sábado, 30 de diciembre de 2017

Tras la muralla







La muralla

Recordando el hilo el alma
blanda se dispone
abierta sobre el albero
del paseo. ¿Y mi avenida?,
¿dónde queda mi avenida?
Hiela el contacto febril
de la piedra, madre, ¿la muralla
también la construiste?

Soportar el peso de los árboles
entre las almenas engarrotadas
como si el cielo se mancillara
con solo mirarlo: los días grises
permanecen obscenamente,
son las bocas de los que aúllan.
El grito, el dolor, la muchedumbre,
la agitación de la argamasa,
los merlones derrumbándose, algo así
como el desvencijamiento del amor
y sus nanosegundos de imposible
olvido.

¿Puede un hombre encarecer el porvenir?
¿Someter a sus fueros lo inocente?
... ¿Y el viento, madre, dónde está el viento
que hasta al mismo frío ya congela?
El hielo en este pacto sin tacto
sugiere a la paloma sueños
de descoyuntura.
Se atesoran las sienes de la muralla:
obedece izándose como la vida
ya se muere, a pico y pala
y con la tumba.

Enquistamos adioses como el mármol,
pero la yedra siempre ablanda piedras
y los muros caen mecidos
naturalmente por el estremecimiento
de lo vivo. De la caricia.

(De "Todo más claro")

(Ver más fotos de la muralla AQUÍ, AQUÍ, AQUÍ y AQUÍ)

domingo, 24 de diciembre de 2017

Dos árboles de Navidad y dos estrellas ;)

FELIZ NAVIDAD, queridos lectores de este blog.




Estrella de seis puntas
(para un árbol de navidad)

Nos queremos más allá
de lo que somos
parte el alivio, la ternura
el consuelo, la naturaleza de estar
vivos más allá de lo que lo estemos,
la sapiencia del deseo
de no pertenecernos
porque ya nos poseemos
desde cada uno y su cuenta
atrás en este camino
de barro y piedra que es la vida
y su milagro, y nuestro milagro,
un amor esencial
que se reparte por sí mismo.
Un amor doble multiplicado
por nuestras dobles
extremidades, los cuatro
punto cardinales que oferenta
la rosa de los vientos
que no necesita veleta
que señale nuestro sino

ya tuyo y mío.
Somos dos más
para marcar

los rumbos de la ubérrima derrota:
una tierna estrella de seis puntas
con lo que de su cumbre nos proceda.

(De "Los restos")

jueves, 21 de diciembre de 2017

Claridades



La caída

Las comisuras de mis labios
miran hacia arriba, mis ojos
hacia el frente, mis pies
ya sortean hábilmente
el lecho de un otoño
que ya casi duerme.

Porque días en que todo
más claro, todo más claro, las hojas
caen pesadas por la lluvia,
ya no crujen duros los frutos
de un tiempo frío y lento,
porque todo más claro dura blando
y ya termina una extinción de ruina.

Y es que las hojas
caen las hojas caen y todo
entonces se ve todo más
claro espacio entre las ramas
que al bosque tejen
con sus tramas de sombra
y luz ya caída
desde el cielo hasta el suelo.

Como las hojas.

(De "Todo más claro")

viernes, 15 de diciembre de 2017

Sacar de quicio



Desquiciada

Qué es la puerta, ¿cierre o abertura?

la voz de la imprimación
me proporciona puertas
vueltas del revés. Sujetan
los candados las bisagras,
se cierran y abren
al pairo del viento
de ningún sentido
norte o sur. Por el este
sale el sol
en un mundo redondo
y volumétrico.
Pero, ¿y en el plano
de la puerta meditabunda,
de la puerta siendo?

se alabea ante tanto
vaivén en el vacío.
Sin cabeza urde
a golpes
sobre ningún quicio.

(De "Extinción de ruina")

martes, 12 de diciembre de 2017

Tres amaneceres




Venganza

En este sí vivir semántico
que conduce la noche ya muriendo
joven, la luna ya cantando nana
a las estrellas y el gallo
iluminando el silencio del sueño,
sostengo ensimismada la trama
del toldo de mi embargo.
¿Qué alucinaciones gobiernan
los sentidos atravesados
por el súbito despertar
de los sonidos de los hombres?,
qué claman respirando
las milongas de los relojes
tictaqueando el espacio lleno
de ser vivo,
de contenido azul silabeando
la dulzura del oriente
amamantando el día
y vengando, porque viene,
¡qué venga!, la amanecida
que a la muerte
de la noche venga.

(2017)


Silence rising

Oficia la sacerdotisa
de la aurora. La diosa
me comulga con su aire
rosa y frío. Se congelan
las afables sienes
a la luz de sureste.
Nace la paz
aliciente, padece
el mutismo
al despertar-
SE.

(De "Extinción de ruina")

viernes, 1 de diciembre de 2017

Incipit vita nuova



El aliento

Pienso que no hay otro mundo allí arriba
Más lejano que aquel que contemplan estos ojos,
Donde la Sabiduría nunca se burló del Amor,
Donde la Virtud nunca se sometió a la Infamia.
(Emily Brontë)

El mundo que creamos
ajeno a la naturaleza
nos derrota cada día.
Solo ella nos contempla
como madre imparcial
atenta y justa. Si dolientes,
su indulgencia nos endulzará
el amargor de la mentira.
Si dichosos, bendice
cada nube gris con sus lágrimas,
la tierra se torna tierna,
la luz palidece levando
las anclas del velo
que nos oculta lo verdadero.

—¿Cuándo dejaremos de actuar
como dioses? Seamos
sacerdotes de la humildad,
nuestro natural límite—.

Cuando los hombres construyen
tercos los habitáculos siniestros
de la infamia y la injusticia,
cuando avarientos se desdicen
hasta de la bendición
de haber nacido y reniegan
del dolor de su madre
cuando los trajo al mundo,
entonces la tez cetrina
cubre con su manto de cenizas
la belleza del paisaje luminoso,
nuestros ojos cesan,
nuestras manos se desmenuzan,
nuestras bocas se quedan
mudas del espanto,
gobierna el mundo un imperio
de desdicha. Solo queda el amarillo
pálido de los corazones secos
tan pequeños y arrugados
como aceitunas inmaduras
que ni los pájaros picotean
y caen sobre el desquiciante suelo.

Pero hasta en la infinita tristeza
del paisaje desolado, la esperanza luce:
Los olivos de la paz
no han hecho más que comenzar
otra posibilidad de existencia:
La ceniza torna el suelo
más ligero y fecundo.

No desesperes, amado mío,
los dos hemos visto rebrotar
el verde en los terrenos
arrasados por el fuego.

La noche en llamas se sucede,
invariable el hueco azul
apasionado de la mañana
abre su boca desperezando
el aliento.

(De "Extinción de ruina")
 
Creative Commons License
El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.