domingo, 1 de mayo de 2011

Cae el cielo

(Sigo corrigiendo "Los parasoles de Afrodita")


Cae el cielo
Sus garras, fasces de hierro.
Mis dedos, suicidas pétalos.
¿Habrase visto tamaña torpeza?
¿Qué me reventará por dentro
cuando Ella se exhibe
engañando al hombre con el tiempo?


De la nada al silencio,
del blanco al trecho que nos aísla
disolviéndonos como sendas trazadas en el agua,
nos bebemos.
Calmamos así la agonía en la batalla por ser amados.

Cálmame, cálmame. Bébeme, bébeme.
Ábre-te-me-abre
este insufrible sordo batir de ensenada
contra su propio aliento
de lame y lamina arena
de color y piel de tu gemelo,
tu curva,
tu lado costero que me embate
al son del pulso caliente
de mar y combate,
de mar y su arrastre,
de mar y su agua, su lecho blanco, la cama
del mar con sed de hambre a mis venas,
a mi gusto, a mi carne, a mi alma,
a tu sal.

Cegada la paloma
se desoja por hallar el consuelo
que la encarne
en verbo puro de un cuerpo
vivo vagando por el suelo.

Yo hoy calle mi voz.
Yo hoy sume mi boca y tú
inspires y venzas y goces y sufras y llores y te entierres en la fecunda,
germines como el verde y florezcas como el pico del mirlo bebiendo del sol.
Yo hoy soy ya muerte de mí
y de las aguas y de los aires
y de la rama.
Ya hoy callo.

Callaré mientras vivas,
callaré mientras voy muriendo,
callaré ante ti, callaré, callaré, callaré... Cae el cielo.

...Y la palomas sangran... Ay, cómo sangran las palomas.

Mudad, mirlos blancos,
a otros lugares u otros colores,
que yo con mis plumas vuelvo a tierra,
que yo a mi cielo caigo.

De mis pupilas nacerán las flores, armas vestales
que empuñaré con mi miedo.
Vosotros, posados en el suelo emplomado
con sus pétalos, seréis mi armadura.
Ella sólo polvo seco
que moldearé con mis manos y tu lluvia.

Y beberé, beberé y beberé de ti.
Y hallaré tu llanto en mis párpados cerrados.
Y arrullaré esta ensenada abierta con la templanza de tu ansiado adviento.
Y revelaré esta fotografía sobre tu boca,
y tomaré de tus dedos,
y ensancharé mis caderas
como tú consumes de las curvas de este mundo
lloviendo en norte con las cosas serias.

...Somos tan ricos, ¡somos tan ricos!
En la tierra renazco.
Cae el cielo.

Sofía Serra, Mayo 2010

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