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miércoles, 17 de febrero de 2016

Declaración de hacienda de una freelance

Declaración de hacienda de una freelance 

Hacer poesía no da dinero.
Luego soy pobre, nada que declarar.

Ahora que nos compran la sangre
como cabellos que volvieran a crecernos,
ahora que súbitamente
el mar se dibuja negro
con osamentas de hierro
que cían sobre sus caudalosas
ondas, las olas, la negra
y flamante bandera
de ese barco a la deriva
que flota encima nuestra
y gracias a nuestras cimas.
Ahora, ahora debemos callar
y no escribir ni declarar,
ni por activa
y ante su pasividad.

Para no hacerlos ricos
a costa nuestra,
a costa de nuestras vidas.


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jueves, 30 de octubre de 2014

Distinción

Distinción (Del don de oro)

Sin embargo alguno
digo que no es oro todo
lo que reluce se llama
tomillo, cantueso, jarilla, cardo,
pinchos
laceran las tibias tiernas
trituradas entre las ruedas de dientes
del gobierno de los hombres
que no saben nombrar,
que no asimilaron
el sagrado don,
el que nos distingue de los conejos
que persigue Lupita
por todo el monte dorado,
que no es oro, como ya dije antes,
sino son
yerbas secas pero aún olorosas,
aún saben amar,
aún saben hallar
el mineral precioso de mi conciencia,
y así puedo seguir
amando al ser humano,
distinguir
la dorada paja en mi ojo —y en el de Lupita—,
sanarla y sanarme
distinguiendo
los seres humanos de las humanas
bestias carentes
del don.

lunes, 30 de junio de 2014

El círculo cerrado

Eldorado

En el principio todo fue polvo
y vino de la esfinge, el humo se cercenó
en palabras, las rocas emulgieron
luz de inercia escondida
bajo la tierra el palmito
y el hombre que ya no era hombre
ni barro ni polvo ni humo
ni nada salvo luz
y las rocas atrayentes,
en el principio fue luz
y miseria, durante el entreacto,
sopor y miseria, en el fin
polvo dorado,
la entelequia y sus tierras pardas
de duras rocas. La ecuación
que nos hace felices.
Eldorado.

El círculo de la mesa

El círculo que se cierra aunque sus piedras yazcan rotas y arrancadas de su lugar, hayan rodado ladera abajo o, transformadas en tábulas cementarias, sirvan de mesas donde tumbar al cerdo o al chivo antes del sacrificio expiatorio. El círculo cerrado más allá de la sangre vertida, de la fósil mácula, hoy liquen, o del oro derramado.

El círculo dorado

Y qué más da que la luz y el agua se ordenaran como garantes de la vida.
Y qué más da que las piedras refulgieran ante el brillo de tu mirada.
Y qué más da que cielo y tierra se autoconvocaran para adorarte,
hombre mío, hombre siempre, hombre, si ni la luz, ni el agua, ni las piedras, la tierra o el cielo tienen nombre de dioses.
Todo lo que somos lo debemos a lo que hicimos y no hicieron.
Todo lo que dejamos de ser se escribió en el círculo dorado.
él te devuelve la palabra.
él te devuelve lo robado.
él fue construido para ti.

sábado, 21 de junio de 2014

Poblamiento

Poblamiento

Todo horizonte es siempre el vacío de un rostro.
(Edmond Jabès)

A todos los oídos silencio
con este secreto ya sellado,
de todas las bocas deduzco
la mudez, la controversia
analizada por tantos dioses
como jueces obsoletos,
el mísero canto del ronco
gravitar sobre el par de ojos
de tu frente, la corona nasal
de la mirada ciñe este rostro
que describe la línea
del horizonte que se aclara.

Ya no árboles enviados
hacia los arcenes del camino,
ya camino solo y despejado
con ambas orillas
semovientes que danzan
ligeras a la par que el trigo
encanece, ya maduro,
ya siendo él mismo
vello de la tierra
en este junio cansado
de sol y espera lenta,
el mes infantil del verano
que se abre como el camino
se abre ya sin márgenes,
sin orillas, a la vega
naciente de los hombres
tiernos, almidonados ya
solamente por sus rostros
amables, ya vacío el horizonte
de vacíos.

viernes, 6 de junio de 2014

La economía del yo

La economía del yo

Estar estrellado estío estomacal, adverbio de lugar donde sumir la precipitación constante de los actos que se caen por el precipicio de las ilusiones. Nos basta adelantar un pie para comunicarnos con el aire, la semejanza en el vuelo, las palabras mal asimiladas, como el constante refugio de la mente, la trampa mortal donde se insensibiliza lo poco que nos queda de auténtico, de originario, de esencial. Lo que fuimos.
Y la única forma de recordar, de volver, el Arte. Lo inasible.
Estamos condenados a vagar entre la aletheia y la mentira de esta costra. Nada tangible nos rodea. Nada tangible se nos acerca. Nada como nosotros.

Sucintamente deduzco abducida y enquistada por el gobierno de la dura costra sobre las mentiras de nuestros mayores, que todo lo creyeron y apenas indagaron. Caminar para subsistir siendo ¿qué?

Miento, luego existo.
Miento, luego estoy.
Miento, luego fui.
Vivo, luego no soy.
Muero para ser.

Como en el Amor.

Todo me lleva siempre a él, cada final, cada conclusión, van marchamados por el sello de su nombre. Aparece cuando menos me lo espero, en la discusión más metafísica o en la más doméstica que puedan habilitar mis neuronas. Me percibo hablando conmigo misma cuando, en realidad, hablo con un otro algo que nunca he acertado a descubrir. Nunca me da la razón, siempre concluye por mí. Y siempre llega al mismo lugar: el amor, el amor, el amor.
¿Y qué?, no me pregunto, le digo. "Y ¿qué?". "Quizás lo tangible", me responde.

Quizás lo tangible me responde.
Quizás.
Quizás tú.
Y por "tú", entiendo "ellos" y "nosotros".
La economía del yo.

La economía del tú

La economía del tú

No somos conscientes de que somos infinita mayoría, de que por muy poco poder que tengamos, si sumamos la voluntad de cada habitante de este planeta, de cada individuo, lograríamos crear una potencia avasalladora. Solo hace falta que cada conciencia individual se ejercite, y en donde apenas exista, realizar el esfuerzo de alimentarla para que crezca.
La conciencia colectiva es inherente a la conciencia individual. Nada más que el ser humano se piensa, aparece "el otro". Ese es el punto de partida, el hilo del que hay que seguir tirando hasta hallar, mediante la lógica inclusive, que el bien del otro es nuestro bien mismo. No hay contradicción. El egoísmo termina refutándose a sí mismo puesto que un individuo tiene que alimentarse psicológica, emocional y físicamente de lo externo. Y en el externo se halla el otro. La inmanencia del grupo junto a la contemplación del propio yo. Si no, este se auto-consumiría. Y puesto que se auto-refuta, el egoísmo es una entelequia, la mente tiende a desecharlo aunque aparentemente todos nos dejemos gobernar por él. Solo algo de reflexión, y se comprenderá que no es el camino.
Fomentar el pensamiento, la economía del tú.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Laissez faire, laissez passé

Laissez faire, laissez passé

Todo se confabula como una simulación concreta de la fastuosidad con que la verdad se hace inmanente nada más que nos dejemos gobernar por ella. Cierta laxitud en los hombros y en el cuello son necesarios para que el milagro suceda. Dejar hacer, dejar el campo libre de nuestros aranceles, de nuestras barreras, de nuestras ominosos condicionantes, esos alambres de espinos que interponemos entre nosotros y nuestra propia esencia. Dejar acceder a lo verdadero. O cedernos el paso para lograr llegar hasta allí.

(De El economicón)
 
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