldrey

Durante las últimas semanas he estado trabajando en la preparación de este libro que acaba de salir, un hermoso poemario escrito por la poeta Carmen Karin Aldrey. He tenido el privilegio de su confianza para maquetarlo, así como la de poder vestirlo para salir al exterior.
Sólo sé hacer las cosas de una forma, torpemente por mi parte. Primero empaparme; después, que eso de lo que me he empapado, me llene. Entonces, si sucede,  ya llega el torrente de mi implicación, que la mayor parte de las veces tengo que frenar con infinito coste por mi parte, también es cierto, tiendo a inundar sin darme cuenta.
Pero esta vez he trabajado tan a gusto que solo puedo agradecerle a Karin la confianza que depositó en mí.
Igualmente a Belkis Cuza Malé, la directora de la editorial que lo auspicia, que una vez más me ha dado libertad completa de acción. No me cansaré de agradecerle su generosa disposición para con esta sevillana recién conocida apenas.

En definitiva, tengo que creer para poder hacer.
Y en este poemario, de Carmen Karin Aldrey, publicado por Linden Lane Press, creo.



miércoles, 7 de noviembre de 2012

Suite de una noche de gozo, poema de Javier Sánchez Menéndez










SUITE DE UNA NOCHE DE GOZO

1
NO te presentas, noche, y yo te siento.
El espacio es tuyo
y todo lo posees.
Entre los bastidores, las ruinas
entre los corazones y sentidos
creces con los minutos y lo inundas
todo.
Porque noche es amor.

2
YA la palabra noche se entrega entre las sombras.
Ya la palabra noche es amor, es palabra.
Ya puede ser nombrada.
Su nombre arrastra todo cuanto venga.
Su nombre ahora soy.

3
TOdo lo que te he dicho, noche,
está bien, está completo.
Pero,
¿y mi noche, ¿dónde estará mi noche?,
¿me bastará su recuerdo?

4
LA noche es amor.
La noche es discordia.
El día es la luz y es la vida.
Sueño siempre su luz
y estoy con la noche.
Vivo siempre en la vida
y me mantengo en sombras de mi noche.

5
EL hombre es sólo hombre ante la noche
que guarda rigurosa los pronombres
y los esconde lejos: sin límites
ni éticas posibles.
El hombre ha de asentir ante la noche
porque es sólo hombre
ante la vida.

6
REinan en la penumbra las sombras.
Anónimo es el rito de ser nombrado solo.
Reinan los individuos calladamente
deseando la noche.
Por eso mi corazón te llama,
y también quiere ser protagonista
—hombre o sueño—
de la noche.

7
PUede llegar la luz
y romper la historia
de la noche.
Pero aún es tarde,
porque la oscuridad reina en silencio.

Puede llegar la vida
como hace siempre:
con voz baja entre gritos.

8
CAsi a la luz del alba
la noche es la más pura de las noches
y sobre la ventana
contemplo cuatro cielos sin estrellas.

La noches ya es la noche,
la terrible canción sin fin ninguno.
No hay realidad en la noche
y ya llegó mi vida, mi amor
y mi destino: siempre es claridad.


Javier Sánchez Menéndez (De "La muerte oculta" -1996-, en Faltas palabras en el diccionario. Poemas escogidos 1983-2011. Libros del aire)

miércoles, 31 de octubre de 2012

Inversiones (un poema de W. Whitman)

Inversiones

Que lo que iba delante vaya detrás,
Que lo que iba detrás avance al frente
Que los fanáticos, los tontos, los inmundos, ofrezcan nuevas propuestas,
Que las viejas propuestas sean aplazadas
Que el hombre busque el placer en cualquier parte excepto en sí mismo,
Que la mujer busque la felicidad en cualquier parte excepto en sí misma.

(Walt Whitman, Hojas de hierba)

domingo, 21 de octubre de 2012

Javier Sánchez Menéndez, palabras para una esperanza

Esto es lo que falla en España. Esto es lo que ha fallado durante cien y doscientos y mil años, también lo que lograron frenar en el 36,  y lo peor, lo que sigue fallando ahora, año 2012, siglo XXI ¿Por qué será que a una política conservadora le interesa siempre ningunear el capital base, la educación, la formación del futuro más joven? Me lo preguntaba un amigo argentino hace días. La respuesta nos la dio hace ya bastante tiempo Blasco Ibáñez: el conocimiento es poder. Y ellos son expertos en tomarlo, el poder.

Hoy no es tan difícil acceder a él, al conocimiento, aunque muchos, y algunos, si llegan al gobierno, se empeñen en tratar de evitarlo, de evitar que llegue a los demás.

Por suerte,  aún quedan palabras como las de Javier Sánchez Menéndez, un espíritu que arroja luz sobre la masa negra y oscura de la molicie de este país.

Es un mensaje para alojar en la vitrina, mi vitrina, y reproducir constantemente, generación tras generación, hasta que a más de uno o dos les entre en la cabeza o lo que sea que tengan encima de los hombros. Luchar en este presente por un verdadero futuro.


Abajo su palabra grafiada también en letra. En estos tiempos, y aunque pueda resultar ingenuo,  hacerlo es para mí como  grabar en letras de molde sobre la piedra, escribirlas. Así lo merecen. Así nos lo merecemos, o así creo que el ser humano se lo merece. Quiero creer que se lo merece. Al menos el que venga SÍ lo merece. 

  En casa se educa, en la escuela se aprende
 (Javier Sánchez Menéndez) 
Su palabra en Radio Sevilla, Cadena Ser, hoy.
EN casa se educa, en la escuela se aprende. Pocos deberes y las tardes sin clase. ¿Éxito en Suecia? Bueno, es una forma de enseñar que mantiene a sus alumnos en los primeros puestos de un ranking real y verdadero.
En España hay niños que salen a las cinco del colegio, después van a inglés, de ahí al Conservatorio, y algo de deporte. Llegan a casa a las ocho. ¿Deberes? Antes un par de horas de televisión o de videojuegos. ¿Cuánto descansa un niño?
En casa se educa, en la escuela se enseñan conocimientos.
Los dos padres trabajan, mañana y tarde, (ahora es necesario). ¿Quién controla al joven? Cuando llegas a casa lo encuentras dormido o tumbado en el sofá. ¿Has hecho los deberes? Claro, no lo dudes.
¿Educación o conocimientos?
Los niños deben jugar, deben ser niños. No existe el fracaso escolar, lo que ha irrumpido es el fracaso social.
Buscamos culpables. ¿El sistema? No. No hay culpables, hay ignorantes. En casa se educa, en la escuela se adquieren conocimientos.
Nunca el maestro o el profesor deben hacer la misión de los padres. Son docentes, docentes vocacionales.
Es la ley de la contradicción. Quien mucho abarca, menos aprieta.
Las huelgas de estudiantes, hace años, las hacíamos nosotros, por la ausencia de calefacción, por bajas reiteradas o simplemente no queríamos hacer un examen.
Ahora las huelgas condicionan los actos. Huelgas necesarias y difíciles. Y mucho más en un país a la cola de la educación en el mundo.
Invertir en educación es renacer, resurgir, revivir. Pero ojo, en casa se educa, en la escuela se enseña. Y esto deben tenerlo claro todos los agentes sociales. Todos.
El niño debe jugar, debe hacer deporte, debe vivir. Y debe aprender el concepto de libertad y responsabilidad.
No volvamos la vista atrás. No hace falta. Lo que tenemos delante es bellísimo. Un ramo de flores con olor intenso. Y un color responsable.
Toda inversión en educación creará personas, seres humanos, portadores de sueños sobre la alfombra de la verdad.
Eduquemos desde casa, enseñemos desde el centro educativo. Con vocación, con amor, con profesionalidad.
Pero ojo, con un pacto social necesario, sin cambiar las leyes educativas al ton y al son de quien gobierne. Un pacto de estado por la educación beneficiará a generaciones, nos hará más humanos. Y nuestros hijos estarán más educados, mejores enseñados.
¿Saben realmente lo que es un pacto de estado por la educación? Lo que hace falta en España desde hace muchos años y nadie se atreve a implantarlo.
Todo lo demás sobra.
Javier Sánchez Menéndez

lunes, 15 de octubre de 2012

Demencia, un poema de Carmen Karin Aldrey

Demencia
Purgatorio
Lanzas
Ceguera
Pared
Ácido
Tijera
Frontera
Desamor
Renuncia
Alambrado
Ozono
Alcantarilla
Humo
Prejuicio
Mordedura
Carbón
Quemadura
Crematorio

Muros
Muros
Muros

Padre
Nuestro
Que
Estás
En
Los
Cielos

Que
Así
No
Sea
Por
Los
Siglos
De
Los
Siglos

Signos cantores con Isolda

Tenía que llegarme de ella, que lo tiene to' bonito (el nombre, la cara y, más aún, el espíritu), de Isolda, llegarme la alegría de que Signos cantores tiene materia y existe más allá de estos líos y los otros (editar), que ya tiene una casita donde estar... ay, es que me he deshecho de alegría, siento la entrada tan... pues personal, ;)
Muchísimas gracias Isolda, ¡ah!, y no se te olvide lo que te he dicho en facebook, ¿oook?...:))) Tú léelo, que para bien o mal esos poemas ya no son míos, :).

Qué hermoso lugar lo rodea, y qué preciosa fotografía entre plantas y verdes.


Fotografía  de Isolda Wagner

sábado, 6 de octubre de 2012

"Hubo un tiempo", un poema de C. Karin Aldrey

Hubo un tiempo

Hubo un tiempo
donde la paz
fue eclipsada
por los vientos
Desfilaban pájaros
de alas negras
que confundían la presa
con retoños
Sus picos horadaban
la hierba
En los estanques
el agua se cubría
de lodo
se acumulaba
en las cañerías
la hojarasca
del furor
Después la oscuridad
cruzó la noche
y los hombres
que morían
eran arrojados
a las fosas
Un día la tierra
abrió las piernas
y comenzó a vender
su cuerpo arrasado
Pocos reconocieron
sus labios negros
su garganta vacía
el hedor de sus axilas
Era otra
sin rostro ni luz
Un paisaje despoblado
donde cadáveres
y buitres devoraban
sus historias
en el festín de la muerte
La paz regresó
un rojo atardecer
Con sus cautelosas pisadas
apartó las piedras
y se arrodilló
sobre los escombros
tan llenos de cenizas
y aguas albañales…
Después
clavó cruces blancas
en cada huella perdida
Alguien la vio venir
y decidió seguirla
y luego otros
y otros
y otros
Pero ella sabía
que solo era un ejército
de muertos…
sombras sin vida
compadeciéndola
por su existencia fugaz…


C.K.Aldrey (De su último poemario aún sin título)

viernes, 5 de octubre de 2012

"Ayúdame a morir un poco solamente", un poema de Javier Sánchez Menéndez

Ayúdame a morir un poco solamente


Y ahora,
que he perdido a dios
y a la mujer que más quiero.
y he arrojado mis huesos ante la vía de un tren
equivocado,
y he bebido mis noches en la acera,
y los días, mis días,
han secado los llantos de la palomas hembras;
ahora,
... qué me decís del hombre
sino el pulso vital de su cansancio,
sin otra cosa que imaginar y recordar,
... qué me decís del hombre.

(Javier Sánchez Menéndez, de El violín mojado, en FALTAN PALABRAS EN EL DICCIONARIO, Libros del Aire, 2011)


martes, 2 de octubre de 2012

"En tiempos difíciles", un poema de Heberto Padilla

En tiempos difíciles

A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque
que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles
esta es, sin duda, la prueba decisiva.

Heberto Padilla, de su poemario Fuera del juego (1968)

sábado, 29 de septiembre de 2012

"El hombre no ha concluido", un poema de Batania

El hombre no ha concluido

¡Cómo estiras la trenza de los meses!
¡Cómo asomas tus brazos de garganta
ante la pluma sorda del jilguero!
¡Cómo al perro le llamas perro, al loco loco
y al hombre injusticia!

No quieres hacer la vida que te toca.
No quieres copiar el verso que te sabes.

Quieres hundir tu hereje en los papeles,
quieres matar tu cansancio de puentes,
quieres decir en este mismo minuto,
ahora que duermen los otros,
que el hombre no ha concluido.

¡El hombre no ha concluido!

(Argüelles,
veintisiete y cuarto de Noviembre,
seis en punta de la mañana).

Batania. Neorrabioso. Poemas y pintadas. Ediciones La Baragaña, 2012

viernes, 28 de septiembre de 2012

"Melíferas", un poema de C. K. Aldrey




Melíferas...

Mis ojos en tu pecho
tus piernas en mi espalda
Vuelan las melíferas
alrededor de tu boca
chupan la saliva
-que no es miel sino vino
y luego en sus aguijones
cubiertos de pelillos oscuros
llevan a la reina el elixir
que la inmortaliza
a su celda
defendida por enjambres
en el atardecer que se oculta
entre los árboles
Tus manos en mis brazos
mis huesos en tu cadera
Regresa la sinergia
y conjura los sonidos
de batallas
con mis labios recorriendo
tu pradera rojiza
de otoño inesperado
Entra a tu alcoba
de cirios perfumados
-L'nuit d'ete
mientras murmuras
a mi oído
la sentencia de Bukowsky
tenemos que morir
más de una vez
para realmente vivir
Como las abejas
cuando mueren y resucitan
en esos ciclos de amor
despiadados
e inyectan
con el beso de la muerte
la dulce fragancia
de la miel…

C. K. Aldrey

lunes, 17 de septiembre de 2012

Un poema de Javier Sánchez Menéndez


Preparación para la muerte

No sé si estás dispuesto a agradecer la vida,
a morir enterrado en calles o suburbios
o en todos los lugares donde uno se muere
cada día, a cada instante;
como si uno se fuera agradeciendo risas
o palabras que una vez nos dijeron
a pesar de pesares para sobrellevarnos;
agradeciendo dudas, respuestas,
valía la pena ser agradecido,
agradecer la vida,
recordar a los seres que agotan los abrazos,
el llanto por amor y no estar muerto
o descubrirse muerto y ser amado.
¡Qué difícil!
Un último recuerdo principio de principios,
y preparar la muerte a pesar del dolor.
Y se apaga el recuerdo,
y se apaga la idea de agradecer
la vida a cada instante.

Javier Sánchez Menéndez

(De "Última cordura", en Faltan palabras en el diccionario. Poemas escogidos 1983-2011. Libros del Aire, 2011)
 
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