sábado, 2 de febrero de 2013

Tres eran y son tres tus hermanas





Querido hermano Carlos, como tú aún no habías nacido, ya sabes que llegaste cuando Margarita tenía 10 años y mamá no esperaba tener ningún embarazo más ¡y mucho menos de varón!, porque el médico le dijo que no le "cuajaban", me ha saltado hoy, cumpleaños de tu Elena,  la necesidad poética de dedicarte ese poemario tan especial para mí, Los cabezos amarillos. Así te hago allí en un tiempo sin tiempo y con lugar. Y le enseño a Elena a sus tres hermanas cuando eran casi como sus niñas (bueno, un poquito más crecidas). Feliz cumpleaños, querida Elena.

1 comentario:

  1. Querida hermana Sofía.

    Tu hermano Carlos siempre tuvo y tendrá tres hermanas y cuatro madres. Aunque la relación fraternal pueda parecer extraña es muy simple de entender: Tengo la suerte de ser un varón mucho más femenino que lo que atreven a admitir algunos. La lógica de la mujer no tiene secretos para mí, la encuentro tan lógica como la otra lógica, la racional que parece nos gobierna demasiado hoy día. Esta herramienta que me ayuda a comprender a esa mitad del mundo de forma natural es mérito de mis cuatro madres, pero sobre todo de aquella medio madre que lleva 12 años siendo artista casi completa, pues es aún más "ilógica" lógicamente que las otras ;)

    Y como a pesar de ser intuitivo no puedo abandonar el análisis racional que en mis horas de vigilia impera, te diré cual es el origen paleontológico de los cabezos amarillos, aunque seguro que tú ya lo sabes y por ello habrás elegido estas fotos tan hermosas.

    Hace mucho tiempo, me atrevo a decir que unos pocos millones de años a lo sumo, el mar que era el Valle en el que vivimos empezó a hacerse menos profundo por la colmatación aluvial del protoguadalquivir. En determinados sitios empezaron a erigirse montículos a partir de restos orgánicos marinos, sobre todo conchas, almejas, restos de moluscos, todo restos ricos en calcio.

    Con el tiempo estos montículos están en tierra firme, pero se componen de roca puramente sedimentaria. El albero es una roca que tiene su origen en acumulaciones prehistóricas de este tipo, pero también los cabezos blancos de Las Cabezas, Lebrija... y hasta el propio Aljarafe tiene parte que deber al antiguo mar. Son terrenos muy fértiles para la agricultura y por lo que veo también para la poesía.

    Resulta curioso que en la playa del Loro se deben estar dando ahora mismo los mismos procesos de sedimentación marina que en su día llevaron a formarse a los cabezos amarillos.

    Como ves, querida hermana, poesía y ciencia basada en la razón son más que complementarias, son hermanas que se necesitan la una a la otra... Y si no que me digan que hacemos con la métrica en los versos.

    Como vosotras y yo.

    ResponderEliminar

 
Creative Commons License
El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.