viernes, 14 de enero de 2011

De pronto, ¿pronto?, toda una vida

Sigo con la correcciones de "Los parasoles de Afrodita", a trancas y barrancas, pero sigo


De pronto, ¿pronto?, toda una vida

Mi mar y mi sombra nacen aquí.
Ha mil años que la vieja permanece en el lugar.
Hoy quiere estrenar unas braguitas de colores,
vestir con la falda roja,
celebrar que las amapolas parieron dorados sobre el verde.
Mayo yerba, verde agua, cielo ribeteado con blancos de verano:
La mañana respira levantando el pecho del orbe.
Tus palpitaciones, tu boca alada y la nube de tus dedos
conflagran bomba de oxígeno para este golpe de cuerpo tranquilo
sentado sobre la piel del azul y el níquel de la luz casi estival.


Y así, mientras duele suerte y duele beso,
duele amor y duele verso,
cóncavos y convexos compañeros de estas jacarandas
con flores malvas,
yo me abro a los dorados ojos.
Las hojas, cuando lleguen, poblarán verdades del verde verano:
¿desde cuándo las jacarandas se alimentan sólo de flores?


En este paseo por el amor y la suerte que es la vida,
¿me permitirás ahora sueño y verso,
ahora malva y justa flor,
ahora verde,
ahora música?
¿O habré de permanecer siempre soterrada,
siempre oculta a atisbo, siempre a sombra de las luces?
Jardinera que hallaste tu árbol lumbre,
aún te quedas sin saber 
si respirar bajo el agua
o ya sentarte a cantar bajo la jacaranda,
ya sin flores, ya selva suerte,
ya abanico sobre la piel encendida de tanto amor,
tanto suelo, tanto trigo rubio, tanta honesta sangre:


Soy el mal por antonomasia,
soy la cínica pervertidora,
soy la bestia siempre viva,
ser ausente de este suelo raso sin medida de hombre.
Lo dejo todo en manos de Dios,
en manos de... ¿pero es que existe alguien más que yo?

Sofía Serra, 2010

2 comentarios:

  1. Qué bueno, qué bueno. No corrijas tanto...
    Bss

    ResponderEliminar
  2. :), mira lo que no hace ni un minuto acabo de escribir por ahí por mis archivos:
    "Dar todo lo hecho por terminado".
    Pero por lo menos tengo que ordenar para poder pasarlos a papel, encuadernarlos con mi encuadernadora del Lidl y colocarlos en mis estanterías con otros libros...poder dejarlos ya cerrados.
    Es demasiado lo que tengo escrito, me pesa horrores, jose, si pudiera alquilaría una avioneta y tiraría los miles de folios bueno, cientos, por ahí,
    poder desprenderme ya de ellos...
    :))
    Beso, Jose

    ResponderEliminar

 
Creative Commons License
El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.