lunes, 30 de marzo de 2015

Un país llamado Arcad(i)a

Un país llamado Arcad(i)a

Ácida arcada
los ácidos corroen las columnas
de cualquier patio de luces

A-mí-no-
Ácida
Me haréis.
Ya tengo bastante
Con los jugos
De mi estómago
Vomitad sobre vuestro suelo
Vuestros juegos infantiles
Como cuando los crueles
Niños arrancan las patas
A los insectos—en ellos está el futuro
Y hasta el pasado—
A mí dadme un pico y una pala
Y mi cansancio de oír
Arcadas que se tienden
Entre columnas
Que nada sostienen.

Dulce arcad(i)a

Sobre el estado general
De las cosas debo añadir
Pan y azúcar que ya no como.
Los mendrugos alisaron mi vientre,
La amargura me sacó de las casillas,
La tabla flota camino de las antillas
Occidentales a la península,
Tal como la salvación
De todos nuestros males:

Seamos sensatos
Por las luces y las cuerdas,
Por no perder la arcadia,
Para poder volvernos locos
Como dulces cabras
Tiernas y felices,
Con barbas y a lo loco
Trotemos vertiente abajo
La miseria de afluente
Que brota de las rocas
Que vamos golpeando
Meninge sobre meninge
Como si no fuéramos en el fondo,
Del valle de la arcadia,
No más que algunos bueyes
Con un lamento ojeroso,
Con un lamento ojeroso de buey
Que salta asustado
De su torcido peso
Sobre las pezuñas y la bilis,
La vejiga y el evacuatorio
De la montaña algo verde
Con acebuches y reclinatorios
Y estandartes rosas y rocosos
Donde nos abrimos de patas
Y los tobillos se nos quiebran.
Tan torpes somos, ¡ay!, tan limitados
En importancia nos bebemos
Nuestro propio cerebro
Pensando que de nuestro
Lamento ojeroso depende
El destino del mundo,
Y por qué no ya también
El del mismísimo universo.

Las estrellas poblando esta noche
Nos contemplan en nuestra
Terminal palabra: arañitas,
Nada más que arañitas
Tejiendo con nuestras bocas
El silencio del abandono
De lo que somos: bueyes en el establo
De la vida, soberbios bueyes tuteando
El fragor de la noche blanca, bueyes
Con mitras de reyes como los cretenses
Ya muertos seamos indulgentes
Con nosotros, convirtámonos
En cabras, cabras con luces y ligero
Peso sobre la arcadia,
Nuestro país, nuestro territorio.

Arcadas para tipis

Acababa de parir la india en la pradera cuando el gran manitú se le apareció para decirle:
olvídate de la depre post-parto y corre a tu nación, sí, esa entre los que naciste,
hazles ver su locura, se creen búfalos o bueyes.


—¿Alguien recuerda
Cómo se orina
Con cuatro patas?
¿Cómo piensa una
Frente con cuernos?
¿Cómo espantar una mosca con el rabo
O se mastican las aulagas, las retamas,
El lentisco o el romero?
Piedras sólo conocemos
Por nuestro riñones, he aquí
El claro ejemplo de nuestra
Desmedida inteligencia:
Miramos con los órganos excretores,
Tejemos con las patas traseras,
Bebemos whisky y cerveza
En vez de agua del corriente río.
La pradera nos mira
Con vergüenza ajena, le pesa
Nuestra locura como patria.

Las flechas se frotan
Entre sí ronroneando
De placer porque se cierra
El círculo de nuestros tipis,
Nuestro yugo, nuestra yunta,
Nuestra arcada. Ellas
Se las prometen lanzadas
Y felices en nuestro país,
Nuestro territorio de toro
Y pezuñas izadas
Contra
Nuestra
Propia
Frente.

La india miró sus pies,
Pidió perdón a manitú,
Viró sobre sí
Y volvió a su depresión
Post
Parto.

domingo, 29 de marzo de 2015

yesterday (de ramos a resurrección)

Reconozco que me encanta disponer de un poemilla para un Domingo de Ramos. La gente en Sevilla se viste con sus mejores galas para ver los pasos en las iglesias y terminar al mediodía en todos los bares de la ciudad, que a esa hora se llenan hasta reventar. Hace un día resplandeciente, yo aún estoy en pijama y no tengo previsto salir ni para que me dé el sol. Mis circunstancias vitales externas son distintas a las de la mayoría. Mis internas creo que también... Aunque, ¿se pueden derivar circunstancias de lo meramente interno?, ¿o mejor tan solo esencialidades?
En cualquier caso me encanta poder celebrar un domingo de ramos bello "a mi manera" ;)

Disparo original de Margarita Serra Giráldez,
enviado el viernes por wasap. Las rosas para mi madre.




yesterday (de ramos a resurrección)

Las pilas del teclado
se están agotando un domingo
de ramos bellos ya cualquiera
sabe la vida si remolona
obtuvo beneficio, pan y vino,
palmerales y juncales al dorso
de la divina mano.
se nos olvidó escribir el mundo
del revés, los caballos
con sus patas sobre la grupa,
la serpiente lanzando
verticales piruetas a las nubes
del papel cielo con el que envolví
este ramo que te ofrezco,
un presente lleno de dudas
de un futuro tan perfecto
y blanco de un pasado
que muere justo,
muere lleno, muere rojo
y verde naciendo solo
y él sólo hace
cuanto suele morir
cualquier ayer.


(De Suroeste. Ediciones en Huida, 2015)

Se puede adquirir AQUÍ o en cualquier librería

sábado, 28 de marzo de 2015

Los parasoles de Afrodita

No se sabe cómo, todos los poemas encuentran su tiempo y lugar, también toda fotografía, simple y llanamente todo lo que ser humano hace desde ese lugar que debería ser sagrado tan solo y simplemente porque es donde todo lo que nos une confluye.
Días extraños vivos, me pregunto quién vive días corrientes, días tedio, días medios, días sin ton ni son... No me explico la vida sino como la mayor felicidad que el ser humano puede vivir. Con todas sus inconveniencias, con todos sus dolores, con todas sus fealdades.

Adquirir AQUÍ o en cualquier librería


AQUÍ (y abajo) se puede oír recitado

Los parasoles de Afrodita

Ya llegaste, te has sentado ya.
Tengo tus ojos delante:
De su dorado vientre, el de Afrodita,
nacieron celestes parasoles,
sombrillas chinas que la diosa abrió
para cultivar mi piel con la nácar
y el humus de marino hechizo
arrojado sobre la ola que,
de vuelta y viene, conforma la marea
del sanguíneo mar de poniente:
¡Mar mío, mar lleno, mar
tan grande como yo misma!,
exclama la diosa rediviva
ignorante de su testicular
progenie, urania utopía
transformada por mor del viento
en conflagración de carne
sobre agua-sal y carne.

Gemiste en mis ojos: ¡Dame aire!
Gemiste en mi boca: agua blande
y piel para el cuántico cuerpo,
envoltura de este juguete polivalente
en el que me sumerges hasta contentar objeto
de los ritmos internos que manifiestan la eufonía,
venéreas transacciones, de las celestes esferas.

Amor, cueva clara a la sombra
de los chinos parasoles visitas.
No tu música, no tus brazos,
no tu centro; ni siquiera tus alas,
en el reitero de esta penumbra
de piel interna, hallarán ajado,
que ella misma regenera
a medida de las Eras.
Que sí, vuelan ya.

Urano,
hoy ya caes,
hoy ya retornas
por tus genitales.
Qué castrado te dejamos, ¡ay!
Ay, castrado, sí. Mas —te hablo al oído—,
recuerda,
sólo a sangre
tu carne engendró
lo más sagrado.
Ahora ya cayendo,
piensa,
podrás hacer
de la descendiente de tus gónadas
real
cayado.

Los parasoles de Afrodita, Baile del sol 2012



viernes, 27 de marzo de 2015

Verde y blanca

Verde y blanca

(A mi madre, que se llamaba Dolores)

mi madre era blanca,
una variedad de trigo
que no se disculpa.
blancas sus manos, sus uñas
su pecho, sus hombros,
blancas sus cejas
sus piernas verdes
ya sé que sus ojos
pero su voz verde
que confunden, ellos,
con la mía blanca
y despojo de yerba
verde su tez inmaculada,
su albatros de amuras
cobijaban mi
corazón
verde tan verde
corazón
la semántica piel
vestido
mi duelo de esperanza.
mi duelo.

No lloro por mi madre.
Verdeo por mí teniéndola
cerca dolores, Dolores, dolores
de desconsuelo blanco
y verde.

martes, 24 de marzo de 2015

Noche en blanco

Noche en blanco

cuando obtuve sueño, me arrepentí
del dolor: no quise jamás llorar.
me tatuó un sol calamar
en la nuca sus ojos
siguen fijos en mí.
No sé si eres dios.
la esperanza me deja
despierta. Sin ella
lograría dormir.

me haces levantar el pecho,
los hombros no se caen,
el bosque de las ausencias
y sus ministriles avituallan el porvenir.
No tendré más que tiritar ajena a mi piel.
Sé y ven a un cuerpo inusual.

Toda la poesía honesta de estos siglos
y los siglos llenos de esperanza
de los hombres en los que el trigo crezca
grande el grano grueso y verde,
eleva abisal el pan
y su digestión en los oídos
de la noche blanca.

lunes, 23 de marzo de 2015

Poema para una política, para Pilar González Modino

Qué bien estuviste anoche, Pilar, desplegaste inteligencia, agudeza e independencia política por los cuatro costados, con esa elegancia que la naturaleza, y no dudo que también tu carrera como política a lo largo de como mínimo treinta años, te han otorgado. Lástima que tan solo como analista política te podamos disfrutar. Sigo sin entender que ningún partido afín a tus ideas haya sabido recoger el riquísimo bagaje socio-político que tu persona representa. Ellos se lo pierden, pero nosotros los electores, por desgracia, también.

Pilar González Modino intervino en la presentación de Suroeste allá por el mes de febrero. Estuvo realmente magnífica. El mismo Manolo Moya, compañero suyo en la presentación, así me lo transmitió por teléfono al día siguiente. Todos disfrutamos con su don de palabra y sensibilidad en esa voz tan exquisita y perfectamente modulada. Hay personas que elevan el rango, sea este el que sea, de lo que una escribe.

Querida Pilar, aunque en el libro no aparece, me gustaría que desde ahora pudieras contemplar este poema como tuyo, expresamente tuyo. Tal como lo recitaste, con tu voz y tu presencia, ES.



el sur

A Pilar González Modino

a ciento diez años luz
o tal vez menos es más
en términos geocéntricos
hoy os diré del amor hoy
mis ojos han sanado.

mi boca está limpia,
mi frente también.
la rosa soleada
abrió simple y llana,
como una meseta llena
de tiempo.

Vengaremos el ocaso
y los bueyes podrán
seguir arando allá
a nuestro paso el horizonte
de nuestro norte.

no me equivoqué de lugar,
el estuario se abre a costa
de paz a paz de pino
y arena, peces y olor
a ti.


AQUÍ (o pidiéndolo en cualquier librería) se puede adquirir,
 aprovecho para informar de que está rebajado.


domingo, 22 de marzo de 2015

Reflexión postelectoral de una andaluza

La verdad es que pienso que deberían y deberíamos estar contentos todos, los que menos, que se fastidien, consecuencias del uso y el ab-uso del poder. Yo, como elemento de este paisanaje, andaluz y español, soy la primera que  jamás me he implicado en la militancia de ningún partido y, mucho menos, en pelear como política por las ideas en las que creo.
Recuerdo perfectamente cómo hace algún que otro año este blog se llenó de piedras lanzadas por entes (no los puedo ni quiero nombrar de otra forma) ajenos cuando defendía al ser Político, para mí una de las profesiones más altruistas que puede desempeñar ser humano alguno: dedicar su esfuerzo para que todos los habitantes de la "polis" puedan convivir lo mejor posible y en paz, según las ideas de cada uno, evidentemente. Una visión idealista, no. Una visión realista de lo que significa ser político. Que otros, los sinvergüenzas, hayan secuestrado el vocablo no es culpa de los que seguimos aferrándonos a su real significado.
Mientras podamos seguir eligiéndolos, a los políticos, significará que existe democracia. Mientras podamos continuar votando a x o y resultará que x o y se han comprometido en una labor en la que otros millones no nos comprometemos.
A ver si no lo olvidamos nunca.
Que viva la democracia, y la Política, esta última, una de las Artes que el hombre ha logrado construir para intentar no terminar matándonos unos a otros, que es a lo que suele tender el ser humano como buen animal que es (somos).

viernes, 20 de marzo de 2015

Aman(i)ta caesarea

Aman(i)ta caesarea

(Al tránsito de Venus ante el Sol la madrugada del 6 del 6 de 2012)

muerto el hombre se domestica
la raíz el agua-fuerte
levanta la tierra
aflora la adormidera huevina,
tanta yema tan naranja
como el bokeh de Venus
cuando esta noche ha pasado
por delante del sol.
Como Afrodita, aunque sin quemarse.

Las tanas me recuerdan de dudas
la siembra de mis añadas mozas,
cuando aprendí a deletrear
m-a-d-r-e-s-e-l-v-a
tras haberme perfumado
en los maitines de mi madre
cuando ella llegaba del trabajo
con su uniforme de enfermera
para echarlo a la lavadora
según yo dudaba y sembraba
pequeñas setas en el aire
de mi habitación a oscuras
hasta hoy.

Si la yema, si la flor sobre la tierra:
un hongo puede ocupar kilómetros
bajo el suelo pero yo no me mido,
encuentro sol y me desnuco.

Así que no soy Venus.

Miro siempre de frente,
¿no veis mi tez morena?


(este poema se haya publicado en "Signos cantores. Selección de poemas 2009-2012", aunque lo he modificado ahora ligeramente. Pertenece a "La exploradora" (Ciclo Suroeste)

miércoles, 18 de marzo de 2015

A mi pueblo, a mi desconcierto

A mi pueblo, a mi desconcierto

En este muerto contenido
al que abrazas y consuelas
por deseo de su propia muerte,
en este bello ejemplar de ciervo
ligero y pesado de tantas muelas
y dientes rumiantes,
de tan onerosas alforjas
que no tienen fondo,
que huecas deslizan
el aire que por la boca
les entra y por el culo les sale,
en este muerto y denso
aire de oftalmologías
imposibles pues ni ojos
ni pestañas siquiera te caben
en ese rostro pernero,
en ese rostro carnero,
en ese rostro pétreo
de meseta inasumible,
centinela vestido de colores brillantes,
en esta muerte tuya,
yo te abandono:
Eres un pueblo muerto
sin fantasmas,
un pueblo herido
de su misma muerte,
un cuerpo inerte
exhalando un aroma vivo
de fragancias que nunca
se hunden y siempre preguntas,
siempre preguntas
el porqué y el desconsuelo
de este olor a rosas que entierras
mano sobre mano bajo
tu zócalo de piedra
tumban

la luna, el sol, la paz
de algún refresco asociado
al martilleante fuego arenoso
concupiscente o semioculto
bajo las flores de lavanda
visitadas por la mariposa
de la col, blanca como las paredes
de mi alquería… Ah, qué solaz
que no perdí, soldadito boliviano,
por mucho que dispararas
a sienes, por mucho
que trucaras valles y cordilleras
en busca del corazón palpitante
de la luna grande cuando
se asoma por los andes
de mis luces. Soldado enorme
corazón y las venerables
soledades, los cierzos
en pleno mes de julio y el viento
de suroeste aterrizando
sus mejillas de océano
sobre el páramo agreste
y mesetario:

el desconcierto, la lección
de amor dada, la grata
complacencia de una voz lejana,
las orillas y los pasos serenos
sobre la arena, el agua del mar
dentro de mi frente,
y un “no sé” hasta que la salud
tenga nombre de nuevo
y pierda la enfermedad
el suyo de muerte,
o España.

martes, 17 de marzo de 2015

Salvífica



Salvífica

sobre la habilidad pasmosa
de la lluvia al caer
vertical y paralela
a las rejas a la vez
que limpia la calle
avecina los colores
y abre tus manos
a su suicidio.

Y así, la salvas
de servir al cielo.


lunes, 16 de marzo de 2015

Al sur del Alentejo, a Portugal

Al sur del Alentejo, a Portugal

Un rosal en la frontera me avisa:
para valorar la diferencia
sólo hay que darle la vuelta.

(leer en clave de soul)

Al sur más allá del Tajo
no llegó el oro de Europa
con sus fondos feder-
er suh… al soul
de más allá del Tajo,
las encinas son ufanas
naderías oficiadas
ya no sé si por las cabras
o una motosierra gigante
que alenteja por abajo
y por arriba sus copas
negras sobre el amarillo
suelo y la tierra del escarbo
gris, tal vez la ausencia
que diera lugar al milagro
de servicio a la puerta,
resto que me extraiga
de esta vil onomatopeya
entre la legumbre y la ley seca
de un norte que sólo existió
unos miles (da igual cientos) de años
después de que inventáramos
los turdetanos el garum.

A otro tal felipe
y a un poeta encam(o)ado
debemos esta grieta
que separa, que ataja
un grupo o un pueblo
que llamaron hispano.
Portugal reúne mar
y aroma de marca
con la que me friso,
—también Saramago lo hizo
para surtirme de una metáfora
en la presencia—.
Que dios mismo bajara,
de norte a sur,
y dijera si es natural o designio
divino, él sabría sobre
sus mismas tropelías, quizás
una fruto de sus tantos poemas,
que por cuatro reyes (tal vez menos) y un poeta,
tanto nombre diferente,
tanto artificio de grieta,
tanta frontera y distancia
entre los feder encauzados
entre huertos y castañales
y esos que nunca llegaron
a mis pobres encinas
con forma de lenteja.




viernes, 13 de marzo de 2015

Son del Sitio

En ocasiones, los poemas que escribo están íntimamente ligados con piezas musicales (y estas con fotografías) que se me quedan grabadas en todas las fibras de mi ser, forman parte de ellas y hasta casi las conforman. 

Encina y cobre (El Cabrero. Bulerías)






Son del Sitio

Son del Sitio la encina
y la voz
del eco
al sur
oigo la sierra de Aznalcóllar
con su boca y con su pecho
—es el mío de mi frente, y lo era—
de mi norte que imanta
mi cabeza buscando
la enana blanca del día
recién levantada
la mañana de su son
de la noche y yo
una sombra de nostalgia
y un aullido de mi centro
que cabalga solo
sobre mis piernas
y el olor que no se pierde
en las fosas sino-ideas
de la lumbre en la candela
y el humo y la llama
y el olor a tierra
y a rostro del mundo
poniendo su culo
por montera delante
de mi cara. La cabra
reseca y borracha
de nostalgia de nada,
nada más que adelfas
y yerba dura y recia
de falta de agua,
y el aroma verde
de verdad de amor
de un mundo y de yo,
y yo, y yo y la tierra
sin nombre, y yo sin nada
salvo él,
su eco.

(De Solenostemon)



jueves, 12 de marzo de 2015

Al héroe

Al héroe

No quiero saber
mucho de ti
hasta que te asombres
o me difumine
donde la nostalgia,
húmeda y cálida nostalgia
de acá, tu cerebro… Espuma,
rosa tan sabrosa
y tierna tu cerebro.

Algún día me haré caníbal
como el tal Lecter, sin Aníbal.

Ensanchar el camino de salida
hasta que no quede
en la tierra nadie
salvo tú a salvo
de tantos idólatras… Espuma,
pompas negras tan anales
sus cerebros planos
en tus cando-rosas manos.

lunes, 9 de marzo de 2015

El hábitat de la palabra. Calle Regina. Suroeste


"El hábitat de la palabra, es una propuesta definida por los contextos literarios en primera persona. Los creadores dialogan con los lectores en la sinergia creativa: interpelar para reflexionar, reflexionar para escribir, escribir para crear, crear para buscar. Es un proyecto nómada que transita y vivaquea literaria y líricamente hasta encontrar el lar encendido que lo albergue. No hay ámbitos de acción predeterminada. Coordina Ediciones En Huida."

Rescato estas palabras encontradas aquí para invitaros a todos al encuentro que mañana, día 10 de Marzo se desarrollará en la librería sevillana "Un gato en bicicleta" (calle Regina nº 8). En él participaremos el poeta Narciso Raffo y servidora con nuestros respectivos poemarios publicados por Ediciones en Huida, para lo que gustéis demandar, requerir, preguntar o, simple y llanamente, escuchar.
Os espero a todos.



Hábitat: Conjunto de factores físicos y geográficos que inciden en el desarrollo de un individuo, una población, una especie o grupo de especies determinados.
Calle Regina: una vía por la que se han deslizado mis pasos a lo largo de toda mi vida, desde los primeros dados de la mano de mis padres (no nombro el cochecito de bebé por circunscribirme algo más concretamente) hasta los penúltimos camino de la farmacia "del Coliseo" en busca de las medicinas de mi madre cuando aún vivía, desde los sucesivos trayectos realizados por esa esquina dirigiéndome hacia el antiguo (y provisional) mercado de la Encarnación, "la plaza", hasta la última y cercana ocasión en la que anduve por allí y pude[...] en la librería "Un gato en bicicleta", justo situada a un metro de la esquina que da paso la zona ancha de la misma calle (más una plaza que calle), hacia donde se asoma uno de los extremos de ese ahora para mí mamotreto de  "Las setas" de la Encarnación, el mismo local donde toda la vida, toda la vida se dedicaba a vender algún comerciante colchones de gomaespuma y similares, colchas, sábanas, almohadas, ¿dispone el poeta de almohada, colchón, manta que lo abrigue cuando intenta expresar mediante la palabra las sinuosidades, sí, tal como esa esquina de la calle Regina, de una mente presta a completar, a intentar explicarse ante sí misma la experiencia externa e interna de la vida?
No.
Quizás tan solo el encuentro con el posible lector apaga la ruina que provoca la sensación de ya no disponer ni de la palabra para lograr una mínima inteligibilidad sobre lo que nos concierne a todos.




viernes, 6 de marzo de 2015

Dar la luz

Dar la luz

Solo me quedan mis piedras
y las lagunas de la memoria.
Solo el olvido de la tierra
firmemente figurada
y el presente de tu salto
de orilla a orilla de ese agua
remanente de la lluvia de mayo,
la soledad rosada de la aurora
y la compañía de mis ojos mirando
agradecidos tu reto al sol,
a las nubes, a la yerba yo
agradecida a tus pisadas,
a mi luz en el gozo
de habértela dado.


jueves, 5 de marzo de 2015

El sí

El sí

Cómo nublar el sentido
del cielo raso y sin nombre,
cómo ocultar la luz
sino es con mis puños
cómo poder no poder
defender lo que es cierto
y me atora la garganta
si el aire y mis pulmones
son lo mismo cuando lloro
como el cielo llueve cuando se nubla
el sentido de las cosas y se ve
holgazanear al tiempo
que no me ayuda pasando
deprisa como las nubes huyen
ante la presencia de los rayos
del sol y tu luz cómo nublarla
sino es con mis manos
y con mi lluvia.
Cómo no llorar con ellas
y ser agua que recorre las calles
hasta tu avenida hacia
mí.
Cómo no llegar a dormir
mientras la ciudad despierta
y así no llorar ni llover,
ni huir de mí misma.

Cómo negarme.
Cómo negarte.
Cómo negarlo.

Cómo no decir
sí.

miércoles, 4 de marzo de 2015

El muro florido

Ver en grande AQUÍ


El muro florido

Y es que el muro se socava
tan lentamente pero se socava
como un jardín descubierto
por el índice que con su yema
blanda acaricia cada guijarro
de la argamasa tierna
que une a las piedras
que levantan la muralla.

Y a dónde irán tantas piedras
cuando nada las una salvo
el viento azul y salobre
de este descampado.

Soy un tú que se arrecia
combatiendo cada semilla
que siembro, no me quedan
dedos para escribir
en tu barbecho, retiro
cada piedra con la boca,
de tanto esfuerzo, mis dientes
se han destrozado, solo
me quedan labios, ya endurecidos
por el sabor del frío
de una primavera tan fría
como el silencio de norte
derrumbado, algo así
como el muro que se puebla
de verdina, hojas y flores,
como construido con palabras
a falta de manos
y de tierra y de luz,
o de suelo o de cielo
sin consuelo posible.
 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.