sábado, 31 de diciembre de 2011

Una enorme musa llamada Sindiyyah

Ella  alivió mi sed y me despertó del sueño en el que el calor de una soporífera y temprana tarde del mes de junio me tenía sumida cuando llegó vestida con, no podía ser de otra forma, las mejores galas del verbo rico y preciosista... a ver cómo si no transmitir la gracia interna a la que convoca cuando se abre mostrándonos la carne que aloja dentro suya. A ella le debo mi iniciación en este misterio, si no eleusino, al menos, elevantino (dicen que la poesía eleva los corazones, ¿no?), de los jugosos caminos de la poética. A ella también, y sin ella pretenderlo ni yo saberlo,  le debo hasta la inspiración por la que camina este cuarto claro en su policromía roja y verde, y , cómo no, la dulzura que me regaló cuando, saboreando amargores, o amarguras que propicia esta costra dura de la nomenclatura,  apareció ante mí, confirmándome que yo a ella unida me encuentro desde mi más tierna, y crujiente, por qué no, ancestralidad.

Si no hubiera sido por esta cucurbitácea africana de voz oriental, introducida en estos lares cuando hablábamos árabe, nada de lo que os haya podido agradar en este cuarto claro, hubiera existido, así que qué menos que dedicarle una pequeña entrada en este blog. Intento compensarlo con el hecho de dedicarle la señalada como última del año. No puedo comerme doce sandías en vez de doce uvas esta noche, ella es demasiado grande, o yo demasiado chica, pero en intención es lo que haré para darle bienvenida al 2012, con la esperanza de que ella siga alimentándome para poder seguir  ejerciendo de lo que quiera que sea para vosotros, queridos visitantes de este blog.

Tres poemas y dos fotografías: el que inicia, fue el que me inició. El que sitúo en medio, ahí, lo más arropado posible entre dos grandes de dos grandes y dos vistosas imágenes para que pase más desapercibido, uno con el que logré dar con ella en mi memoria, y el tercero, el que me confirmó este otoño caminos poéticos andados y me propicia seguridad para futuros asimilables. No obstante se lo debo a un enorme poeta al que tuve la oportunidad de poder expresarle mi admiración antes de que nos abandonase.
Las fotografías, de este verano.


La sandía


Cual si de pronto se entreabriera el día
despidiendo una intensa llamarada,
por el acero fúlgido rasgada
mostró su carne roja la sandía.


Carmín incandescente parecía
la larga y deslumbrante cuchillada,
como boca encendida y desatada
en frescos borbotones de alegría.


Tajada tras tajada, señalando
las fue el hábil cuchillo separando,
vivas a la ilusión como ningunas.


Las separó la mano de repente,
y de improviso decoró la fuente
un círculo de rojas medias lunas.


(Salvador Rueda)






Cuenta atrás


Tan conseguidas confirmaciones
consideran ultrasónica tocada
por la mano y la punta del ala
atada a la barbilla de tu averíguame,
atrácame,
obstrúyeme
apremiante
de contenido
melifluo de un sol
cualquiera adecentado
sobre los adoquines
olvidas que el vejestorio
trabaja sin descanso
sobre los pétalos de las flores
de los ciruelos, y hasta de los magnolios.
Cuando te creé,
aún no había soñado
contigo


se desvía venerable
el solsticio por la puerta


súbitamente golpea el absorto
régimen tras la cristalina sombra.
Velamen, el viento pule el nivel
líquido sobre el cuerpo, mi cuerpo
abandona el pairo
me trae sin cuidado
hasta los cabezos amarillos y verde
navego como barco vikingo de vuelta
de las américas, roto el turno
y la razzia cuerda,
el torso
girado a mis orígenes y Laercio
alisa la huella de la estela
del iceberg ligero marisma arriba.
Junio. Sevilla. No, era mayo,
clase por la tarde. Tanto calor.
Y sed, aula a oscuras.
Doce años a medias derretidos…
Y entonces, emergió la sandía.


(Sofía Serra, La dosis y la desmedida, verano 2011)





Ancestral


Con mil pausados ritos
Cosemos entre sí los afables retales
De las diversas épocas fielmente sucesivas
De nuestra historia silenciosa


En pleno centro del verano rueda
La sandía de peso desconsiderado
Rompedora de tarimas
Con su boludo brillo verde


Pero qué ritualmente la partimos
En grandes y crujientes rajas rojas
Y no sabremos nunca bien a bien
Cuál fue en el fondo de la infancia
La primera sandía
Que chorreó de risas el primer verano.


6 jul 09


(Tomás Segovia, Poemas inéditos, extraído de los archivos de su blog)

¡¡FELIZ AÑO NUEVO A TOD@S!!
( y, por favor, cuidado,  no se me atraganten con las sandías... digo, con las uvas, ;))

viernes, 30 de diciembre de 2011

Avatar

Avatar


Atónitos paseantes
de la heredada,
¿de qué se compone un hueco
blanco y seco
aludido por la inerte
cuando mesura intacta,
sin roce posible,
su-primida
fe-haciente
comu-nicada
Victoria en los humedales
con el agujero de metal
por el que se va la vida
litúrgica, mitológica
y soterrada,
y el sofá, de quimiogénesis extendida
como si goma suntuosa fuera,
como si las paredes chorrearan
oro y esmaltes derretidos,
licuados metales preciosos
deviniendo en los mágicos
colores de la lluvia, el sol,
la yerba, los insectos, las flores
y la naturaleza de todo año
y geografía imaginable
desde el desierto cálido o helado
hasta estos lodos …


para estar hechos de barro,
resultamos poco moldeables,
y, aún menos, fundibles
armónica, lumínica,
humanamente
fusibles
somos.


Sofía Serra

jueves, 29 de diciembre de 2011

La guerra intestina

La guerra intestina


Cuánto llueve y cuánto hablan
con su espada al cinto
y la mano en la empuñadura
del destierro. Somatén.


Volver aunque sea
para no tener que volver.


hemos aprendido
a nombrar desde
el mismo infierno


la lamiosa circunstancia
en ejecutiva instancia
por la que poderosamente
te haces presente
blándete hacia el foso cosmos
flamante levanta
esta miscelánea
yo sólo recuerdo revista
de navidad soltera, el degüello,


barbitúrica ensalada
químicamente adversa, ¿estará dormida
la sobreaguda?
sobresalir, con razón, y el helero se licúa
sol
vengado
Nemesia
vendida a su mirada
esta circunstancia ajena
sórdida mórbida
alcilla venga, mas den
cien virtuosos golpes
bajo tierra sobre mí.
sobre mí y la escena electromagnética:


la poeta en apuros
no sigue al resto
de sí misma suelta
amarras


Sofía Serra (Noviembre, 2011)

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Comentario que he dejado en el blog de Crítica feroz

Como ya estoy cansada, más que frustrada, de que se eliminen palabras que una se ha ido tomando la molestia de escribir en aquel blog, copio aquí un comentario que acabo de dejar allí, y lo hago también porque refleja mi posición ante el arte, de la que nunca me he movido ni me moveré.

No corrijo, ni erratas siquiera.
EL COMENTARIO:

Anónimo: refriégate con lejía esa boca antes de hablar, no estás haciendo poesía, estás comentando.

Sr. Administrador: ya sé que no formo parte de este blog, pero al igual que al principio estaban moderados los comentarios de anónimos, creo que al menos debería considerar en esta nueva etapa protagonizada por su "dirección" la posibilidad de impedir los comentarios anónimos con intenciones vejatorias contra las personas que sí dan la cara y por aquí se aparecen. Sólo sugerencia. Ya imagino que como usted tampoco la da, le importará tres pimientos lo que se piense sobre su administración.

Víctor gato y Mayte: Anoche no me habían saltado vuestros comentarios cuando leí la respuesta de Felipe.
Por supuesto que mis palabras no eran respuesta a los que habías hecho vosotros ni diego Trad sobre el poema. No especifiqué nombres porque creo que quedaba de sobra claro por lo mismo que argumentaba: que las críticas deben realizarse con respecto a los poemas, no con respecto a los autores que los escriben. Vosotros sólo comentabais los poemas. No apostabais por la castración del autor ni decíais que para él todas las mujeres fueran putas. Así que pienso que la especie de justificación/ explicación que tenéis la decencia de ofrecer, aunque os honra, no era necesaria, al menos por mi parte.

Por otro lado y a quien quiera leerme: esto es un poema. Un puñetero poema. Por supuesto que la defensa de cualquier colectivo merece la mejor artillería posible, pero es que el fin de la Poesía no es la defensa de nada en un lenguaje prosaico. El fin de la poesía es levantar mentes y espíritus, ser capz de conmover, darle la vuelta, subvertir, y en esa función el poeta es muy dueño de hacerlo como realmente le dé la gana, como en cualquier tipo de Arte. Probablemente un poema como este ha hecho más por la defensa de l colectivo femenino que cualquier otro de los millones en los que se canta con dulzura a la figura de una mujer. Lo decía en mi comentario: ¿es que acaso la poesía se hace tan sólo para que la oigan oídos refinados, mentes limpias, corazones capacitados para los sentimientos nobles? La poesía se escribe para cualquier ser humano, y en esta especie existen violadores, asesinos y hasta torturadores, gente que se expresa en términos respetuosos con el hermano y gente que no. ¿qué tipo de poema pensáis que puede llegar mas a una mente digamos que más siniestra?, no se puede generalizar, pero probablemente a un machista sinvergüenza le entre por los oídos mejor este poema que cualquiera de los que usan un lenguaje políticamente correcto o hablan de sucesos también políticamente correctos. Poniéndoles delante la salvajada, y en sus mismos términos, hay más posibilidades de interceptar su mente, y tal vez, sólo tal vez, una vez dentro, el mismo poema los haga, aunque sea mínimamente, recapacitar sobre sus actos.
En mi comentario lo decía, ante este poema, un violador, o un machista pendenciero, tendrá ya dos lecturas de algo que él sólo veía desde su punto de vista. teniendo la visión de la propia víctima, que el mismo autor le ofrece en la segunda parte del poema, se abre una ventana a la posibilidad, y esa justamente esa es el final deseable, o la finalidad deseable de un poema de este tipo.
Yo alabo la valentía del autor que es capz de meterse en el pellejo de dos "personajes", fundirlos en la hechura de un poema y encima hacerlo con un modo de lenguaje que llama precisamente a ese que hace daño y provoca dolor en la sociedad que vivimos..¿a quién hay que intentar cambiar si no? ¿a la víctima o al que hace daño? ¿a qué puerta hay que llamar para conmoverlo, moverlo, hacerlo, o al menos intentar MOVERLO mental y espiritualmente?... y según a qué puerta se pretenda llamar habrá que usar unos modos u otros. Por eso, por poco que personalmente me guste un tipo de lenguaje, éste o cualquier otro más políticamente correcto, siempre defenderé la libertad del autor para elegir el que según su intención y criterio más oportuno resulte con respecto a la finalidad que se propone. No criticaré un tipo de lenguaje porque a mí no me guste sino porque no sea consecuente con la intención final del poema. No defiendo el machismo, no defiendo la violencia contra la mujer (parece entira que haya explicar esto), defiendo a ESTE POEMA por congruente con lo que el autro se propone. No parto de la base, no uso el prejuicio sobre una persona que no conozco (el autor) para atacar su poema.
Es más, y apostaría mi cabeza, a que personalmente su autor es un ser cultivado y con su cabeza poblada de los más altos ideales: un loco idealista. Sólo un loco idealista es capaz de escribir un poema así, tener el valor describir un poema así ante una sociedad, la nuestra, llena de todas las hipocresías posibles.
¿qué pensó la sociedad del siglo XIX cuando baudelaire se dedicó a cantar a satán y toda la corrupción imaginable en sus flores del mal?, ¿qué hacía Baudelaire sino denunciar?, ¿qué se pensó cuando Courbet expuso su "el origen del mundo? ¿cuántos defensores del concepto de mujer de entonces, horrorizados, hipócritamente horrorizados ante la visión para ellos horripilante de lo que hoy contemplamos como natural, como era el hecho de un primer plano del sexo de una mujer?
Lo que defendí en mi comentario, y he defendido siempre y siempre seguiré defendiendo son dos cosas: una, que no se juzgue al autor de una obra de arte, da igual su envergadura (imaginad, pensad que las flors del mal no fueron contempladas como tal cuando se publicaron por primera vez, ni el mismísimo cuadro de courbet, que es el tiempo el que las ha confirmado como tales, nuestra perspectiva histórica) por el tipo de obra que realice. Una cosa es la obra y otra la persona. Y dos, que no se cercene la libertad creativa porque los lenguajes usados no sean o bien los de cada gusto personal o los políticamente correctos del momento, porque entonces estaremos haciéndoles un favor a quienes precisamente toman como bandera el recorte de las libertades con la excusa d pretender una sociedad mejor. Y eso sólo tiene un nombre, y es el general de fascismos, regímenes totalitarios.
Todo lo que sea intento de capar el arte sólo traerá corrimiento de velos, extensión de tabúes, y todo lo que sea pretender el tabú, aunque sus fines pudieran ser loables (defender un colectivo) sólo ocasionará como contrapartida la proliferación de mentes y espíritus poco saludables, con lo cual a las sociedades se le vetará su propia capacidad de regeneración y evolución.
Y la misión del Arte, y por tanto del artista, es justo la contraria.
El arte, la poesía es lo contrario al tabú. El arte es el último reducto del ser humano. La última esperanza. Velar por él, significa velar por su libertad. Velar por su libertad significa velar por la libertad del autor a la hora de crear.
Que guste o no lo que veamos es completamente indiferente.

A Felipe: me parece que el tenso lo eras tú anoche. Sólo en base a eso me explico que hayas cometido la chiquillada de repetir mi comentario para contestarme, ;)

Saludos a tod@s

Pro-vocadora

(Correcciones "El muriente")


Pro-vocadora


Atrapas y tiestos que lanzas
aun con el viento ajando
rosas
y devolviendo
vida infranqueable.
Pro-bocadora.


¿Qué coyuntura habilitas
que administra vía extinta
para los dulces sabores,
la mecánica suerte
por la que siempre
de la horca
pendes,
con la condena de frente
y el juicio terciado
en la mitad de espaldas
a oscuras?
¿Qué tornillo desenroscas?
¿Qué relé desinhibes?
¿Qué bravo y soldado
a tus meninges puerto
te abriga cuando la noche,
urge la noche bogando
caída tras caída sobre la ola,
ya no te corteja
ni en la blanca cama?


navego bajo mares de hojaldrada
melancolía, capa sobre capa
apisonan cada músculo contracto
cerrando los párpados del aire.
Pero no la boca.
No la boca.
La boca.
No
amarga.


Ya canto,
ya, aunque
no tengas oídos.


Sofía Serra (El muriente)

lunes, 26 de diciembre de 2011

Dar

Dar


Mujer, si tu memoria
llega al anido y la inocencia,
no recuerdes el maltrato
de tus caderas,


la gran pena,
qué pena,
es que tú morirás
antes que yo
y así las nubes no se despejarán
nunca. Esto es reconocer al sol.


ese niño que asoma
sus ojos a la galería
con sus enormes
cristales bendecidos
por la niebla y la luz
rasgándolos en plena abertura
de mundo herido a sus piernas,
y los pies abandonados al claustro
memoroso y marmóreo
de fino frío y azul.
Ese niño se balancea
con sus codos lentos y curvos
sostiene la sonrisa —de sus comisuras
sibilinas le nacen—,
bello ejemplar de cervatillo blanco
camina por las aguas dudosas,
pero cristalinas,
del ciprés que se yergue
y aloja a la collera de tórtolas.
Las mendicantes gotas del rocío,
al fin, se suceden cayendo
hasta mojar
la tierra.


Y ya no piden.


Sofía Serra (Diciembre, 2011)

Bu(r)la de Navidad

(Correcciones Nueva Biología)


Bu(r)la de Navidad


Capaces de hacer nacer
en un pesebre al hijo del que endiosamos,
¿qué no haríamos
con el hijo de quien odiamos?
Las cuentas me responden.
También las bombillas de la calle.
Sin dinero nos hemos quedado
para poder comprar el sueño.


También sin luces.


Sofía Serra (Nueva Biología)

domingo, 25 de diciembre de 2011

Paisaje para Navidad

Paisaje para Navidad


La impaz sonora
y el gélido viento,
la tempestad asaltando
los cuellos de las avestruces
pálidos y escuálidos cimbrean
el aire y ya el suelo
con sus ojos enterrados,
al fondo
el paisaje de la montaña
donde se aposenta la ruin
y verdosa
anatomía de tu silencio,
pueblo mancha o escalada
con los dedos,
tomarte
y desplazarte hasta el valle
al pie del monte,
belén viviente eres.


Y las avestruces ordenan,
desafiantes ellas ya,
al viento con sus cabezas
fuera de tierra, y sus cuellos.


Sofía Serra

sábado, 24 de diciembre de 2011

Urte zoriontsuena mendipe baten dago (Regalo de Ilkhi Carranza)

El año más feliz está en un lugar bajo el monte
(Urte zoriontsuena mendipe baten dago)

Así se traduce desde el euskera el hermoso título del magnífico regalo que he recibido de Ilkhi, mi querido amigo Ilkhi (este su blog) por el día de mi cumpleaños, la doble litografía que abajo expongo.


Que todo lo bien-aventurado sea contigo, amigo mío.


¡¡MUCHAS GRACIAS, ILKHI!!

viernes, 23 de diciembre de 2011

El hombre potro (A El Potro, de Ciudad Blogger)

Gracias, Potro. Sé que recuerdas que este poema lo escribí el año pasado inspirada por ti, en la alegría que me provoca poder contemplar tanta generosidad y amabilidad desplegada por tu hermosa persona en el trabajo a diario en tu blog Ciudad blogger, ese a la que muchísimos blogueros le debemos el poder llevar adelante este soporte que tan importante nos resulta en nuestra actividad diaria.
Hoy lo he corregido inspirada también, de nuevo, por tu generosidad. Saber que alguien que vive tan lejos de una se ha molestado en poder adquirir su primer libro de poemas publicado en papel, me llenó de emoción, tal como te expresé el otro día a través de twitter. Desde tu país, MéXico, a la editorial, humilde y pequeña,  que lo comercializa hay un largo trayecto no exento, estoy segura, de dificultades burocráticas.
No sé cómo agradecerte el esfuerzo, éste en particular, y  aparte siempre, tu trabajo diario.
Ojalá  pueda gustarte algún verso de este que fotografiaste el otro día.

Feliz Navidad, Potro.





(Correcciones Nueva Biología)


El hombre potro
(A El Potro, de Ciudad blogger)


Y el último potro que corretea
en la ciudad habitada
de azules, y a veces negros,
almanaques, trota sobre el suelo,
salta y brinca cabeceando
cada brillo de sus ojos,
cada jerga de sus crines
desmenuza en sustancia aérea
de redes que dan vida a la nube,
la cual, agradecida
al darse por nacida,
se posa sobre sus francos
flancos, y, alas que vuelan, el potro
blanco, de roja madera
y pezuñas de yerba al cielo,
descuella su alegría
izando el paso al eco
de las montañas que cantan
a su trote, a su vuelo, a su risa:
¡Ha nacido Pegaso, ha nacido Pegaso…!


Sofía Serra, Nueva Biología

Cool

(Correcciones de "El muriente")


Cool


cool, cool, cool,
con esta nirvana curva
nerveas sobre mi vulva
viva quiebra
mis espinas paladares
enarbolados gimen a contraluz.


Desde hace unos ciento veinte años, influí.
quemaron paredes,
ardieron barros desde
la calle, qué bien vivo
oyéndote en mis pechos.
Radicales libres barridos de la faz
de la tierra, así tan densa surge
la profiláctica labor de la cebolla,
cruel navaja de alientos.


Verso tus rizos.
Todo cool para enlatar,
todo ya para enlutar.
Agua desleída
en los subsiguientes
párpados de la escalera.
Conocimiento, sólo tengo
tu voz y mi pregunta.


Non habemus poetas,
sólo sombras huidas
y algunos cuerpos.


Sofía Serra

jueves, 22 de diciembre de 2011

Prontuario internaútico: sobre el lenguaje poético

Extraído de una conversación en tuenti, me la ha pasado mi hijo a ver qué me parecía. Una mera conversación entre tres chavales amigos, un estudiante de Derecho, otro de Filología y otro de Ciencias Políticas, edad, 19 años.
Pocas veces, salvo en brillantísimas locuciones de filósofos o estudiosos de reputación y prestigio indudable, he visto que alguien se acerque tanto a la definición del lenguaje poético y del Arte en general. O dé en el clavo. Y no, no es poeta el que habla, al menos, escritor de versos.

Yo creo que hay una ligera confusión acerca de en qué consiste definir algo. Definir algo no es reproducirlo perfectamente, eso es imposible. No es posible duplicar la realidad en su totalidad, meterla en un vehículo de comunicación, y lanzarla a los cuatro vientos. Toda definición es imperfecta, por naturaleza. Hay quien dice que cuando se nombra, se mata. Ahí es donde entra la importancia del receptor del mensaje, para pulir en algún aspecto, no en todos, la imperfección de la definición.

El lenguaje discursivo, a mi entender, acaba quedándose corto cuando lo comparamos con la "autodefinición" que la realidad hace de sí misma continuamente. Por una razón tan sencilla como es el paso del tiempo necesario para describir o definir, y el necesario para que la realidad sea percibida: percibir un momento plasmado por escrito puede llevar 5 minutos, percibir el mismo momento en la realidad lleva exactamente la duración de ese momento, que para el que lo percibe acaba siendo cero.

En esa línea, la importancia, y creo que verdadero punto fuerte, del lenguaje poético es que es capaz de acercarse a ese "tiempo cero", al mismo tiempo que provoca en el receptor la percepción cuasi-completa de ese momento que recoje. Merece la pena señalar que desde el punto de vista discursivo este tipo de enunciados comunicativos son los más "imperfectos", puesto que son los que dejan más "espacio en blanco" en la descripción del momento.

Tal vez sea eso lo que caracteriza al arte: la capacidad de hacer percibir al otro un momento de forma casi perfecta, a partir de un lenguaje discursivamente muy imperfecto (espacios sin información discursiva). Si esto es así, de aquí podría venir la necesidad de que el receptor sea mínimamente humano, que tenga un mínimo común con lo humano (o mínimamente inteligente, pensando en otras civilizaciones) para que ése tipo de enunciados, los artísticos, funcionen como he dicho. Abstrayendo el concepto un poco más: quizás sea necesario, para que el enunciado artístico lanzado por un emisor funcione como vía comunicativa superior a la discursiva, que el receptor tenga un mínimo en común con ese emisor. Es de esperar que cuanto más en común tenga, mayor será la efectividad del enunciado. Quizás sea por eso que el lenguaje artístico sólo funcione a la hora de hacer percibir en el otro momentos intrínsecos a la especie en la que se encuadre el mínimo (o máximo, según el caso) que emisor y receptor tengan en común, y no pueda utilizarse a la hora de la mera descripción empírica (relación con universalidad del lenguaje poético).


(Manuel Távora Serra, estudiante de segundo de Derecho)

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sembrar lechugas

Sembrar lechugas
partiré las tablas de la ley
sobre mi cadera, que es más fuerte
que tu dios y mi pudor


ahora llega la hora del recóndito.
cualquiera sabe donde estaremos,
pero recuerdo las lechugas recién sembradas
y sólo quisiera estar allí,
mirándolas,
tú con tu cerveza bajo el alcornoque
yo con mi tinto con casera
y las botas de agua llenas de barro
de haber andado los dos
en cuclillas enterrando
nuestros dedos que se rozan
bajo el blando légamo
y el sol
qué alegría la luz dorada
del sol
a cielo abierto
bañándonos como


si dos peces
iluminados
fuéramos


nacidos más allá,
durante ese sueño
que durmió el día
cuando vivía sumergido.


Sofía Serra. Diciembre, 2011

Internet ya no es lo que era

A partir del día 24 de este mes, es decir, el próximo sábado, dejaré todos mis blogs sólo abiertos para invitados, o sea,  los cerraré al público. Si alguien desea seguirlos sólo tendrá que enviarme su cuenta de correo a mi dirección, para poder activarle el permiso. Aviso también de que eliminaré los que tengo activados tan sólo por mera precaución, para no darlos por sobreentendidos, para que cada posible invitado decida.
Como titulo esta entrada, internet no es lo ya lo que era. Siento desmoronarse su espacio utópico y convertirse en un lugar poblado por burócratas y mentes pasivas además de adoratrices de todo aquello con lo que no comulgo. Antes de que se me desmorone entero, prefiero parar, cerrar al menos a medias y darme un tiempo para pensar.

domingo, 18 de diciembre de 2011

La palabra dada

La palabra dada


Compaginar
la salud de los mortales
henchidos de vértigo
sobre el precipicio de la retama
—esa que, abandonando la dehesa,
sentó sus reales en mi mesa—,
¿puede acaso cada rama
de sus elucubraciones instantes,
sueltos y me llevo suelto
y quito, suelta página
y te deslumbro a vela salva
y llama y superficialmente?


Venerar tantos quistes, tantas agujas en el cielo,
tantas grietas en la tierra, tanto secano soportado,
tanta helada desmoronando los aceites
de mis ungidas raíces y sus temblores…


Redoma de versos. Palabros
rescindidos y quincallas
que cuelgan de los andarines dedos
tiritantes bajo los guantes de goma.


… qué frío de mundo
paralizando a cada parte
de uno; y aflorarte.


Y revocarte.


(Sofía Serra)

jueves, 15 de diciembre de 2011

El temblor (poema al primer recuerdo verbal)

El temblor (poema al primer recuerdo verbal)
(A la Venus de Willendorf)


con qué mando vino
y a qué fango llega
la venia bajo la que te labraron.
Si conocemos el momento,
¿te imaginas un desierto sin hombres
poblado sólo de árboles?
…Y entonces llegaron
sus pechos manando leche
y en su barriga
crece la nueva vida
y se haga fuerte
y coma con sus dientes
y hasta ojeras tiznará
al enfrentarse a la pendiente
cuando el jefe de herida muere
por el colmillo del mamut,
o tal vez por la venenosa
espina de la acacia
que por entonces verdeaba
las arenas del sáhara.


Ni qué decir tiene ya
su vulva fue el origen
del mundo para ellos,
pobres hombres blandos
y sedientos de rascacielos
que los elevaran del frío
del suelo de la cueva.
Pero he aquí que llegó
su bonhomía temprana,
y la mujer chamana
se talló en caliza
hasta dar lugar,
o luz,
al misterio:


y si a esta piedra
y la clavo y casco
y lasca a lasca
ya llegarás,
cuando se me abra
la rosa dura.




Pensó la mujer naranja
con el contraluz
de un cuerpo y durmió
con un cuerpo,
soñó, despertó
y se levantó del tálamo
de piel de alce
con su cuerpo
girado hacia el oriente
del horizonte naranja y negro
y rojo temblor:
terremoto
sopla con sus piedras,
te nombra meciendo
sus estepas altas,
te labra moviendo
tus pequeñas sábanas
te engolfa en las voces de afuera
cuando mis muslos
aún no habían engordado
con la teta, en la cuna
y desde su tierra
se cinceló la talla
de esta no sé ya
si habla o antigua.

Sofía Serra (Noviembre, 2011)

miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿No se va a hacer nada en Sol este fin de año?

Aquí, en Sevilla,  visionando de reojo una película española donde aparece la Puerta del sol (Madrid) en un fin de año, me lo pregunto: ¿no se va hacer nada en Sol este fin de año? Ya ha pesado el verano, el otoño y hasta las elecciones...¿Ya está todo el mundo contento con sus libros publicados, editoriales incluidas, sobre la movida o con sus resúmenes y / o poemas sobre lo vivido puesto por escrito en sus blogs? ¿Ya esos escritores con nombre y sin ellos, esos tantos artífices, críticos poéticos incluidos,  que tantísimo se inclinaron desde sus pedestales oficiales y extraoficiales, léase esnobistas, sumándose como locos a todo el movimiento (ver prueba ínfima y personal en mi etiqueta 15-M) hicieron su primavera, su agosto y hasta su Octubre? ¿Estiman ellos YA que, llegado el invierno, deben hibernar como preñadas osas? ¿Preñadas de qué?, me pregunto.
Madroños, ¿quiénes se han emborrachado con vuestros frutos este otoño?

Este invierno medio frío, no traerá año de bienes, a menos que nieve.
(Esto por supuesto no es poema, ni prosaica prosa.)


(Correcciones Nueva Biología)


Mayúscula sonal solar


Será que el Sol tardó en llegar.
No sé qué hace
ahora dando
la verdad.


Sofía Serra (Nueva Biología, 2010)

Guerrera del arco iris




Guerrera del arco iris

Tras visionar el documental "Tierra"


Voy envejeciendo a ojos vista
de nariz para adentro.
Mi alma me parece la misma,
terca y rebelde para el con todo
por sí misma, como si ya no me perteneciera,
como si hubiera cobrado existencia
impropia.
Puedo observarla aun sin encontrarla,
Como si la luz sólo iluminara las partes viejas,
ésas que ya no se asombran ni ante la belleza.


Muda en mi silencio quedo
como la nube blanda que combate
el muro torpe y seco de la presuntuosidad
como medida de nuestro ego.


¿Qué será de mí si no puedo disfrutarte más?
¿Qué será de mi ser humano
si no puedo volver a emocionarme con tus fundamentos?
¿En qué orbita pasearé esta noble vida que me fue regalada?
...Azul,
planeta de todos,
juramento preciso sobre la fraternidad,
equidistancia exacta entre los océanos y la pléyade con inteligencia.
¿Hasta cuándo asomaremos sólo nuestro riñón, oficiante de excreciones,
al baile conjunto del universo palpitante?


Intrépida premura de la que nacen las cosas quietas
suspendidas sobre el aire
como gárgolas domésticas habituadas al no devenir de la lluvia.
A la sequía.
A la ingrata adolescencia de las atmósferas con perfil de entelequia humana.


Inestimable cohabitante:
¿Qué será de mi ser humano si no estás?
Mas… ¿qué importa eso?
¿Qué será de ella si, siendo otra, ya no puede alimentarnos, ni habilitar nuestro sobresalto, o nuestra injusticia, nuestra vida, porque su risa habrá muerto con otro nombre? ¿Qué será de nuestros ojos si el azul arbolado de su manto se convierte en transparente tumba de nuestros hermanos? ¿Cómo podremos mirar si no existen ya los otros páramos, los inocentes? ¿A qué mirada responderemos, tú y yo, si no nos perdemos en el mar salado de las no-lágrimas?


Albura como la nada,
semejante paraíso inconcebible hasta para mi agente.
Orden de animal alegre y vivo,
orden de sustancia en nuestro beneficio,
orden sin intenciones.
¿A qué me asomaré sino a la ruina
cuando tus columnas se inclinen
dejando caer el templo de tu audacia,
cansada ya por la distancia,
enorme distancia,
que separa con nuestra culpa
tu agua de tu agonía?


Inestimable madre elefanta:
Bordo un arco iris para ti y para tu cría,
que el arco iris se tiende
con hilos de color verde.


Sofía Serra (2009, El paraíso imperdible)

lunes, 12 de diciembre de 2011

La puerta II

Tengo distintas "puertas" en distintos poemarios, a ver si soy capaz de ir dando con todas ellas:


(Correcciones "Nueva Biología")


La puerta II


¡Ostras!
Bi-valvas.
Bib-al-buceantes,
al ajeno enmadran.


Y la perla se hace.


Sofía Serra ( de "Nueva Biología")

Soleá (Al baile, Irene la serranilla)

En el cuarto oscuro I

(Correcciones "El muriente")


EN EL CUARTO OSCURO I


Fotómetro


Porque ya se disparó, no necesita banderas.
Ahora sabe cómo la piedra siente
en el destajo que la comprime
entre la tierra y el cielo.


Es la medida.


Velocidad


Estoy confusa,
está difusa
aquella fusa
se ha frenado
en la lectura
que atraviesa
las traviesas
y frenopáticas
pautas de la nomenclatura.


Pausa.


Obturación


Que no desaparezcan tras nuestros pasos
las breves puertas. Atemorizan
tantos vientos ocupados
por la manzana del juego
sutil,
sí,
de la guerra
abierta al carro de combate,
son
las panteras negras que asoman
sus grandes ojos verdes, verdes,
demandan luz estival
milimetrada
por el ojo de la cerradura.


Viajo por mí misma y me pierdo.


El Uni-verso debería ser bivalvo.


Sofía Serra, de "El muriente"

sábado, 10 de diciembre de 2011

La puerta III

(Correcciones "El muriente")


La puerta III


Quiero de ti
agua.
Desde esta tierra luna y nueva
levantan sus ramas negras
los árboles  bajo el cielo frío
(yo te oigo),
el cielo les cuelga transparente
por sus flancos,
flancos negros
que dibujan y mueren
el justo día,
día sol,
de húmedas raíces y francos vuelos


encendidos en la noche.


un gladiolo enhiesto
y curvo me deshace la boca
amainando el huracán
que me desplaza.
Un derribo junto a la cerca
me acompaña
cuando estoy sola y viva,
cuando los ojos de las lechuzas
se asombran
                    ineludiblemente
cantan para mis oídos
no si el miedo bulle,
                    sólo sí,
sólo sí de canto y llanto libre:
tanta presencia
en la fresca brisa
de embestida.


Sofía Serra, "El  muriente".

viernes, 9 de diciembre de 2011

Dulcinea se suicidó

Dulcinea se suicidó


Quijote de poderoso turno
y desdeñable salvajada,


¿a cuánto asciende el valor
de tu última tesitura
o tu segunda o quinta
puesta en marcha? soldados heridos
levantan sus bayonetas
contra la jungla invisible
de las quijotescas ocasiones,
la avaricia rompe el saco,
las honestas peticiones de tus poros
atraviesan la cejijunta soledad del sol.
vengadas, las solitudes vengadas
de cada vello de tu cuerpo
en paz,
en paz la respuesta.
Someten los verbos el arraigo
y la permanencia de la latitud
de la dulce mujer que se te fue.


Sofía Serra. Noviembre, 2011 (El hombre cuadrado)

jueves, 8 de diciembre de 2011

La llegada (solsticio de invierno)

La llegada (solsticio de invierno)


Has hecho mal en venir
hasta mí o el sur. El sol
tumba la calle bajo la sombra
de la palmera, yo no tendré la culpa,
tanto poder sobre el universo
camina con muletas de tus manos,
de la osadía de tu buen nombre
de bello ejemplar herido y cauto
más allá de las sierras heladas.
Cuando llegabas sentí
sobrevenir a la espera.
Su sombra obtuvo tanto,
tanto suelo, tanta nube,
tanto mar,
que se quedó pequeña,
la calle se quedó corta
y los umbrales amenazaron
con abrirse sobre las aceras.
Sólo quise descubrir
la palmera tras la esquina
donde te sentí gemir, llorar
y aguzarte.


Y agucé el oído.


Levántate y anda, calmo
caminante por veredas de nieve
y playas tumbonas y resaca
de tan profusa marea de imbatibles
y solitarios glaciares.
Justo camina y justo emprende
teletransportes y
un no me quitte pas
hasta la costumbre.
Qué pena que los asteriscos
hagan sombra sobre las nubes,
salen al paso
de un sol desorbitado, sin planetas
que lo ensimismen,
sin jerigonzas de plástico, apenas lumbre
en el universo tan espantado,
tan poco salutífero,
tan ajado limando
enlaza rocas desertando
de cada sombra oblicua,
de cada caricia
que tu rayo propicia.


(Sofía Serra)

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Lamento del despoesido

(Correcciones "El muriente")


Lamento del despoesido


he tenido delante a la pelirroja espera,
mas esquivé sus verdes manos
y afilé mis hombros lomando peñas.
Ahora surco camino de las nieves,
ahora descubro cuán pesada losa
mi gravedad de hombre
sin plumas y sin mi garganta
fue.


El hielo tatúa oleosos fríos
en mis antebrazos brota
loctite entre los párpados
de mi hipocampo sin meninges
ni bola de cristal


para ya adivinar,
—aunque solo fuera—
que el sol que me devuelve
inundaba el día
porque en mi saliva se posó
la imperfecta rosa roja.


Este lamento que desdoblo al aire
encaja el terco objetivo en mi frente:
yo no puedo verme. Beber
del deleite le fue dado
a mi boca menuda y hueca,
la osa cavó la cueva,
pero mi agujero negro
rebosó en la espesa mesura
de mis células, fotovoltaicas
con que sólo hubiera corrido
el pestillo:
abrir los verticales miembros,
cerrar la horizontal
a tanta bombilla de bajo consumo
de mí mismo.


Se me despeinan los codos
se enmuñonan estas rodillas,
se me esfuma el bajovientre,
mano tanto velo inerte y denso,
tanto humo plomo a lomos
de esta mañana espalda
que doblo y vierto hoy
con fauces lágrimas
que me engullen.


(Sofía Serra, El muriente)
 
Creative Commons License
El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.