sábado, 21 de marzo de 2009

Luzazul (Felicidades, Poesía)

Comprobación (exitosa) de experimento científico-empírico-fotográfico-filosófico, y hasta pragmático, sobre cómo la poesía es el único camino posible, y plausible, para determinar la verdadera naturaleza de las cosas.
Nota de agenda de la científica-empírica-fotógrafa-filósofa, y nada pragmática, y aún menos dogmática: Dése esta comprobación como regalo a la Poesía el día de la celebración mundial de su efeméride, o sea, hoy mismo, ¡ya!, envuelta en papel de terciopelo azul con lazo de seda atado en forma de palíndromo





¿Comprueban cómo no es la poeta la que pinta las sombras de azul?. El color del pequeño, humilde, pero coqueto entresuelo doméstico así lo atestigua, acompañando de esta forma a la verdad de las sombras en su testimonio.
Siempre injustamente criticadas, y hasta vilipendiadas groseramente, las sombras nos demuestran su sincera generosidad, su transparencia, la mentira que subyace a la aseveración de que en ellas no es posible contemplar la realidad. Pobre Platón si levantara la cabeza, (¿o tal vez resultaría más afortunado nombrar a Aristóteles?)... Sea como sea, han tenido que pasar, ¿cuántos? unos dos mil quinientos años, algo menos, para darnos de bruces con la sinceridad del ser de las sombras. Ni entorpecen ni ocultan, sino todo lo contrario. Cristales sutiles inmodificadores iluminan al ojo humano para así poderlo hacer veedor de la luz.
Son, en definitiva, el único referente visual con el que se puede analizar a la Renombrada, y por tanto, conseguir determinar una de sus más preclaras características, su peculiaridad cromática, que tal como se demuestra también en la siguiente fotografía, resulta ser de color azul.

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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.