Me alegra que sonrieras al leerlo...¿has visto alguna vez a un jilguero comiéndose una zinnia?, es de lo más gracioso, las devoran, les encanta. Los pétalos de las zinnias, que tienen muchos, albergan en su pedúnculo a la futura semilla cuando la flor ha madurado, semillas bastante grandes, del tamaño de un grano de pipa de girasol, así que se dan el banquete sobre estas fechas.. al vez que me dejaban sin flores en los arriates, jeje...eso sí, a cambio me daban su canto. Sembrarlas es la mejor forma de atraerlos. Las gentes de la aldea cercana, Arroyo de la plata, llaman a las zinnias "rascamoños", imagino que porque con el tallo que tienen que es bastante resistente puede una efectivamente rascarse el moño si lo lleva... ese gesto que ya no se ve demasiado con el que se alivia el cuero cabelludo de las molestias de las horquillas que sujetan a esos peinados Me resultaba muy curioso, y más contemplando todo esto a la luz de un ambiente donde ya se adivinaban los ruidos de los escopetazos de la futura temporada de caza, con el consiguiente temor inconsciente a que los pajaritos desaparecieran, cuando no ante algún chiquillo con su escopeta de plomillos riñéndoles yo para que no dispararan, por lo menos, cerca de donde yo vivía. Al final, todas las tórtolas de los alrededores terminaban por congregarse allí, atraídas también, eso sí, por el grano esparcido de las gallinas... total, que a cambio de comida, claro está, los pájaros son todo menos tontos, disfrutaba de una sinfonía natural y permanente. :) Besos, Eloy
Me gusta esa brevedad juguetona. Otoño y rascamoño. Y una gran sonrisa a las 0,41. Gracias Sofía
ResponderEliminarMe alegra que sonrieras al leerlo...¿has visto alguna vez a un jilguero comiéndose una zinnia?, es de lo más gracioso, las devoran, les encanta. Los pétalos de las zinnias, que tienen muchos, albergan en su pedúnculo a la futura semilla cuando la flor ha madurado, semillas bastante grandes, del tamaño de un grano de pipa de girasol, así que se dan el banquete sobre estas fechas.. al vez que me dejaban sin flores en los arriates, jeje...eso sí, a cambio me daban su canto.
ResponderEliminarSembrarlas es la mejor forma de atraerlos.
Las gentes de la aldea cercana, Arroyo de la plata, llaman a las zinnias "rascamoños", imagino que porque con el tallo que tienen que es bastante resistente puede una efectivamente rascarse el moño si lo lleva... ese gesto que ya no se ve demasiado con el que se alivia el cuero cabelludo de las molestias de las horquillas que sujetan a esos peinados
Me resultaba muy curioso, y más contemplando todo esto a la luz de un ambiente donde ya se adivinaban los ruidos de los escopetazos de la futura temporada de caza, con el consiguiente temor inconsciente a que los pajaritos desaparecieran, cuando no ante algún chiquillo con su escopeta de plomillos riñéndoles yo para que no dispararan, por lo menos, cerca de donde yo vivía. Al final, todas las tórtolas de los alrededores terminaban por congregarse allí, atraídas también, eso sí, por el grano esparcido de las gallinas... total, que a cambio de comida, claro está, los pájaros son todo menos tontos, disfrutaba de una sinfonía natural y permanente.
:)
Besos, Eloy
Poema para otoño...poema zoo-lógico.
ResponderEliminarBreve pero simpático.
Un abrazo.
Ah, gracias por la lección de botánica.