Lagarto-lagarto
No llego al manantial porque no vuelo.
Esta inercia transportadora de fugas y huidas
abismales, enormes
como la llaga misma
que me abandona
quieta, quieta, quieta
y muda ya sin ojos ni yerba,
ni en piel logra el tacto del agua.
Se sientan cansados los versos de una a otra roca.
Se acerca la cruel, y humana, sabandija de la indiferencia.
Sofía Serra, 2010
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Verdad es que la indiferencia, además de sabandija, es una crueldad muy humana.
ResponderEliminarSaludos muy cordiales desde BCN.
Saludos, Jorge. Gracias por tu presencia aquí.
ResponderEliminarme impresionó tu poema Sofia, mucho.
ResponderEliminarbesicosss
Hola, Luisa, :)..aunque suene mal dicho así, me alegra que te haya impresionado. Gracias por decírmelo.
ResponderEliminarTambién me alegra mucho verte por aquí.
Un beso grande
La indiferencia a nuestros semejantes es peor pecado que el odio...
ResponderEliminarUn abrazo.
Completamente de acuerdo, Pepe.
ResponderEliminarUn beso