lunes, 31 de octubre de 2011

El himno de Afrodita

(Correcciones "Los parasoles de Afrodita")


El himno de Afrodita


No hay nada que hacer y queda todo.
La paloma necesita cielo y nido,
nolo y vuelo.
Vuelan mareas y perdices por el suelo.
Y tu sostenerlo con las cuatro manos que no posees.
¿Acaso das más sol si las escondes bajo las axilas?
ya tendré que permitir palabras olas
que salgan solas por la boca de la exclusa.
Qué hermosas suenan rascadas sobre el papel,
que ya se muere, ¡a dios gracias, ya se muere!
Ni el combatiente herido se levanta,
ya todo muere en el sí,
quieto, yerto, frío
y difunto sí nevado
en la nariz del soldado
muerto boca arriba:
casco roto, cerveza sangre, joya
viva ya sin sé yo o soy tú.

Lo no.
Lo NO debe de ser, tal fue, el completo equipo de campaña
para perdernos sobre este campo limpio
que ¡qué bien se surca!...
Ya las cruces de mayo levantan su bandera
anunciando flores sobre las tumbas
del niño sol y la diosa milagro:
Transitaré por mí hasta encontrarte,
porque yo, ya, me retuerzo
como perra acorralada y rabiosa
—con los ojos inyectados en sangre—
por tanto dolor,
tanta proclama sobre el orbe,
tanto inútil comunicando,
tanta artillería en batallas totales,
tanto somos, tanto no vales,
tanto tú, tanto tú, tacto tú para la muerte,
el noli me tangere
cuando la otra boca tañe.


Me quedo con lo que me has vestido,
con los harapos que me descubren
en blanco como la yerba nace
sin medida, sin conquista, sin previaturas.
Déjame amarte a todas luces en tu tierra abierta
sembrando a destajo en tu cuerpo
tactos de amor, margaritas comprometidas
con tu perfil de guerra encendida contra ti,
las miserias y esos fueros que fueran de otros.
Estos versos son mis manos y tus miembros.
No te hechizaré.
Ellos saborearán el resabio
de este verbo que me arma.

Sólo tú deseo para estos caminos transitados
bajo la secuoya, el vértigo y la espina,
sólo sostener tu aliento con mi boca
para que no te derritas como hielo.
Para que quedes (que mi dulce sal
te embargue, te embarque
en el lirio a todas horas)
en este abril, en este amor de más,
en este sol tan repetido
como cada ola, cada regusto de ti,
cada saliva tragada por mor
de tu pureza, tu necedad, mi elocuencia
por amor a ti, Amor, que me haces en todo tiempo.


Amor suelto que destilas flores inflamadas
de savia a cada llanto,
y a justas, y a voces,
y a verdes que te arrullan como yo te profano,
te entierro bajo las yemas de mis dedos,
te utilizo y te prendo
en mi labio, en mi muslo, en mi cuello,
déjame construirte
desde mi pecho, mi nalga, mi asiento
eres, déjame ser suelta de ti,
bando de alas alzando el vuelo
sobre tu ombligo y tu sien,
que yo, amor soy, Amor, amor tuyo,
Amor desde ti y desde yo,
que paseé sobre la espuma,
que viví en tu contenido cumpliendo mar,
amando verbos, amando escalas, amando tuyos…
Yo, que recién nacida a la guerra de ser.
Yo, que jamás te presenté batalla.
Yo, que viví para engrandecerte,
para colmar vacíos de otras llagas,
para que desde ti te amaran y soberbia
llaga que ya me abandonas,
llaga que ya me luce en esta bóveda cristalina alma,
ya te trasparentas solícita, niño sol, qué me requieres, Tú,
¿cómo voy a explicarte sobre la muerte
si eres todo vida,
vida, mi vida, vida,
mi suerte blanca o negra, pecho abierto no querías?
Patio extendido y el comunicando,
temblores de vivo manjar entre las piedras,
eso soy: amor, puro amor lleno derramándose.
De ti.


Ay, si las parcas y estepas te hubieran conocido...
Ay, ay, ay...
Ay, Amor de mí, qué distinta sería la tierra ahora.
Ay, Amor, ¡ay!, renace cuando yo muera,
que yo ya te conozco, Amor, que yo tu brava soldado soy...
Ay, si nieve... pues que venga.




En mi querer sin acierto me pierdo,
en mi querer con-verso me encuentro
otra vez muerte como muerte sola.
Trancas y barrancas en mi perder ni una,
ni una doy, ¿o será que las doy todas?

Sofía Serra

2 comentarios:

  1. Te felicito por este poema tan intenso que es un grito desgarrado. Lo he leído despacio y en alta voz, (para mí mismo), he seguido sus palabras letra a letra, me he embriagado de ese canto y su mensaje y al final, me he estremecido con la llamada impetuosa al Amor que está ahí, en cada verso, en cada fragmento del poema, en cada letra... ¡Deseando vivir eternamente!.

    Feliz comienzo de semana,
    Rafael

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias, Rafael, me llena de alegría la atención que le has prestado y ver que te ha llegado tal como es.
    Es un poema que me está dando muchísimo trabajo, desde abril del año pasado en que lo escribí no sé ya las veces que lo habré corregido, ...incluso al subirlo ahora, después, he seguido corrigiéndole cosas..:).siempre le veo algo...espero algún día poder quedarme medio contenta con como lo deje.
    :), un abrazo, y te reitero mi agradecimiento.

    ResponderEliminar

 
Creative Commons License
El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.