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sábado, 27 de septiembre de 2014

A mi sombrero

Título: Autorretrato a cara descubierta. En "Meridiana claridad"


Título: Campera. En "Meridiana claridad"


A mi sombrero


Una voz con muy poco tiempo
me habla de nueva ultranza,
un más allá de rostro lento,
una continua confianza
en el suceso silencioso,
en la mesura, la distancia
que por bien de la ligereza
transita sobre esta muda,
esta piel ya de vuelta
de aquella estrecha circunstancia
donde nos vimos abocados:
como el mar se hace pequeño
cuando a mis pies se aviene,
moja y venga todas las durezas
con sus leves caricias,
siendo tan potente
y tan grande, no me asusta,
así te vengo yo y vienes
al gozo de mis sienes
cuando menos lo espero.

Sin disgustarme.

Como el vino, con tilde
que elido. Como bebo
para ti, sin acento.


(Nota al margen: No puedo retratarlo nunca a él solito porque siempre lo llevo puesto, ;))

lunes, 22 de septiembre de 2014

Matiz otoñal

Matiz otoñal

Palpita la hoja
cruda devorada
por los amarillos
de su creadora:
la luz del sol
prende los silos
del cielo de otoño.

Aromática muerte de la flor,
roja rompe y vence
el muro del hielo
sordomudo.
Está callada tan a brumas
tan a solas,
tan entera, tan negada.

El caracol estirado,
la luz en la espalda,
el sobresalto mulliagudo,
la vivencia del dolor
y el mutismo. Sobre todo
la mudez que todo lo habita:
vencerás sin luchar.

viernes, 19 de septiembre de 2014

La fuerza

La fuerza

Hay personas que caen
por su propio peso la caída
posee símil de abismo
donde figura la verdad
—gobernamos con juncos
mientras ella se bate en retirada—.
No depende del fulgor
de las espadas se alimenta
de su pureza, de su sacralidad.
Seamos honestos:

las puntas se hunden
los hincos en el cuerpo
sagrado de la tierra,
la compañía, su compañía,
el sol, la luz, la noche,
las estrellas, la tormenta,
el granizo, la yerba seca
desmentida por el viento
del estío, los orines
de los perros, los túneles
aventajados por las bocas
de las lombrices y sus anos,
toda
su enorme compañía
se alza en lanzas
enhiestas son
de guerra defensa
haced de lo que en silencio
os pida
la huella sobre la rosa
y dura tierra del verano.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Despertar arqueológico

Hace tiempo que me di cuenta de que entre todos mis poemas de los sucesivos poemarios son numerosos, o al menos constantes, esos que aluden a la arqueología, a la historia (y prehistoria), normalmente inspirados entre otras cosas en obras de arte antiguas.  Como también se reparten los que se inspiran en el campo, en la noche, en la mañana, en la ciudad etc. A veces me asalta la idea de deshacer todos los poemarios y clasificarlos por temáticas (así conforman poemarios muchos poetas). Nada que objetar, salvo que no es mi forma. El poemario tiene entidad por sí mismo porque él mismo se la otorga, y yo lo respeto intentando apuntalar más firmemente su diacronía con sus tonos, no siempre con éxito, resulta obvio. Pero no puedo evitar sorprenderme cuando, corrigiendo lo que un año antes fue escrito, contemplo el concepto desarrollado sin que yo misma me diera cuenta o fuera consciente. Así, ahora compruebo que este "Diario de mañana" o "Extinción de ruina" (no sé muy bien aún qué nombre llevará al final) es un puro canto a la muerte. Como siempre intento darle la vuelta a lo doloroso o a eso feo que ven/vemos los humanos (algunas veces, darle un par de guantazos) bastante equivocadamente.


En wikipedia


Despertar arqueológico

Apenas tener nombre de hueco
o suma de melancolías
que se escalonan unas
sobre otras se admiten
pisándose los talones
hasta que forman la falsa
bóveda o cúpula del túmulo
enterrado con su verdadero
túnel abierto al campo claro
del día. me vi en la yerba
blanca del agreste agosto
meditando sobre la máscara
agamenónica de tu fecunda
risa, tu ara votiva a la alegría
de la mañana.

Despertar y estremecer
al calor, la calle, aun negra
y naranja, me avisa
de tu urgente destino de hombre
feliz y en calma,
y yo contigo,
como los amantes esposos
etruscos retratados
en su tumba.

(Sofía Serra. Sept. 2013)





miércoles, 10 de septiembre de 2014

Per-sé-fone

Per-sé-fone

me queda aprender a descansar.
Besos de alegría busco
sombra en el estío, luz
ante el espejo, suelo
de otoño, abrigo
en invierno a las flores
por nacer.

Aprendiz de dudas.

Está naciendo la sierpe
lozana manjar de lutos
y luz de estepa nocturna.
Sea por una vez pasta
y densa semilla de hielo
que deposito en tu labio:
se inquietan las raíces
cuando me tumbo se tornan
graves los aullidos
de la tierra, cada terruño
esconde dentro de sí
la gota, el fuego hilarante
que de tu boca emana:
la salvaje demencia
de una química sostenida
por carne y huesos,
un cuerpo con son de persona.

lunes, 8 de septiembre de 2014

La farola

La farola

Apenas tres horas de noche
dormida, me siento dando
tumbos sobre mis orejas,
ora llega el día que tengo,
ora el que sueño contigo,
borracha de cansancio.

Ya no sé si ebria
de vino, de ti,
de falta de mí
o de mí de sobras
entregada.

De amor, seguro,
a lo que sea
quiera ser y estar
entre tú y yo,
como esta farola
a la que me abrazo.

martes, 12 de agosto de 2014

La copa de la vitrina

La copa de la vitrina

Qué será de mí el día,
el momento en que me cubra
con telas y arañas
de hilo mudo pero mío,
qué será de mí
si te sorteo como si nula
piedra fueses en el camino,
como si terco y ancho
muro te levantaras
ante mis venas extendidas,
qué sería de mí, amor de yeso,
si no te reconociera
como estatua, blanca efigie,
fantasma, trasunto del hombre
en el que creo, su fe, su hábito,
su monje clandestino, mi fe también,
mi ningún pañuelo, mi canto efímero
tan tozudo, tan del tiempo,
tan arena, tan del viento,
qué sería de mí, qué
será sino lo que soy,
brillante grano de sílice
tan verdaderamente minúsculo…

cómo no vanagloriarme
de esta copa cristalina
que no sostengo en mi mano,
obra tuya tan reciente,
tan transparente, tan frágil,
tan milagro, tan de todos.

Tan vacía.

lunes, 4 de agosto de 2014

Abisal

Abisal

Si creciera, vería
una boca enjaulada.
Quizá por eso
no quiero mirar por encima
del hombro, o no sé,
me resulta ajeno, no tuyo,
desentrañablemente
oblicuo, propio de los dioses
malignos, yo y mi versión
de ti, qué ingenuos páramos
tan llanos.
¡Y tan libres!

domingo, 12 de enero de 2014

Niebla amable

Mañana de niebla, tarde
De deseo ancho y blando
Como la curva de la playa
Donde me recalas, ama
De mi carne y de mi alma,
Noche ya dormida,
Noche que ya arde.
Solo humo queda de ti.
Solo niebla humectante.

viernes, 8 de noviembre de 2013

La mirada en adobo

La mirada en adobo 
(Para M.T.S., en su veintiún cumpleaños)

Como quiero, quiero un mar
perpetuo y un aire joven
para ti la luz
encendida cuando te vas
me avisa del día
en que naciste
en tus ojos el sentido de la vida
en tus manos la eternidad
para el buen hechor que descansa
por la noche duermo
pernoctando en ti
arrinconada como cualquier basura
de las calles. Hoy se visten
de limpio para el cielo que las protege
(malditas construcciones que
las construyen): Tú calzas
lentes nuevas y llueve,
o no llueve, es lo mismo porque
la transparencia adoba tu mirada.

jueves, 7 de noviembre de 2013

De la noche a la mañana

De la noche a la mañana

Pienso que no hay otro mundo allí arriba
Más lejano que aquel que contemplan estos ojos,
Donde la Sabiduría nunca se burló del Amor,
Donde la Virtud nunca se sometió a la Infamia.
(Emily Brontë)

El mundo que creamos
ajeno a la naturaleza
nos derrota cada día.
Solo ella nos contempla
como madre imparcial
atenta y justa. Si dolientes,
su indulgencia nos endulzará
el amargor de la mentira.
Si dichosos, bendice
cada nube gris con sus lágrimas,
la tierra se torna tierna,
la luz palidece levando
anclas del velo que nos oculta
lo verdadero.

¿Cuándo dejaremos de actuar
como dioses? Seamos
sacerdotes de la humildad,
nuestro natural límite.

Cuando los hombres construyen
tercos los habitáculos siniestros
de la infamia y la injusticia,
cuando avarientos se desdicen
hasta de la bendición
de haber nacido y reniegan
del dolor de su madre
cuando los trajo al mundo,
entonces la tez cetrina
cubre con su manto de cenizas
la belleza del paisaje luminoso,
nuestros ojos son cenizas,
nuestras manos se deshacen,
nuestras bocas se quedan
mudas del espanto,
gobierna el mundo un imperio
de desdicha. Solo queda el amarillo
pálido de los corazones secos
tan pequeños y arrugados
como aceitunas inmaduras
que ni los pájaros picotean
y caen sobre el desquiciante suelo.

Pero hasta en la infinita tristeza
del paisaje desolado, la esperanza
ríe: los olivos de la paz
no han hecho más que comenzar
su posibilidad de existencia.
La ceniza torna el suelo
más ligero y fecundo.

No desesperes, amado mío,
los dos hemos visto rebrotar
el verde en los terrenos
arrasados por el fuego.

La noche en llamas se sucede,
invariable el hueco azul
apasionado de la mañana
abre su boca y aparece.

martes, 5 de noviembre de 2013

jueves, 31 de octubre de 2013

Diario de treinta años


Diario de treinta años

Se abre de futura
estampa de un libro
por escribir lento
pero decidido.
Unos veintiuno
desde casi
cincuenta y uno
se divisan cerca
si somos los mismos,
si siendo la misma
no vemos lejano
el tiempo elegido
como compañero.
Ni el tono, ni el modo,
cada paso dado
dibuja la estampa
sobre el libro blanco
recién comenzado.

que me acompañe la suerte
que hasta ahora he tenido
prender los hilos, tejerlos
recorriendo el paisaje
de seda tan fría, calentarla
desde dentro mía
con una mirada de futuro
por hacer y mañana
abierta y recogida
en la frente y en la boca.
 
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